Manu García, Isabel 'Moses' Fernández, Aitor Xabier Ruiz de Luzuriaga y Haizea Castresana, durante el coloquio celebrado en Artium. Igor Martín

Kirolean Errespetuz

El respeto entra en juego

Cuatro profesionales debaten en el coloquio de Kirolean Errespetuz celebrado en Artium sobre las actitudes violentas en el deporte

Domingo, 12 de octubre 2025

Forjar el respeto desde la base. Tres de cada cinco alaveses escolares practican alguna modalidad deportiva. En cifras: 18.115 chavales de entre 6 y 16 años dedican parte de sus tardes y fines de semana a hacer la mochila, uniformarse y competir, ya sea en solitario o con sus compañeros. Y lo hacen con el único propósito de divertirse, mantener hábitos saludables y superarse personalmente. Una ecuación en la que no tienen cabida las actitudes violentas, esos 'adversarios' que se busca erradicar con la campaña Kirolean Errespetuz, impulsada por EL CORREO y la Diputación Foral de Álava. El objetivo final no es otro que garantizar un entorno seguro y respetuoso para deportistas, árbitros, entrenadores y público.

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Con el propósito definido, el foco se centra en la forma para lograrlo. Un debate alrededor del cual giró el coloquio celebrado el pasado miércoles en Artium en el que tomaron la palabra cuatro profesionales del ámbito deportivo. Manu García, excapitán del Alavés; Isabel Fernández 'Moses', entrenadora de baloncesto y seleccionadora española sub-16; Aitor Xabier Ruiz de Luzuriaga, psicólogo deportivo, y la árbitra de fútbol, Haizea Castresana, radiografiaron la situación y plantearon posibles soluciones.

Todos ellos coincidieron a la hora de señalar a las gradas como origen del conflicto. «En esos entornos mostramos cómo somos como persona. La gente lleva a las instalaciones su carga emocional y habría que cortarlo», recomendó Ruiz de Luzuriaga. Atajar unas actitudes que terminan contagiándose a los verdaderos protagonistas del juego. «He visto pocos niños malos de padres buenos. Normalmente el que tiene una familia educada se ve reflejado en la competición», comentó 'Moses'. Malas formas que terminan sufriendo en última instancia también los árbitros, como censuró Castresana.

No obstante, y tal y como remarcó Manu García, se están dando importantes pasos para transformar la atmósfera que envuelve a las competiciones. «Las federaciones y los clubes tienen más conciencia sobre los valores que quieren transmitir, en dejar el resultado de lado y buscar más una forma de ser y actuar». Esos valores que Moses predica en primera persona. La entrenadora recordó cómo vivió la temporada en la que entrenó a un equipo en la cárcel de Mansilla de las Mulas, en León. «Deportivamente, fue una de las mejores experiencias de mi vida», confesó.

217 expedientes

Erradicar la violencia de los terrenos de juego y las canchas es un tema que ocupa a las instituciones. El año pasado, el Gobierno vasco abrió 217 expedientes por violencia en estos ámbitos. La cifra representa un 82,4% más que en 2019, cuando fueron 119 incidentes. No hace falta rebobinar tanto en el calendario para encontrar un precedente. El pasado fin de semana se suspendió un partido de fútbol regional en Vitoria por la agresión a un árbitro.

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Que la lista de episodios violentos aumente refleja la necesidad de dar herramientas para atajar el problema. El informe 'Diagnóstico y propuestas cocreadas para la cogestión de la violencia relacionada con el deporte en Euskadi', elaborado por Juan Aldaz y Marian Ispizua y publicado por Lakua en 2018 invita a una reflexión colectiva: «Más de un tercio de la población (38%) piensa que la violencia en el deporte está totalmente relacionada con comportamientos violentos en la sociedad».

Especialmente en edades tempranas, cuando se forja la personalidad de las futuras generaciones. Unas raíces que requieren de un entorno sano para brotar con fuerza. Ese mismo documento pone número al impacto de estos partidos en la comunidad autónoma. «Si pensamos en competiciones escolares, el 19% de la población acude a ellas», lo que supone un 37% del total de participantes en la encuesta que dicen acudir a presenciar encuentros deportivos.

