Un golpe definitivo
Que las librerías se encuentran entre los mayores afectados por la pandemia lo demuestra el hecho de su forzada inferioridad en un negocio en el ... que sigue activa la venta online de libros, lo cual podría suponer el golpe definitivo para un sector fundamental. Ante ello están muy bien las iniciativas institucionales, las campañas del gremio y la solidaridad de autores, lectores y editoriales. Las primeras, como la del Instituto Cervantes en la proximidad del Día del Libro y cuyo lema afirma que «La Libertad es una librería», constituyen un valioso impulso a la concienciación social. Las emprendidas por los gremios de libreros suponen, a su vez, un estímulo solidario de la demanda cuya comprensión sobre el problema también debería colaborar en la salvaguarda de estos establecimientos.
Pero, más allá de todo ello, parece obligado pasar del diagnóstico a la terapia. Es decir, desde el gobierno se debería imitar el ejemplo de Italia, donde las librerías serán las primeras en abrir el próximo 4 de mayo, una vez que la pandemia declina. De igual manera, las grandes editoriales deberían ser comprensivas mediante el retraso en la presentación de las novedades y también en la concesión de moratorias de pago. Finalmente, los lectores también deberían dedicar una especial preferencia a las librerías de proximidad en sus hábitos de compra y consumo, en atención a la formidable labor divulgativa que tradicionalmente nos han proporcionado.
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