Directo Más de 2 kilómetros de retenciones en Santo Domingo por la avería de un coche
Fotos: Rafa Gutiérrez y Blanca Castillo

La Blanca 2025

La farra renace al mando de los txikis

Los debutantes Aiora y Eñaut abarrotan la Virgen Blanca en una bajada de Celedón y Edurne Txiki que da a los 'peques' el timón de las fiestas

Jueves, 7 de agosto 2025, 12:27

Las fiestas de Vitoria se han colgado este jueves el cartel de 'family-friendly'. Tan sólo hubo que hacer una visita matutina a la ... plaza de la Virgen Blanca para comprobarlo. A eso de las once, cuando aún quedaba una hora para reiniciar la farra con el 'Txikichupinazo', o sea la bajada de Celedón y Edurne Txiki, cientos de familias comenzaron a abarrotar el espacio.

Publicidad

La estampa recordaba a esa otra más propia de las zonas costeras, cuando los veraneantes se levantan a horas intempestivas para quedarse con el mejor sitio de la playa. La diferencia es que en este caso lo que más cotizaba entre el hormigón ardiente no era la primera línea frente al mar sino la escasa sombra, que se escondía –y se achicaba por minutos– en los laterales.

La espera para aitas y aitites ante ese sofoco resultaba esforzada, valiente. El termómetro ha llegado a marcar en ese rato los 31 grados y en las horas centrales de la jornada el mercurio siguió subiendo hasta alcanzar los 34,7 grados en la capital alavesa. Para soportarlos, a Celedón le han surgido competidores. Chavales que también han completado el conjunto de blusilla y neskita con su paraguas anti rayos ultravioleta.

Mientras se hacía la hora, las ansiadas doce en punto, multitud de carritos se han plantado alrededor del Monumento y otros tantos críos correteaban por la plaza para pasar el tiempo dejando claro que ellos serían hasta medianoche los gobernantes de la jarana.

Publicidad

1 /

Así las cosas, y habiendo desaparecido de manera oficial la calificación de +18 de La Blanca, el salón de estar de la ciudad se ha ido llenando. Se ha rebosado hasta tal punto que si ese fenómeno de masas lo hubiera analizado algún sociólogo, quizás lo hubiera achacado al efecto 'arrastre'. Esta es una tendencia que explica, entre otras muchas cosas, por qué ver a una muchedumbre atrae a más gente a un sitio.

Hipótesis sesudas aparte, los encargados de dirigir a toda esa marabunta han sido, este año, Aiora Díaz (12 años) y Eñaut Sáenz de Viteri (10 años). Ella representa a la cuadrilla de Los Alegrios, que es la primera vez que tiene a una representante txiki. Aiora había soñado con este papel toda su vida. Él, por su parte, pertenece a los diablillos de Galtzagorri y jamás se hubiera imaginado estar allí, cruzando la plaza como lo hace el Celedón grande el 4 de agosto.

Publicidad

Larga espera

Pistolas de agua han logrado el disfrute de los críos y el alivio de los mayores ante los 31 grados de sofoco

Al final, ambos han bordado el papel. Tan nerviosos como ilusionados, estos pequeños se han dado un baño de masas después de que los muñecos de Celedón y Edurne Txiki culminaran su descenso por un robusto cable de 200 metros y 50 metros de desnivel desde la torre de la Iglesia de San Miguel hasta Postas.

A algún asistente ese otro viajecito hasta conocer al aldeano 'mini' más famoso de Zalduondo y a la neska txiki de carne y hueso se le ha hecho demasiado largo. Ya saben que los críos llevan en el ADN la impaciencia y que sus progenitores se ven obligados a entrenar sin descanso las distintas formas de calmar esas vocecillas que preguntan sin cesar cuánto falta para que la actividad –la que sea– empiece.

Publicidad

Pues bien, cuando ha llegado el momento de inmiscuirse entre la multitud, Aiora y Eñaut parecían la mar de tranquilos, con una actitud muy diferente a la que protagonizó el pasado lunes Iñaki Kerejazu. Los txikis se han tomado su tiempo, escoltados por la Comisión de Blusas y Neskas por delante y por una Cabezuda y algunos Reyes de La Baraja, por detrás.

Baño de masas

«Hoy es un día para abrirnos el hueco que nos merecemos y para gozar», dicen Edurne y Celedón

Entre saludo y saludo, como si fueran los mismísimos Reyes de España, han tardado casi seis minutos en acceder hasta La Balconada. «¡Están pasando a nuestro lado!», clamaba pletórico de felicidad Markel, de 8 años. «Es la primera vez que venimos y que no lo ve por la tele», explicaba su ama sobre su desenfrenada emoción. «El día 4 sí estuvimos aquí. Pero como hay tanta gente no disfrutas igual», añadía.

Publicidad

«A mí me gustaría llegar a ser como ella», le comentaba Ane, de la misma edad, a su progenitora, Daiane al ver a Edurne. «¿Y eso? Si es muchísima responsabilidad», se horrorizaba ante la idea su amiga Iraia.

Este Chupinazo –que se inició sólo con su versión masculina en 1983 y logró la igualdad en 2002– es para que los 'peques' de la casa disfruten. «Hoy es todo para ellos», aseguraba Ainhoa Granados, mamá de Izan, de un año y de Naia, de ocho. La suerte que tienen es que conseguir que disfruten es fácil, y barato. Este jueves han triunfado las pistolas de agua y el cancionero popular.

Noticia Patrocinada

Al ritmo de 'Baby Shark'

Hasta las charangas se han refinado y tocado, entre otras, la canción del tiburoncito 'Baby Shark', la de Los Payasos de la Tele 'Hola Don Pepito, Hola Don José' o 'Susanita Tiene un Ratón', entre otros grandes éxitos que no envejecen.

Precisamente a esa única tarea de exprimir el disfrute fue a la que han encomendado Aiora y Eñaut una vez tomaron el primer plano en La Balconada. Allí han sido recibidos al sol del Pasacalles de Celedón con aplausos y cálidos abrazos de las autoridades, además del de Kerejazu, su 'hermano mayor' y referente por haber sido Celedón Txiki en 2004.

Publicidad

Con una sonrisa de oreja a oreja, los txikis animaban al resto de vitorianos a«saltar, bailar, reír y pasárselo bien». «Hoy es un día para disfrutar, para gozar, para abrirnos el hueco que nos merecemos», han leído en euskera y español, evitando la improvisación para no fallar.

Aún así, Aiora, algo más mayor y con un pelín más de tablas, le pedía a Eñaut que fuera más despacio y le recordaba lo que tenía que hacer. Él, espontáneo como sólo se puede ser cuando se tiene la inocencia de un niño, casi se olvida de abrir el paraguas y de saludar. Pequeños despistes que convierten este día en uno aún más especial.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad