Avispero revuelto
Furgón de cola ·
La primera ola fue la de los aplausos y existe el riesgo de que la segunda sea la de los puñetazosLa noche del jueves, horas antes de que Bilbao se sumase a la lista de municipios con una incidencia acumulada de más de 500 casos ... de coronavirus por 100.000 habitantes, una manifestación negacionista en el centro de la ciudad terminó con cargas policiales, seis detenidos y veinticinco contenedores quemados.
Utilizo lo del negacionismo por entendernos y a falta de algo mejor. La convocatoria de Bilbao se generó en las redes y entre quienes la siguieron, la mayoría al parecer muy jóvenes, da la sensación de haber un poco de todo: gente que comulga con las conspiraciones, gente que está contra el toque de queda con pretextos orwellianos y motivaciones ultras y gente que lo que quiere es pegarse con la Policía y quemar cosas. Ya se ve que es algo así como el 'Dream Team' de la claridad intelectual, pero en todos ellos, o detrás de ellos, se advierte algo peligroso: la tentación de pescar en río revuelto con una mano y agitar avisperos con la otra mientras se avivan incendios con los pies.
Se han dado en algunas otras ciudades sucesos similares al de Bilbao y el fenómeno no debería desdeñarse por anecdótico o chiflado. Si la primera ola del coronavirus fue la de los aplausos en los balcones, las cañas compartidas por 'Zoom' y los mensajes de 'Todo va a salir bien', la segunda puede ser la del abatimiento, el hartazgo y el descubrimiento de que todo ha salido mal. Que el mismo descontento pueda prender en sectores de la población que, más que diversos, son antitéticos, que la furia del que piensa que las vacunas vienen con chip se mezcle con la del que se queda sin trabajo y sin futuro, lo transforma todo en un polvorín novedoso y por tanto imprevisible. La mínima prudencia indica que convendría tener al menos cuidado con las chispas, que lo mismo saltan en el Parlamento que en Twitter o en una fiesta con ministros en el Casino de Madrid.
El lehendakari habló ayer de terrorismo, quizá porque le pasó las notas Jonan Fernández, que se ocupa ahora del Covid y tampoco podrá haberse reciclado teóricamente a toda velocidad. No lo sé. Puestos a etiquetar por todo lo alto, a mí me parece que es más bien milenarismo: gente que cree muy humildemente que el fin del mundo sí sería algo proporcional a sus traumas personales.
LEMOA
Lo sagrado
Si no recuerdo mal, algunos de los reparos que se le pusieron a 'Patria' señalaban lo exagerado del personaje de don Serapio, el cura. Bueno, pues ahí está el expárroco de Lemoa justificando el terrorismo de ETA en el nuevo documental de Iñaki Arteta. Lo hace con la mezcla inconfundible de tribalismo, hipocresía, confusión y superioridad. Se trata de un testimonio valioso. Deberían ponerlo en los colegios. Para que los jóvenes entiendan por qué matamos tan estúpidamente y vayan viendo qué hacen con la vergüenza. Luego también por lo del récord, el del cura: ni en una orgía pueden cometerse tantos pecados en solo siete minutos. La piedad ni le roza al sacerdote. La Diócesis de Bilbao salió ayer a lamentar y desautorizar sus afirmaciones. También a pedir perdón y recordar que la doctrina de la Iglesia condena sin matices toda forma de terrorismo. La reacción suena particularmente contundente. Y es honrosa.
PODEMOS
Matrimonios
Teresa Rodríguez denuncia que la echan de Adelante Andalucía estando de baja por maternidad e Irene Montero le responde que la política «no para mientras estamos de permiso». Si hubiésemos sabido que la sororidad era esto, hermana. A cambio, lo personal sí es político. Y viceversa. Aplicando el método de detección de la casta y el razonamiento demagógico que ellos mismos instauraron, Iglesias y Montero ya no resisten la comparación con Kichi González y Teresa Rodríguez. La gente está en Cádiz. Eso explica el veneno. Y lo que vendrá.
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