Probamos el Zontes 368G, el «panzer» urbano que ha sacudido el segmento de escúteres crossover
IVÁN BOLAÑO DOFORNO
Martes, 18 de noviembre 2025, 17:00
Empezamos por echar una ojeada a los impresionantes números que está cosechando Zontes con su 368G, que arrancó su andadura comercial a principios de año. Finalizado el mes de octubre, los datos de matriculaciones (fuente: ANESDOR) lo sitúan como la tercera motocicleta -en cualquier categoría y cilindrada- más vendida de España, con 6.666 unidades y una cuota de mercado del 3,3%. Sólo superada por la Yamaha NMax 125 (11.430 uds.) y la Honda PCX 125 (8.541 uds.), es la primera moto que encontramos en el ranking de más de 125 cc.
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A estos datos poco más hay que añadir, y hablan por sí solos del tremendo impacto que este modelo ha causado en los concesionarios. La firma china ha dado en la diana con el valor añadido de estar luchando en un segmento «trending topic», sí, pero plagado de competidores, como el Honda ADX 350, el KYMCO DTX 350, el SYM ADX 300, el Keeway Vieste 300 XDV, el Peugeot XP 400 o el MH Viro 350.
Entonces, ¿qué tiene el Zontes 368G que tanto convence? Su precio de 5.592 € lo sitúa en un rango medio, lejos de los más caros (el Honda y el Peugeot) pero también de los más económicos (supera en 1.000 euros o más el precio del resto).
Por tanto, no es el precio por sí solo el gran argumento de ventas de este modelo, pero sí su relación con su calidad de acabados (alta) y con el equipamiento de serie que trae, claramente el más completo de su categoría, y en el que se incluye: pantalla TFT de 8'' (la más grande de su categoría) con conectividad y función 'mirroring' para replicar algunas de las apps de tu smartphone, sistema de llave de proximidad o keyless, seis entradas de USB (tres tipo A y tres C), dos mapas de inyección (Eco y Sport), puños calefactables con cinco niveles, sensor de presión de neumáticos y cámara dual HD delantera y trasera, con sensor de visión nocturna y que graba cada vez que se enciende el vehículo, para después poder descargar los vídeos al móvil a través de la app de la marca.
Pero el 368G no se ciñe a un completísimo paquete tecnológico de alta gama y está provisto de una parte ciclo y de unos componentes que le otorgan un perfil muy Adventure, seguramente el más marcado de su segmento. Es el único de su segmento en equipar una horquilla invertida delantera con doble tija regulable en compresión y extensión, y cuenta además con un doble amortiguador trasero también regulable en precarga y extensión, poco habitual. A diferencia de sus rivales, con ruedas delanteras de 14 o 15 pulgadas, el Zontes llega con una rueda delantera es de 17'' que favorece la estabilidad de marcha es capaz de suavizar las irregularidades del terreno, para un comportamiento más campero. Dispone de llantas de radios tubeless y viene calzada con neumáticos mixtos. La frenada está al servicio de un disco delantero de 300 mm y otro trasero de 240 mm, mordidos por las pinzas españolas JJuan del grupo Brembo, de anclaje radial y 4 pistones (trasera de simple pistón).
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Cuenta además con una serie de elementos que elevan su personalidad crossover, como un manillar cónico regulable en inclinación, regulación de manetas, freno de estacionamiento en la maneta izquierda, parabrisas ajustable en altura en cinco posiciones, paramanos, protector de aluminio de cárter, defensas anticaídas, faros antiniebla y estriberas para rodar en posición off road. No faltan los sistemas ABS (de doble canal independiente) y control de tracción desconectables para su uso en pista. Todo este derroche parece el típico equipamiento opcional que las marcas ofrecen en su catálogo de accesorios con un sobre coste, pero lo realmente sorprendente es que el 368G lo trae de serie.
