Iker y Amaia, un bombero y una doctora entregados a su pasión por la escalada

Apasionado del alpinismo, el joven acumula a pesar de su edad una dilatada experiencia en escalada, práctica que había llevado a cabo por distintos lugares del mundo. California, Noruega, los Alpes y Marruecos son algunos de los destinos que ha recorrido para poder disfrutar de una de sus aficiones preferidas.

Quienes le conocen bien aseguran que la pasión de Iker Bilbao por los deportes de montaña se fraguó en el seno de su familia. Desde que era bien pequeño acostumbraba a acudir al monte junto a sus padres, ligados a las activides que desarrolla el club Alpino Tabira de Durango. «A Iker le encanta practicar escalada, esquiar y disfrutar de recorridos por las montañas de distintos lugares», comentan allegados de este joven de complexión menuda.

Precisamente, la afición a todo tipo de prácticas montañeras llevaba a Iker Bilbao a destinar a las mismas buena parte del tiempo que le dejaba libre su trabajo como bombero en el parque de Ayala. Una profesión a la que llegó tras a haberse formado en Magisterio, después de pasar en las primeras etapas educativas por la escuela pública Landako de Durango y por el instituto Fray Juan de Zumarraga. «Era muy inteligente y vivaz, además de deportista y aventurero», detallaron algunos de sus compañeros de su época de estudiante, impactados por lo acontecido en Argentina.

Desde el Ayuntamiento de Durango, localidad en la que ha residido hasta hace bien poco, también mostraban su consternación por el trágico accidente. Además de «estar muy atentos a todas las noticias que nos vayan llegando desde la Patagonia», trasladaron a la familia «todo el apoyo y la fuerza» que se necesitan en estos momentos de desconcierto y desolación por la desaparición del joven alpinista junto a su compañera de expedición.

El alto nivel de la joven afincada en Huesca le ha llevado hasta el equipo nacional de alpinismo

«Es una de las grandes promesas del alpinismo vasco». Eneko Pou y su hermano Iker, una de las principales cordadas a nivel mundial, conocen bien a Amaia Agirre, con la que han escalado en varias ocasiones. A los 31 años, la joven desaparecida en la Patagonia ha acumulado la trayectoria suficiente para hacerse un nombre en el mundo del alpinismo. Nacida en Urnieta (Gipuzkoa) pero afincada desde hace años en Huesca, forma parte del selecto grupo de deportistas que integran el Equipo Femenino de Alpinismo de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), ahora dirigido por Míriam Marco y con el que el año pasado abrió doce vías de escalada en Jordania y en Arabia.

«Es muy, muy buena. Extremadamente fuerte en todas las disciplinas, en hielo, en roca... No por casualidad estaba intentando algo tan duro», destaca en referencia al Fitz Roy Eneko Pou, que describe a Amaia como «una chica muy maja, muy sencilla, callada y simpática». Formada como médico en la Universidad de Zaragoza, ya estuvo en el Equipo Femenino de Alpinismo en su anterior ciclo, capitaneado por Marc Subirana. Con este grupo participó a finales de 2021 en una expedición al valle nepalí de Rolwaling, donde hicieron una nueva ruta en la cara sur del Chekigo, una montaña de 6.257 metros.

Este viaje impidió a la joven alpinista recoger el Trofeo Federación 2021, que le concedió la Federación Aragonesa de Montañismo por «su excelente trayectoria en la práctica de los deportes de montaña y su excelente calidad alpinista». Amaia consiguió la primera ascensión femenina española a la vía 'Groucho Marx' en el macizo de Mont Blanc, por la que fue finalista de los premios FEDME 2020, e hizo también la vía 'Eternal Flame' en la Torre son Nombre del Trango, en el Karakorum (Pakistán).

Esta última hazaña formó parte de la proyección que Amaia Agirre presentó hace poco más de un mes en Huesca junto a su pareja, el reconocido alpinista alavés Julen Berrueko, durante la semana cultural de montaña que organiza el Club Peña Guara, al que Amaia pertenece desde 2016. El presidente de la entidad, Manolo Bara, se mostraba ayer absolutamente consternado, consciente de las dificultades que entraña el rescate con vida de la joven deportista y preparado para ayudar a su familia en lo que precise.