El botín en Canarias pudo ser mayor para el Mirandés
El conjunto rojillo sumó un punto ante un candidato al ascenso, pero tras jugar contra diez más de 50 minutos se quedó incluso corto
Ángel Garraza
Lunes, 8 de diciembre 2025, 21:13
Un punto ante un recién descendido de Primera División y, por lo tanto, un firme candidato a regresar a la élite era considerado un buen ... premio antes de empezar el duelo en Gran Canaria ante Las Palmas. Nadie que apueste por los colores rojo y negro del Mirandés lo habría desechado en una hipotética quiniela previa. Pero después de comprobar cómo transcurrió el encuentro y, sobre todo, de la situación en la que está el equipo, en puesto de descenso, da la sensación de que el cuadro jabato desperdició una buena ocasión para haber ganado en un feudo importante, relevante, lo que habría supuesto una tremenda inyección de moral y autoestima, además de que podría haber servido para encadenar dos triunfos.
Pero no fue así. Al menos, no encajó gol. Dio la sensación de que parecía ser la premisa fundamental que tenía encomendada el bloque de Jesús Galván, también cuando se vio en superioridad numérica sobre el verde. Eso, garantiza un punto y como se supone que se va a atacar mucho más que el adversario, la victoria puede estar más cerca. Lo estuvo, si Iker Córdoba no llega a estar en fuera de juego, una jugada que acabó en gol o si Ais Reig no rectifica y confirma el penalti que varios minutos antes había señalado a favor de los rojillos por darle el brazo a Barcia.
Fueron, todas ellas, acciones del primer tiempo porque en el segundo, cuando muchos factores s ele habían puesto de cara, la parsimonia rojilla impidió una alegría mayor. Por mucho que se prolongase el encuentro, los visitantes no exhibían la capacidad suficiente para perforar la meta canaria.
Las Palmas
Horkaš; Marvin, Barcia, Mika Mármol, Clemente; Amatucci, Loiodice; Pejiño (Iván Gil, m. 64), Jonathan Viera (Caro, m. 38), Fuster (Rozada, m. 64) y Luković (Jesé, m. 87).
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Mirandés
Nikic; Tamarit (Aarón Martín, m. 80), Juan Gutiérrez, Iker Córdoba, Medrano (El Jebari, m. 57); Varela (Cardero, m. 68), Thiago, Bauza, Pablo Pérez, Marí (Petit, m. 57) y Carlos Fernández.
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Goles: No hubo.
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Árbitro: El alicantino Saúl Ais Reig expulsó con roja directa al portero local Horkaš (m. 39) y amonestó con amarilla a los rojillos Marí (m. 33), Medrano (m. 50) e Iker Córdoba (m. 85) y al local Marvin (m. 85).
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Incidencias: 19.399 espectadores se dieron cita en el estadio Gran Canaria.
Un once inicial más o menos esperado es lo que puso en liza Jesús Galván, repitiendo doble lateral por la izquierda, con la inclusión de Varela por el otro costado tras sus actuaciones en los últimos duelos, con gol incluido ante el filial de la Real Sociedad. Y con la línea de cuatro atrás, que parece que ha llegado para quedarse. Enfrente, un cuadro insular, con un 4-2-3-1, con tres mediapuntas de calidad contrastada como son Jonathan Viera, Pejiño y Fuster.
La pelota, como se intuía, la tenía Las Palmas. El Mirandés esperaba en su campo, con las líneas muy juntas, estrecho y la zaga adelantada. Así es como Lukovic tuvo la primera ocasión para los suyos al coger la espalda a la defensa, pero Nikic repelió bien con el pie para desbaratar esa llegada. De forma tímida, los rojillos salían de su campo, como cuando Varela, con poca confianza, chutó en el 14.
El que llegaba era el cuadro amarillo porque el equipo de Miranda perdía muy rápido el balón. Sus puntas, Carlos Fernández y Marí, no lo mantenían y los de atrás lo rifaban muy pronto. Jonathan Viera estuvo cerca de aprovecharlo tras hacer una pared. Lo positivo para los visitantes es que el rival no cristalizaba su dominio y los minutos iban pasando, lo que beneficiaba a los de Galván.
En el 24, se contabilizó un gol anulado para los mirandesistas por claro fuera de juego de Iker Córdoba y pasada la media hora, Carlos vio adelantado al meta local y le quiso sorprender. La acción, que en un principio pasó desapercibida, no lo fue porque segundos después tras una buena contra del Mirandés, culminada al muñeco por Varela, el VAR avisó al colegiado Ais Reig de que en la acción anterior el portero había despejado con el brazo fuera del área. Tardó en decidirse tras verlo en la cámara y, finalmente, decretó la expulsión del croata.
El portero local vio la roja en el primer tiempo y Ais rectificó tras pitar un penati para el Mirandés
A la escuadra jabata se le abrió otro partido, contra diez. Todavía pudo ser mejor porque un minuto después, el exmirandesista Barcia despejó con el brazo. Ais señaló penalti, pero desde el VAR recibió otra advertencia para que fuera a ver la jugada. Es lo de siempre. La interpretación. Si lo hubiera pitado no habría pasado nada, pero entendió que el futbolista gallego recogía el brazo, así que todo quedó en 'agua de borrajas'. Podía haber sido un minuto glorioso.
El segundo tiempo, en cualquier caso, se presentaba de forma diferente, ante diez (el cancerbero exburgalesista Caro sustituyó a Viera con motivo de la expulsión). Los rojillos, lógicamente, se hicieron con el balón al estar en superioridad numérica. Había que moverlo con rapidez, de un lado hacia otro y no perderlo. Mostrar intensidad en los duelos y en las segundas jugadas una circunstancia de la que no puede presumir en demasía este equipo.
Bauza lo probó y chutó alto desde lejos. El extremo El Jebari (lo intentó una y otra vez, pero no se fue de Marvin ni una sola vez) y el punta Petit se incorporaron a falta de media hora. Se buscaba remate y juego profundo por la banda izquierda, con envíos para cargar el área con un rematador nato, como lo es el delantero uruguayo.
El Mirandés no generó peligro ante un rival que se quedó con diez; se mostró inoperante en ataque
Cardero reemplazó a Varela. Pero el Mirandés no generaba peligro. Tenía el dominio, sí, pero infructuoso, con escasos centros y oportunidades para desnivelar el marcador. No se prodigaba en la circulación rápida. Muy lento, sin ritmo. Es cierto que no había que volverse loco, pero sobraba parsimonia.
Los pases empezaron a ser fallidos y el Las Palmas respiraba metido en su campo. Bien es cierto que ya no llegaba a los dominios de Nikic, pero es que los rojillos no generaban inquietud en las filas contrarias. Un córner botado por Pablo Pérez fue rematado por Bauza de cabeza en la ocasión más clara, en el minuto 87. Pero este Mirandés, una vez más quedó comprobado, no está para demasiadas aventuras.
El punto en Las Palmas, ante un candidato al ascenso, no es mal botín. Ni mucho menos. En un principio. Pero tras jugar contra diez más de cincuenta minutos por la expulsión del portero local y el adversario echarse atrás porque firmaba las tablas, se puede antojar insuficiente.
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