Qué listos

A mí este señor Goirigolzarri me deja estupefacto, lo digo con respeto y admiración, claro. Tanto cuando desaparece como cuando aparece o reaparece. Todo lo hace con éxito risueño. Parece magia. ¿Será un mago de verdad? Me acuerdo de los murmullos de admiración que suscitó en las altas esferas cuando desapareció. Tenía 55 años en 2009 cuando, en plena angustia depresiva por la crisis financiera mundial, él decidió jubilarse con una bonita pensión: 250.000 euros al mes. O sea, tres millones anuales en números redondos. La gran Rosa Díez lo calificó de obsceno. Y Revilla, de pornográfico. Es como si hubieran dicho: maravilloso, fenomenal. Lo mismo. Muchos escritorzuelos publicamos entonces indignados articulitos sobre el tema, me temo. En fin, qué recuerdos.

¿Acaso sé yo algo de Goirigolzarri? ¿Acaso alguien lo sabe? Yo no sé nada de Goirigolzarri. Yo solo sé lo que dice la Wikipedia: que piensa en los demás, que es un buen cristiano. Solo eso. Aunque también sé algo que no dice la Wikipedia, sé que a este hombre le chifla el olor del dinero. Eso lo deduzco, sí. Es difícil no deducirlo, creo. Ah, el dinero. ¿Hay alguien a quien no le guste?, me pregunta el diablo poniéndome ojitos. Y no lo sé, ¿lo hay? Yo creo que sí, pero bueno. Si no te gusta el dinero, si lo desprecias, vas de culo, ¿no? Te tienes que salir. Te tienes que ir a otro mundo. Porque aquí todo es ya dinero. Y he dicho que ya lo es porque me parece que antes no lo era. No sé si me explico.

Antes no todo era dinero y ahora sí lo es: eso es lo que pienso. Ese es el fondo de la reflexión que hoy les propongo: todo lo que vemos y queremos es ya dinero en un estado u otro. Y creo que algo ha cambiado porque, cuando yo era pequeño, no era así. Aunque tal vez me equivoque, naturalmente, en cuyo caso me disculparía. Yo me equivoco mucho en estos temas. Pero el dinero lo ha mercantilizado todo. Picasso decía que le gustaba poseer mucho dinero para no tener que pensar en él. Y Groucho Marx decía que en la vida hay un montón de cosas más importantes que el dinero, pero que todas son muy caras. Pues eso. Los 'goiris' del mundo se han adueñado de todo. Qué listos son.