Firmar al ariete, una tarea de última hora

Este es el contexto que atraviesa actualmente el Club Deportivo Mirandés que, encabezado por su director deportivo, Chema Aragón, trabaja en la incorporación de dos arietes que completen junto a Simón Moreno la nómina de delanteros mirandesistas para la inminente temporada. Sin embargo, si echamos la vista atrás, resulta sencillo comprobar que esta es la demarcación que más se le resiste al arquitecto vallisoletano y que, en muchas ocasiones, los delanteros que ha seleccionado para el Mirandés han llegado a la ciudad en las postrimerías de las últimas ventanas de traspasos.

Pese a que el conjunto rojillo inicia la temporada en escasos días frente al Málaga, el lunes 16, aún restan poco menos de tres semanas de mercado para que el Mirandés cierre la plantilla y Aragón, sabedor de que las prisas no son buenas consejeras, ha dejado claro recientemente que prefiere comenzar la temporada en La Rosaleda un poco más corto de efectivos a cambio de «seguir trayendo a los futbolistas que queremos incorporar».

Por si no bastase con esta declaración de intenciones, los antecedentes muestran que la incorporación del delantero centro rojillo suele dilatarse bastante en las últimas campañas. Desde que Aragón asumiese la dirección deportiva rojilla en junio 2018, son varios los atacantes que han llegado con el torneo doméstico ya iniciado. Es el caso de Matheus Aias, el brasileño del Watford llegó a préstamo a Miranda el 22 de agosto de 2018, a nueve días del cierre del mercado.

Tras lograr el ascenso con el equipo de Borja Jiménez en su primera estadía en Miranda, Chema Aragón volvió a confiar en el jugador para retorno del club a Segunda División, por lo que obtuvo de nuevo otra cesión a finales de julio de 2019. Aias completó una gran temporada con el Mirandés de Iraola y anotó 12 tantos, 6 de ellos en la histórica Copa del Rey.

Unos meses atrás, en el mercado veraniego de la misma campaña, llegaron a Miranda Mario Barco y Marcos André. El ariete estellés se incorporó al equipo a finales de julio, prácticamente al mismo tiempo que Matheus, pero Marcos André no haría lo propio hasta el 30 de agosto, el penúltimo día de la ventana de pases. El delantero brasileño llegó en calidad de cedido desde el Real Valladolid y cuajó una gran temporada con el Mirandés, en la que participó en 45 partidos, anotó 12 goles y repartió 3 asistencias.

Por último, cabe destacar que el curso pasado, aún con Mario Barco en el equipo, llegó el ariete portugués Ricardo Schutte el 24 de agosto (el mercado finalizaba en octubre debido al retraso provocado por la pandemia sanitaria), pero la dirección deportiva negoció hasta el último segundo de mercado la incorporación de Cristo González, que terminaría recalando en Miranda en diciembre, al igual que Simón Moreno.

Así, un gran porcentaje de las operaciones llevadas a cabo por Chema Aragón para sumar delanteros a la causa rojilla en los últimos años han llegado en el tramo final del mercado. En esta ocasión, todo apunta a que la historia volverá a repetirse, ya que la dirección deportiva mirandesista acostumbra a estirar el mercado al máximo en busca de las mejores opciones deportivas, y también económicas, y es en los últimos días cuando se producen algunos descartes en los equipos pertenecientes a las máximas categorías, bien de jugadores que no van a contar con minutos den Primera y, a su vez, también de jóvenes talentos de las mejores canteras del país que deberán buscar acomodo en Segunda para seguir creciendo después de completar la pretemporada con el primer equipo.

Si una premisa ha quedado clara en la tarea de confección del Mirandés durante las últimas temporadas es que la casa se construye desde los cimientos, de la defensa hacia delante. El nuevo proyecto cuenta ya con las incorporaciones en la zaga, tales como Odei, Anderson o los laterales Carreira y López; así como con Rementería, Gelabert y Vicente, entre otros, en la zona de creación.

Sin embargo, sólo Simón Moreno se ha sumado, en propiedad, a la nómina de delanteros, un atacante que ya vistió la zamarra rojilla en calidad de cedido media temporada el curso pasado y en cuyo potencial se encuentran depositadas muchas esperanzas. La estructura competitiva del equipo ya esta conformada, ahora resta sumar las piezas de ataque, y doblar ciertos puestos, para tratar de marcar la diferencia en las dos áreas.