Sin frenos
Los científicos avisan, pero no podemos parar y no les hacemos ni caso
A Kerry Emanuel, el científico del MIT experto en los efectos del calentamiento global sobre el comportamiento de los huracanes que hoy recibe en Bilbao ... el Premio Fronteras del Conocimiento en la sección de Cambio Climático, le preguntaron hace unos días si creía que la sociedad se está tomando en serio la gravedad del asunto. Y más o menos vino a decir que no. Veo mucha pose, eso es lo que respondió. Lo malo es que todos la vemos, me temo. Lo cual es terrible porque dice algo de la naturaleza humana y de qué es lo que, en el fondo, nos importa y nos mueve. Él lleva varias décadas avisando. Pero lo cierto es que tampoco le han hecho mucho caso. Ahora le dan un premio, vale, pero no creo que eso le consuele.
¿Qué es un científico? Un científico es alguien que sabe algo que nos interesa a todos en conjunto. Alguien que anuncia sus valiosos descubrimientos con una intención de ayuda. Alguien que avisa a los demás por el bien del grupo. Claro que nosotros podemos no hacerle ningún caso y quedarnos tan tranquilos. Y a menudo nos jactamos de ello, claro. Los científicos llevan por lo menos cincuenta años avisando de los efectos perniciosos del calentamiento global, pero hasta ahora prácticamente no hemos hecho nada. Algunas muecas, a lo sumo. Un poco de postureo político: aspavientos y discursillos en las cumbres. Ridículos acuerdos de mínimos que se incumplen y falsean. Sufriremos los efectos, eso sí. Eso es seguro, ya lo sabemos. De hecho, ya han empezado, ¿no? Y, como dice Emanuel, los ricos se defenderán mejor y los pobres peor, como siempre. Ese es el estribillo de la Historia, supongo. Ese es nuestro motor.
Hace apenas dos años, el anterior presidente de Estados Unidos se burlaba de las cumbres mundiales contra el cambio climático y se permitía anunciar con una gran sonrisa de primate arrogante que su país incumpliría todos los acuerdos internacionales. Incluso los ya firmados. El ser humano va sin frenos. Aquí, por ejemplo, en la pequeña España, ya estamos pensando en ampliar los tres mayores aeropuertos. Hala: más aviones, más viajes, más gente volando, ¿no es fenomenal? Tenemos buenas intenciones, a veces, escribimos poemas, pero vamos sin frenos, no podemos parar. Ahora, SpaceX, la empresa aeroespacial del megalómano Elon Musk, organiza viajecitos turísticos para dar vueltas alrededor del planeta. El pasado domingo regresaba a la Tierra sin problemas la nave Dragon después de tres días en órbita y 47 vueltas al mundo a 28.000 kilómetros por hora. ¿Somos tontos o estamos locos? Pues no sé qué decirte. Ni una cosa ni la otra. La cuestión, sin más, es que no podemos parar.
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