Admirable Rushdie
Con su nuevo libro, 'Cuchillo', se defiende, ataca al fanatismo y deja de ser una víctima
Acaba de publicarse 'Cuchillo', el libro en que Salman Rushdie cuenta en primera persona el atentado a cuchillazos que sufrió en 2022 cuando comenzaba una ... conferencia (que precisamente iba a ser sobre la libertad de expresión y la salvaguarda del autor) en un auditorio del Estado de Nueva York, su extrema gravedad, el largo proceso de recuperación, sus reflexiones y la alegría de vivir tras haber estado ante la cara de la muerte.
El tan respetable como digno de admiración Rushdie es un hombre muy valiente; lleva muchos años demostrándolo, desde 1989 en que Jomeini y los curas iraníes lo condenaron a muerte mediante una fetua porque consideraron que había ofendido a Mahoma con su libro 'Los versos satánicos'. La gran desgracia de los ofendidos de toda laya que buscan venganza y de los fanáticos religiosos o de lo que sea. Rushdie escribe en 'Cuchillo' de la religión que es «una forma medieval de sinrazón».
En aquel escenario de un lugar de nombre impronunciable, Chautauqua, un joven fanatizado también con nombre sorprendente, Hadi Matar (en el libro lo llama 'A', porque no merece ser nombrado, y le hace un interrogatorio ficticio), irrumpió en escena vestido de negro y con pasamontañas, 33 años después de la fetua (lo cual es terrible y una broma macabra al mismo tiempo), y le asestó 15 cuchilladas por distintas partes del cuerpo. El escritor dice que no sabe por qué se quedó paralizado y dejó al asesino que lo acribillara con la hoja de acero sin oponer resistencia. Y también dice que tuvo mucha suerte. El informe pericial dictaminó que el agresor manejaba mal el cuchillo, carecía de la pericia de un cuchillero que sabe matar. Y que el cuchillazo que le destruyó el ojo derecho habría sido mortal de penetrar apenas milímetros más y llegar al cerebro. Fue un milagro que se salvara, dijeron. A lo que Rushdie señala que está encantado de haber salvado la vida a sus 77 años y que ha salido del trance igual de ateo que antes.
Salman Rushdie explica algo hermoso. Que este libro es su cuchillo, su arma incruenta de lenguaje con la que se defiende, ataca al fanatismo y deja de ser una víctima. Y que más que nunca reivindica la importancia del sentido del humor en su vida, en su manera de mirar el mundo y en su obra. «El humor lo soslaya todo, lo apaga todo». El sentido del humor que disuelve el puritanismo y el fanatismo y lo pone en evidencia de su ridícula (no por ello menos peligrosa) intolerancia. «La risa es un acto radical, una manera de oponerse a la pomposidad del mundo, a la grandiosidad de los discursos». Al final solo queda el valor de la palabra, que vence al odio.
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