Las costuras de la UE
El pasado 20 de diciembre el Parlamento Europeo alcanzó un acuerdo con los gobiernos nacionales de la UE sobre la reforma del sistema comunitario de ... emigración y asilo. Algunos lo han calificado de histórico puesto que la legalidad de este acuerdo ha tenido un largo debate. Los críticos dicen que solo servirá para que en las elecciones europeas de junio de 2024 alguien se ponga una medalla por haberlo cerrado. La migración se ha convertido en la 'patata caliente' de Europa. Es el argumento central de la crisis en Francia, de la victoria electoral de la extrema derecha de GeertWilders en Países Bajos y de los resultados favorables de un partido similar en Alemania.
Las costuras de Europa se rompen y servir café para todos no era fácil. Los sutiles cambios han consistido en un endurecimiento de las condiciones de asilo para contentar a unos y una solidaridad impositiva para los demás. Todo se arregla con dinero, cupos, multas y esas precarias edificaciones, barcos flotantes o campamentos donde alojar al servicio. Porque los emigrantes siguen siendo el servicio de esa vieja Europa que levanta la nariz con aires altaneros, nos guste o no, aunque los políticos sean autentica fábrica de creación de metáforas.
Europa necesita población, trabajadores que sostengan el sistema, niños que llenen las escuelas vacías. Nuestra supervivencia está en los campos de refugiados y en los centros de asilo. No sé como no miran al enorme cementerio del Mediterráneo, casi a pie de playa, constituido en su mayoría por aquellos que huyen del hambre, de la falta de respeto o de los conflictos que la vieja Europa no supo o no quiso resolver.
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