Miranda desafía el liderazgo logístico de Álava con más suelo y paz social
Dispone de 6,7 millones de metros cuadrados de suelo industrial de los que ha vendido casi 1 millón en los últimos cinco años
Lucas Irigoyen
Domingo, 9 de febrero 2025, 00:01
La niebla no entiende de mugas. Es jueves, ocho y media de la mañana, y las nubes se agarran al suelo de los márgenes del ... Ebro y hunden el termómetro por debajo de los cero grados. Donde lindan Castilla y León con Euskadi y Burgos con Álava, el 'boom' logístico trasciende fronteras. Ese cruce de caminos entre la N1 y la AP-68, entre el norte y el sur, entre el arco Atlántico y el arco Mediterráneo, ha sido testigo de una guerra soterrada por la instalación de empresas. En los últimos cinco años se han adquirido 1,6 millones de metros cuadrados de suelo industrial. De ellos, 955.000 están en Miranda frente a los 590.000 que corresponden a Álava. La diferencia de superficie habla por sí sola.
Los operadores logísticos buscan intermodalidad y servicios. La industria, empleo cualificado, facilidades en la gestión administrativa, estabilidad social y energía. Álava, el territorio logístico por excelencia de Euskadi, ha aprovechado este empujón para llenar Arasur veinte años después de su nacimiento. Pero Miranda ha crecido aprovechando precios más bajos y su menor conflictividad laboral para desafiar al vecino del norte.
La plataforma logística gestionada por las instituciones vascas junto a Merlin Properties, una socimi de activos de uso industrial, ha logrado vender esos 590.000 metros cuadrados. En estos cinco años se han instalado allí compañías como Bridgestone y Enagás. Y las naves se han completado con la adquisición el pasado año de 100.000 metros cuadrados por parte del gigante logístico Panattoni.
La operación más importante ha sido la de Amazon. La multinacional de Jeff Bezos se ha hecho con los 270.000 metros cuadrados de la última ampliación. Y, en lo tecnológico, Merlin Properties ha comenzado su apuesta por los centros de datos reservándose 150.000 metros cuadrados y poniendo en marcha un 'data center'. Todo esto «demuestra el gran atractivo de Álava para las empresas logísticas e industriales», explica a EL CORREO la diputada foral de Promoción Económica de Álava, Saray Zárate. La dirigente política anuncia una ampliación de 43 hectáreas en Arasur para más compañías de ese tipo. Les favorece el aeropuerto de carga en Foronda y la terminal ferroviaria de Júndiz, en Vitoria.
Pero, enfrente, Miranda de Ebro se reivindica. La ciudad industrial que hace doce años sufría un paro de casi el 20% tras el desmantelamiento de sus grandes firmas es hoy algo más que una alternativa. Su alcaldesa, Aitana Hernando, recuerda que para hacer frente a «la profunda crisis de 2008» decidieron hace nueve años poner en marcha «una herramienta profesionalizada que promoviera inversiones». Es Miranda Empresas, un organismo dirigido por Roberto Martínez de Salinas. Su actividad ha sido determinante para la instalación de 212 compañías y la venta o adjudicación de 2,8 millones de metros cuadrados en ocho años.
Bajo precio del suelo
Las actuaciones, explica Martínez de Salinas, se coordinan con la Junta de Castilla y León, que construyó el polígono de Ircio, de más de 2,5 millones de metros cuadrados. Se han añadido los de la antigua papelera –con una terminal ferroviaria–, los que ya estaban del polígono Bayas y los de Las Californias. En total, 6,7 millones de metros cuadrados de suelo industrial. Igual que Júndiz, el polígono más grande de Euskadi. El impulso de las ayudas tras el cierre de la central de Garoña redirigidas por el Ejecutivo castellano y leonés y las subvenciones para rebajar el precio del suelo han sido determinantes.
La alcaldesa de Miranda explica que se «ha dado salida a parcelas por alrededor de 15 euros el metro cuadrado en suelo público o por unos 8 euros en suelo privado». Son cifras imbatibles para Álava, donde, como aclara un experto inmobiliario en suelos industriales, «los precios medios rondan los 90 euros en titularidad pública y entre 100 y 200 en terrenos privados».
