Desde que Jordi Pujol confesó que había desviado fondos al extranjero, Convergència se sumió en un proceso irreversible que fue achicando sus perspectivas electorales. Su ... sucesor, Artur Mas, se creyó obligado a acelerar el 'procés' para desviar la atención y el partido se refundó en 2016 como PDeCat y después se integró en Junts para concurrir en coalición a las elecciones de diciembre de 2017. Carles Puigdemont, investido presidente tras el veto de la CUP a Mas y que huyó a Bélgica en un maletero, aumentó la bunkerización de la antigua formación gobernante. Trató de exprimir la oportunidad de doblegar a Pedro Sánchez, necesitado de sus siete votos para poder formar Gobierno. Sin embargo, ocho años después de su fuga y dos desde la investidura de Sánchez, puede afirmarse que la única propuesta de Junts ha sido el proyecto personal de rehabilitación del propio Puigdemont. Entretanto, el grupo ultra Aliança Catalana ya amenaza con superarle en la próxima cita con las urnas. Atrás queda la hegemonía política de las décadas del pujolismo. Hoy Puigdemont lucha por su mera supervivencia, acosado por el descrédito de su propuesta y el agotamiento de su capital político.
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