El volumen de pasajeros y el tiempo de viaje, claves para definir la línea Miranda-Logroño

Son los dos factores que más se reiteran en el pliego de condiciones que va a tener que atender la empresa WSP SPAIN-APIA S.A.U, encargada durante los próximos 20 meses de analizar la situación sobre el terreno -valorando las afecciones medioambientales-, estudiar los hábitos de movilidad de la población de la zona o los transportes alternativos, teniendo en cuenta, que, en estos momentos, sólo hay un servicio diario de ida y otro de vuelta y con unos horarios que hacen inviable pasar la jornada en alguna de las dos poblaciones de las cabeceras de la línea a analizar.

Eso sin entrar a valorar el hecho de que se tarde una hora en un Alvia -59 minutos, exactamente figuran en la página de Renfe- para completar un trayecto de 69 kilómetros, aproximadamente. De hecho el pliego del Ministerio reconoce que «la línea presenta velocidades comerciales bajas y poco competitivas».

La media la fija en menos de 75 kilómetros por hora y esa es una situación que pone directamente en relación con la falta de inversiones acometidas en la línea en muchas décadas. La última actuación se hizo en 2003 y se limitó a una variante de 2,3 kilómetros para eliminar un paso a nivel y la anterior ya en 1987 en Miranda, para sacar las vías del centro de la ciudad. Al margen de esas dos actuaciones sólo se han hecho «pequeñas obras puntuales».

Eso pese a la constancia de que, desde hace años, se vienen produciendo «de forma reiterada» en determinados puntos, deslizamientos de ladera que han afectado «al funcionamiento y explotación» de una línea nada atractiva, víctima de un prolongado abandono pese a ser considerada como «uno de los principales ejes ferroviarias transversales de la península», tanto para pasajeros como para mercancías.

Sobre todo, porque Miranda es, como se recoge en el pliego, «un cruce estratégico de corredores ferroviarios, un nexo entre la Meseta y el País Vasco» y también con el Mediterráneo, a través de la línea que ahora se somete a análisis.

Un estudio que, pese al indudable peso de la ciudad, va a valorar como una de las alternativas el dejarla fuera del futuro trazado. Y es que entre las opciones a analizar, el Mitma plantea que se informe una propuesta elaborada en noviembre 2021 por el Gobierno de La Rioja que apostaba por conectar Logroño con la red de Alta Velocidad Burgos-Vitoria en Pancorbo y no en Miranda.

Un desplazamiento que dejaría a la ciudad sin ser un nudo de comunicaciones con el cruce de más de una línea, un criterio de obligado cumplimiento entre los establecidos por la UE dentro del Corredor del Atlántico para ser considerado nodo básico (el otro mover más de 800.000 toneladas anuales de mercancías y que, de momento, no se cumple).

De todos modos, este no es el primer estudio que se va a llevar a cabo para analizar la modernización del tramo Miranda-Logroño. De hecho, en un estudio informativo del corredor de altas prestaciones Cantábrico- Mediterráneo, ya se plantearon varias opciones en un corredor distinto al del ferrocarril existente, pero las fuertes oposiciones de Rioja Alavesa por las «afecciones sobre el territorio» en zonas de viñedos provocaron que «no se continuara con la tramitación» y se abriera un silencio que duró once años.

De hecho, ahora entre los aspectos que se han valorado positivamente de la empresa elegida es que estudiará el impacto de cada alternativa sobre las zonas vinícolas y la evaluación de resiliencia de las alternativas.

La necesidad de mejorar ese tramo no se retomó hasta 2020, cuando en el protocolo firmado para actuar entre Castejón y la capital riojana, se volvía a señalar como «estratégica la adaptación a la alta velocidad» también del recorrido de Logroño a Miranda. Será WSP SPAIN-APIA S.A.U la firma encargada de elaborar el estudio con alternativas y opciones, al haberse adjudicado el contrato por 464.640 euros (IVA incluido).

La suya fue la oferta que mayor puntuación obtuvo de las 7 presentadas a una licitación con un presupuesto de 612.677. La baja es de 148.037 euros (un 24% de ahorro). Sí se presentó una oferta algo más económica (el importe era de 1.710 euros menos antes de sumar el IVA) que fue descartaba por baja temeraria.