Verónica
El suicidio es la forma que tiene la depresión para sacar a la gente de la vida
Antes de que la Navidad pudiera ponerle encima su blanco guante de nieve artificial, Verónica se ha ido por la última puerta, esa que solo ... se cruza una vez. Hay una expresión, «tener la mirada ausente», para definir la ausencia de quien ya no ve lo que tiene delante porque sus fantasmas se interponen entre ella y el mundo. Hace tiempo que Verónica tenía la mirada ausente.
Un periodista ha escrito (se dice el pecado, no el pecador) que sus vecinos la veían sentada en los bancos del Parque de Berlín «mirando al cielo y destilando melancolía», lo cual constituye una muestra de literatura kitsch que nadie afectado por una depresión merece. Vamos de un extremo a otro: de la cursilería y las fórmulas rancio-románticas a la burla, de la idealización a la crueldad. Todo son maneras de sortear el estigma o de abundar en él. «Prueba a decir en tu trabajo (...) que padeces un trastorno…», ha escrito Cristina Fallarás, quien, al conocer la muerte de Verónica Forqué, se ha acordado de su propio viaje a la sombra y lo ha descrito con precisión poética, única precisión posible para los territorios interiores, más universales cuanto más íntimos: «Recuerdo días sin horas, también el tiempo resbalando como una anguila por las callejuelas oscuras del barrio, ver el cuerpo del tiempo». El cuerpo del tiempo, su lentitud imparable, su peso, su opresión. Una tierra oscura dominada por el deseo de muerte.
¿De qué ha muerto Verónica Forqué? Ha muerto de depresión, porque la depresión mata y el suicidio es la forma drástica que tiene para sacar a la gente de la vida cuando esta se ha vuelto inhabitable. Ahora se critica y denuncia el papel de 'Masterchef' en todo esto, en reactivar y agudizar la depresión de Verónica Forqué. Juanma Castaño ha dicho que esa cosa entre concurso y 'reality show' exasperado es una «trituradora humana» y dicen que lo dijo medio en broma medio en serio. Lo de broma será para suavizar lo serio.
Es reconfortante ver cómo la televisión pública puede alcanzar y superar a la televisión privada en sus peores manifestaciones paranormales. Esto no es broma sino puro sarcasmo. Habría que preguntarse también si la televisión no está mostrando el reflejo circense de una sociedad que, en gran medida, es una trituradora humana. Calamaro tiene una canción sobre una Verónica al límite, en este caso una Verónica joven. Según un informe de la ONG Save the Children, en España los trastornos mentales se han triplicado por causa de la covid entre los niños, pero si viven en hogares con pocos recursos están afectados un 13% y si viven en hogares de renta alta, solo el 3%. Se ve que el medio es decisivo y se tienen o no tienen medios para defenderse de la trituradora. La trituradora, sin embargo, detecta la fragilidad humana allí donde se encuentre.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión