Las cuadrillas urgen a la Cofradía a confirmar si habrá fiestas de San Juan del Monte

A estas alturas, lo normal sería tener contratadas las comidas o la charanga, pero este año impera el compás de espera. Nadie quiere dar pasos en falso porque anular contratos tiene un coste económico, y el nerviosismo empieza a aflorar al ver que se acerca la fecha. «No se pueden preparar las fiestas en quince días» es la frase más repetida entre los presidentes de las cuadrillas, que instan a la Cofradía a pronunciarse cuanto antes.

La principal incertidumbre radica en la respuesta de la gente, ya que tras dos años de pandemia, es aventurado estimar un número de integrantes. «Hay muchas personas que tienen miedo y que quizá este año prefieran no salir», aseguran desde El Expolio, que con más de trescientos socios es la peña más numerosa y que tiene todavía pendiente la celebración de su aniversario, aplazado por culpa de la suspensión de las últimas ediciones.

A la incógnita sobre el número de sanjuaneros, se suman otros factores como no saber si se podrán celebrar actos multitudinarios o disponer de espacios cerrados para las comidas como las lonjas que algunas cuadrillas suelen alquilar. «Así es imposible contratar ningún servicio de catering o calcular otros gastos cotidianos», afirman los directivos del Porrón, algunos de los cuales tienen restaurantes en la ciudad y a los que las dudas les afectan doblemente. «Otros años teníamos todas las mesas reservadas desde el San Juan anterior, pero de momento ninguna cuadrilla ha llamado porque no quieren pillarse los dedos. El problema será que si a última hora se dice que si hay fiestas va a ser caos para encontrar lugar y organizar todo», apuntan.

Conseguir plazas de alojamiento también suele una odisea, pero de momento hoteles, pensiones y albergue tienen disponibilidad. «La reserva de hace dos años nos la guardaron para 2021, pero al final la hemos perdido. Por eso ahora nadie quiere arriesgarse a que le pase lo mismo, pero si luego no encuentras sitio, a ver que haces con la charanga», señalan desde el Porrón.

Las cuadrillas manejan presupuestos elevados, en algunos casos superiores a los 30.000 euros. «Las previsiones entre un año y otro son similares, pero ahora estamos haciendo presupuestos en el aire porque nos podemos encontrar con que muchos cofrades decidan no participar de las fiestas o no de todos los actos. Hay gastos fijos que no cambian salgamos 50 o 200 y tenemos miedo a que las cuentas no cuadren», señalan desde el Alboroto, cuadrilla que entiende el recelo de la Cofradía aunque, como todas las demás, pide que la decisión final no se dilate mucho más. «No podemos improvisar a última hora, sino que tenemos que tener un margen mínimo para organizar todo; al menos necesitamos un par de meses y con este tiempo ya iríamos muy justos», remarcan.

En el mes de marzo, casi todas las cuadrillas tienen pensado mantener una reunión con sus integrantes para explicar la situación, pero los plazos se agotan sin tener información clara. Si la Cofradía no da un paso al frente en las próximas semanas, «tendremos que aplazar esas reuniones a abril, porque no tiene sentido juntarnos ahora sin saber con certeza qué vamos a poder hacer o no en San Juan», sostienen.

En las últimas semanas, raro es el día que los directivos de las cuadrillas no reciben llamadas telefónicas de músicos o restaurantes para intentan confirmar. «Con la charanga es un problema, porque tienen posibilidades de irse a las fiestas de otros pueblos; al final, les pides que te esperen un poco más pero va a llegar un momento que ellos también van a querer asegurarse una actuación y van a aceptar otras ofertas», apuntan desde Los Revoltosos, donde varios integrantes ya han dejado claro que este año no saldrán por temor a la pandemia.

No solo las cuadrillas están pendientes de la celebración de las fiestas. Para la economía local, suponen un impulso importante al mover más de dos millones de euros, dinero que repercute en casi todos los sectores, no solo en la hostelería y que principalmente se queda en la ciudad. Y es que a pesar de que hay algunas empresas de comida de Álava y La Rioja que tienen encargos porque los locales mirandeses ya están desbordados, casi todas las cuadrillas optan por contratar gran parte de los servicios en Miranda.

Evidentemente los bares y restaurantes son los negocios que más caja hacen esos días, pero San Juan tiene impacto en tiendas de publicidad, imprentas, servicio de transporte, productores, técnicos de sonido,... Después de dos años en los que los ingresos se han visto reducidos, recuperar las fiestas sería una tabla de salvación.

Sin embargo, por ahora la Cofradía opta por guardar un silencio sepulcral. Mientras que en otras ciudades ya se ha adelantado oficialmente que se celebrarán fiestas masivas, como San Fermín o las Fallas de Valencia, los mirandeses aguardan noticias sobre San Juan del Monte. ¿Habrá Bombazo? ¿Y romería? Son algunas de las preguntas que se escuchan estos días en muchos corrillos y que suscitan debates. Hay quienes piensan que para junio la situación epidemiológica habrá mejorado notablemente y que no habrá restricciones para celebrar las fiestas con normalidad, pero tampoco faltan los que opinan que las aglomeraciones suponen incrementar el riesgo de una nueva ola.

A la espera de que la Cofradía mueva ficha, las cuadrillas ven con impaciencia como se acerca la fecha. El primer fin de semana de junio cada vez está más cerca y las blusas esperan desde hace casi tres años en el armario la oportunidad de tomar otra vez las calles de la ciudad.