Hace un par de semanas, una amiga de León estuvo de visita por Euskadi. Colgó una foto en las redes sociales de Getaria bajo los ... copos de nieve. Entonces, un hombre le recomendó comer pescado y le sugirió también regarlo con un buen txakolí. Ese hombre encarna un tipo tan entrañable como común: el que te dice, sin que le preguntes, que en Valencia pruebes la paella. Yo me lo imagino asombrándose de que, por ejemplo, tanta gente pida atún rojo en Barbate; se pellizcará a sí mismo, incrédulo, ante el seguimiento masivo de sus recomendaciones gastronómicas. Sin embargo, a pesar de lo dicho, creo que nunca deberíamos cansarnos de recomendar ciertas cosas porque, aunque parezca increíble, no todo el mundo ha estado en todas partes. La mundanidad, mezclada con autosuficiencia, se me atraganta más que un polvorón de Estepa a palo seco. Por cierto, si pasan por la localidad sevillana, no dejen de probarlos. De nada.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión