Un espacio donde ocupar el tiempo libre
Usuarios. ·
Entre 30 y 40 acuden diariamente a las instalaciones del Centro JovenSon muchas las ocasiones en las que los más jóvenes no acaban de encontrar el modo de ocupar su tiempo libre, así que poder disponer ... de un espacio como el Centro Joven se presenta como una oportunidad para encontrar ocupaciones con las que distraerse en sus períodos vacacionales. Pueden hacerlo en este caso alrededor de 260 jóvenes mirandeses, que son los socios activos inscritos en este momento.
En estas fechas de verano y teniendo en cuenta que si lo permite la climatología -este año no está siendo precisamente benévola- los chicos y chicas que tienen opción de acudir a este espacio municipal suelen tener en mente también ir a las piscinas, el horario de apertura se concentra en la franja matinal; de lunes a jueves se puede acudir entre las diez y media de la mañana y las dos y cuarto del mediodía. Los viernes se acorta algo y va desde las once y hasta las dos.
En cifras
260 son los socios
activos del Centro Joven; chicos y chicas de que en el año en curso cumplen entre 12 y 18 años.
15 euros anuales.
Esa es la cuota que tienen que abonar los socios de once y doce años. El resto, para poder disfrutar con la oferta que se hace, tienen que pagar 20 euros, aunque hay descuentos si tienen el carnet joven.
3 monitores
atienden las necesidades de los usuarios.
Y en ese tiempo aunque tal y como argumenta la coordinadora «la asistencia es irregular, oscila mucho, dependiendo de las vacaciones, de cuando se vayan», sí puede afirmarse que la media de usuarios está siendo «buena», se está rondando la presencia de entre 30 y 40 personas al día aunque «hay jornadas en las que nos quedamos en unos veinte».
El dato está siendo muy similar al que podía manejarse en años anteriores y el que también es muy similar es el relativo a la edad de los escogen el Centro Joven como lugar para pasar unas horas. El centro está abierto a chicos y chicas que en el año en curso cumplen entre doce y dieciocho años y la mayoría de los que acuden durante el verano son los más jóvenes.
También en el exterior
Los responsables de organizar las actividades para los habituales usuarios del Centro Joven tienen claro que «con la pandemia han cambiado los hábitos de ocio, vienen mucho, pero están un rato corto, hacen la actividad o el taller que esté programado y se van a la calle».
Por eso es por lo que este año han promovido hacer «más cosas fuera del centro»; entre ellas se han incluido salidas para acercarse al piragüismo, un taller de repostería o juegos de agua, «que han tenido una gran aceptación y les han gustado mucho».
Son esas propuestas minoritarias y a las opciones de entretenerse con juegos de mesa o videojuegos, se unen los talleres, juegos y torneos de lo más diverso que, «sirven para obtener puntos para participar en la campaña 'Rompe la hucha', que hemos puesto en marcha con la idea de conseguir que aprendan a ahorrar y a gestionar su paga».
Los que participan en alguna actividad reciben veinticinco puntos y cincuenta son los que se llevan los que finalizan alguno de los talleres. La recompensa es mayor, setenta y cinco, para los que participen en juegos y torneos y los vencedores de loe mismo acumulan cien. Esos puntos son canjeables por premios que van desde regalos sorpresa a un reloj actividad, pasando por auriculares, un marco spotify, un pendrive o un micrófono de karaoke.
Parece que la elección de las actividades y también de las recompensas ha sido acertada «es lo que creemos porque la verdad es que este año todos los que vienen, chicas y chicos, se están mostrando muy participativos».
Si la pasada semana algunos se decidieron por customizar su ropa y participar en el taller de repostería y el torneo de billar para la semana que arranca hoy lo que se ha planificado por parte de los monitores es, para empezar, una cita con Drinking sin alcohol game, el juego Sigue la Brújula, un torneo de Jungle Speed y un taller para construir casitas de pájaro.
El horario de verano se mantendrá hasta el 8 de septiembre y, a partir del día 15, las puertas del Centro Joven se abrirán los viernes y los sábados de 17.00 a 22.00 horas, y los domingos hasta las nueve de la noche; será a partir de entonces cuando funcione con horario de invierno.
La experiencia como usuario ahora la pone en práctica como monitor
Quienes se encargan de plantear una oferta que sea atractiva a los usuarios del centro Joven son los monitores y las coordinadoras. Éstas han visto pasar en los años que lleva abierto este espacio municipal a muchos chicos y chicas y, han constatado también que un buen número de ellos ha optado por convertirse en monitor de tiempo libre.
Es el caso de Borislav Bagriyanov, conocido por todo como Bobi «que es más fácil», y que a sus veinte años es uno de los monitores que hizo el curso «porque desde hace tiempo tenía claro que trabajar con jóvenes es algo que me gusta».
Tuvo además la suerte de poder hacer las prácticas obligatorias para conseguir la certificación en el propio Centro Joven «que conocía bastante bien porque había sido usuario durante algún tiempo».
Ahora desarrolla el trabajo de monitor en este espacio municipal como complemento a sus estudios y se muestra «muy contento, la verdad. Es muy satisfactorio trabajar en lo que te gusta, yo tengo la suerte de poder hacerlo, así que estoy feliz».
No ha pasado mucho tiempo desde que Bobi dejó de ser usuario del Centro Joven pero aun así apunta que sí se ven algunas diferencias entre los chicos y chicas que ahora pasan en él, ya sea en verano o durante el curso, parte de su tiempo.
Dice que, además de apreciar los cambios «por la edad, que no hay mucha diferencia pero se nota», los más significativos entiende que vienen derivados de los hábitos que los usuarios del Centro Joven adquirieron durante la pandemia.
«Ahora les vemos que entran y salen mucho y, hay que decir también que como durante ese tiempo se vieron obligados a estar más con el tema digital porque no podían estar presencialmente con sus amigos y eso les ha dejado unos hábitos diferentes. Ahora están más con la play y la tecnología, y a nosotros lo que nos toca es hacerles ver que es importante participar e involucrarse con actividades que nada tienen que ver con lo digital y yo creo que muchos están descubriendo que también así pueden divertirse».
Bobi trabaja en el Centro después de hacer en él las prácticas, tarea obligatoria para todos los chicos y chicas que han hecho el curso de monitor de tiempo libre. Las coordinadoras apuntan que «son muchos y nosotras aquí ahora mismo tenemos lista de espera, así que irán viniendo a lo largo del año».
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