Miranda ha logrado captar, especialmente en el sector logístico, grandes ocupaciones de espacio. Seur emplea a 250 personas, Aldi tiene su plataforma más grande en España con casi 100.000 metros cuadrados y 130 trabajadores. Panattoni, con la misma superficie adquirida, desarrolla varias naves que comercializar y donde se espera emplear a 1.000 personas.
Todo a una velocidad arrolladora que pilla ahora a Euskadi sin suelo industrial que ofrecer, al menos en ese espacio. La diputada alavesa de Promoción Económica, Saray Zárate, recuerda que a lo largo del arco Atlántico, «Álava ofrece alternativas como Júndiz con su plataforma ferroviaria o Subillabide». Ante los problemas, reivindica la capacidad de «acompañamiento institucional a las empresas para ver ubicaciones y afrontar trámites». «Uno de los aspectos mejor valorados por las compañías», recalca.
Pero todavía resuenan los ecos de la polémica del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la capital de Euskadi. El Ayuntamiento de Vitoria no ha habilitado más suelo industrial ante el reproche de la patronal e, incluso, de alguna crítica del diputado general de Álava, Ramiro González. Tomás Pérez Merino, impulsor de la firma Ucieza Servicios Inmobiliarios Industriales, insiste en que «las últimas grandes actuaciones fueron en Júndiz hace 20 años» y advierte que «una ciudad industrial como Vitoria necesita una oferta atractiva. La competencia para atraer inversiones es enorme».
Mientas tanto, el 'efecto llamada' de Miranda ha permitido reducir el paro en la ciudad y aumentar su población en tiempos de crisis demográfica. Así lo atestigua la regidora Aitana Hernando quien reivindica la «rebaja de la tasa de paro del 17,7% en 2016 al 9,6% actual» y recuerda que la ciudad ha crecido un 3,1% desde ese mismo año hasta alcanzar los 37.138 habitantes. Unos movimientos que también se dejan sentir en Euskadi, como explica Martínez de Salinas. «Han aumentado los trabajadores que vienen desde Vitoria», asegura. Pero estos 'desplazamientos' no solo los protagonizan personas, también las compañías. Hasta 27 empresas vascas se han asentado en suelo mirandés.
Un 'patrón' entre sindicatos
Martínez de Salinas evita hablar de carrera por conseguir nuevas compañías y asegura que «no trabajamos deslocalizaciones, solo ampliaciones». El responsable de la patronal en Miranda, Eduardo Araguzo, subraya la importancia de los vecinos vascos. «Es la mano que nos da de comer», insiste. Numerosas plantas de mecanizado y calderería elaboran piezas que van a fábricas vascas como Mercedes o a compañías bandera de Euskadi como Ingeteam. «Trabajamos con mucha ingeniería guipuzcona y firmas de máquina herramienta en la realización de sus piezas», explica Araguzo. «Euskadi tiene ese valor añadido –continúa– y nosotros tenemos la capacidad de desarrollarlo, profesionales, soldadores...». Lo dice a modo de despedida antes de ir al congreso de CC OO de Miranda y a la vez que en Euskadi la patronal se levanta de la mesa de negociación delSMI vasco con los sindicatos .
La conflictividad laboral es el elefante en la habitación. El absentismo y la convocatoria de huelgas no ayudan al País Vasco. En los vídeos de promoción del suelo industrial de Miranda aparecen patronal y sindicatos. La alcaldesa de la ciudad reconoce que esa estabilidad «es fundamental». Y los empresarios, a uno y otro lado de la muga, confiesan que este factor es clave. El propio diputado general de Álava reclamaba esta semana un pacto por el empleo en la comarca de Ayala, donde se sufre ante el cierre de Guardian. El director general de SEA Empresas Alavesas, Juan Ugarte, señalaba a este medio que «ese pacto habría que extenderlo a todo Álava y a toda Euskadi».
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