Este Zontes 368G, además de una realzada personalidad aventurera, que se transmite inmediatamente en su deportivo y agresivo diseño exterior, es un vehículo adaptado al día a día, pues ofrece unos niveles de confort y de funcionalidad habituales en los escúteres de uso urbano, pero también adaptados a desplazamientos más largos, como si de un GT se tratara.
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El asiento es confortable y cuenta con un generoso respaldo lumbar para el conductor. Está a 790 mm de altura y, aunque es algo estrecho en la parte delantera para facilitar el apoyo de los pies en el suelo, resulta un poco alto para su accesibilidad en el uso diario, debido sobre todo a ese gran túnel central. El asiento se abre cómodamente desde un botón en la piña del manillar, y cuenta con sistema hidráulico para mantenerlo abierto sin tener que usar las manos.
La capacidad de carga bajo el asiento es de las más elevadas, como si de un Gran Turismo se tratara, con un hueco en el que caben dos cascos integrales, y aún sobra un pequeño espacio para llevar pequeños objetos. Está dotado de luz interior de cortesía, recubrimiento en tejido aterciopelado y cuenta con una toma de corriente USB con conectores estándar y Tipo C para carga rápida. Cuenta también con una guantera en el lazo izquierdo, con toma USB, así como un gancho escamoteable en la parte superior central del contraescudo, muy práctico en la ciudad para colgar bolsas o mochilas, y capaz de soportar hasta 5 kg de carga.
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Su motor es un monocilíndrico 4T 4V, refrigeración líquida, OHC, 4v, con 367 cc. Sus cifras de potencia máxima se sitúan en los 38,8 CV a 7.500 rpm y un par motor máximo de 40 Nm a 6.000 rpm, convirtiéndose en el Crossover de media cilindrada que atesora mayores prestaciones, seguido por los 36,7 CV del Peugeot y los 29 CV del Honda.
Junto a un depósito de combustible de 17,5 litros, nuevamente el más grande de su segmento, y un consumo homologado de 3,4 litros a los 100 km, el 368G sería capaz de alargar su autonomía por encima de los 500 km. Esta mecánica es pura dinamita y suena a las mil maravillas, tiene muy buena pegada inicial y unas grandes recuperaciones. Su estirada también es buena, llegando tranquilamente a los 120 km/h -y bastante más allá- con bastante confort además. La frenada ofrece buena potencia y tacto aunque, en una conducción más intensa y deportiva, bien podría contar con un segundo disco para reforzar las sensaciones.
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Estamos ante un maxiscooter de generosas dimensiones, con 1.560 mm de distancia entre ejes y 203 kg de peso lleno, y un túnel central ancho, así que no es un vehículo de lo más accesible o manejable en parado que uno pueda probar. En ciudad, para usuarios no tan altos, puede resultar menos confortable. Sus mejores cualidades, sin embargo, emergen una vez en marcha y aflora un comportamiento más ágil y resuelto de lo que podíamos imaginar, favorecido por unas tremendas suspensiones que absorben todas irregularidades de los asfaltos urbanos.
La postura es confortable, con un estilo algo endurero, acercada al manillar. Además, el conductor puede combinar hasta tres posiciones para colocar los pies (en la plataforma, el contraescudo y los estribos off road). La pantalla parabrisas, en su posición más alta, protege bien. Las piñas del manillar están retro-iluminadas y cuentan con una gran cantidad de botones a los que hay que acostumbrarse.
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En carreteras de curvas, el Zontes se desenvuelve bien, con mucha estabilidad, nobleza y uno de los mejores dinamismos. Y en alguna pista fácil de tierra el 368G saca su lado más divertido, ofreciendo un correcto comportamiento (sin perder de vista que los escúteres no han nacido para salir de asfalto), gracias a su configuración a nivel de suspensiones, equipamiento (posibilidad de desconexiones electrónicas) y ergonomía que permite atreverse a una conducción off-road suave con garantías.
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