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  1. Manu García Exfutbolista profesional

    «Las expectativas irreales conducen a la frustración»

Manu García ha vivido tres décadas de su vida 'pegado' a un balón de fútbol. Una dilatada trayectoria que le permite ofrecer una certera radiografía sobre la evolución del 'estado de salud' del deporte en este tiempo. «Realmente, creo que estamos evolucionando y estamos mucho mejor que años atrás. Yo también he leído la noticia del árbitro agredido y todo el mundo siente que eso está mal. ¿Cuántos partidos se juegan en Vitoria cada fin de semana?», cuestiona, para tratar de poner en perspectiva ese episodio.

En ese sentido, el exfutbolista del Alavés (2012-21) puso en valor el trabajo que se viene realizando por distintos agentes para 'ganar' este particular partido. «Cada vez los clubes y las federaciones tiene más conciencia sobre los valores que quieren transmitir a los jugadores, sobre cómo quieren formar a esos jóvenes deportistas. En dejar el resultado de lado y buscar más una forma de ser y actuar». Un nuevo rumbo que el excapitán albiazul aplaudió. «Al deporte se le da la importancia de un instrumento muy potente para educar en valores».

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Y que trasciende la propia competición. Una imagen: final de la Copa del Rey de 2017. Los jugadores del Alavés recibieron una ovación de la afición babazorra, orgullosa del esfuerzo de su equipo. «Fue bonito porque sentimos el reconocimiento de haber aportado algo bonito a nuestra gente. Nos sentimos ganadores en un sentido», reconoció.

Episodios como ese se desfiguran cuando «sólo esperas resultados». «Muchas veces las expectativas de la gente son irreales y lleva a la frustración y a actitudes en las que tú no te reconoces». Un malestar que descargan también sobre los protagonistas. «Los deportistas no dejan de ser personas con los mismos problemas que un ciudadano normal. Y a veces no se da esa visión que ayudaría a humanizarles».

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  1. Isabel 'Moses' Fernández Entrenadora de baloncesto

    «Muchos pueden entrenar, pero no ser entrenador»

«Entrenar lo pueden hacer muchos, pero ser entrenador no, es muy difícil», reflexionó Isabel 'Moses' Fernández. La coach de baloncesto y vigente campeona del Eurobasket sub-16 con España puso en valor la figura del técnico más allá de los aspectos meramente deportivos. «En las generaciones anteriores los valores, el respeto, la pasión y la forma de conseguir los éxitos venían de serie, como en los coches». Una educación que ocupa ahora la planificación de un míster. «No es que se esté perdiendo, pero se difumina», lamentó.

Y apuntó al ruido exterior. «He visto pocos niños malos de padres buenos. Normalmente el que tiene una familia educada se ve luego reflejado también en la pista», afirmó sin titubeos. Un exceso de competitividad al que le puso nombre y apellido. «Antes en casa querían que sus hijos jugasen, luego que fuesen buenos, más tarde que se convirtiesen en el mejor y ahora algunos incluso quieren que al de al lado le vaya mal».

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Un «efecto dominó» que en los deportes colectivos, señaló, es fácil ponerle freno. «Es sencillo saber quién es la manzana podrida». Ese jugador que termina por condicionar al resto del grupo y los partidos. Una situación que debería, añadió, empujar a una reflexión interna en las familias. «Siempre digo lo mismo: lo que tenéis que hacer es animarle porque sea o no bueno, será vuestro hijo para toda la vida».

La entrenadora vitoriana es un ejemplo de valores. En la temporada 2010-11 entrenó a un equipo en la cárcel de Mansilla de las Mulas, en León. «Deportivamente, fue una de las mejores experiencias de mi vida. Y también fue duro porque te cuentan por qué están ahí. Llegas y lo primero que impresiona es el olor, todo huele igual». Una monotonía que 'Moses' rompió con el baloncesto. «Era el único día que los módulos estaban juntos».

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  1. Aitor Xabier Ruiz de Luzuriaga, Psicólogo deportivo

    «La violencia no es innata, se aprende»

«Cuando era pequeña y jugaba con niños escuchaba comentarios 100% machistas por parte de los padres». A esta frase de Aitana Bonmatí, jugadora del Barcelona y tres veces ganadora del Balón de Oro, recurrió Aitor Xabier Ruiz de Luzuriaga, psicólogo deportivo, para demostrar que el deporte no es más que un espejo de la sociedad. «En esos entornos nos mostramos cómo somos como personas. Sale a la luz...», censuró.

El experto se mostró crítico con las razones que llevan a la gente a actuar de esa manera. «Llevan a las instalaciones su carga emocional, su situación personal... pensando que todo está permitido. Y no, habría que cortarlo». Por su impacto en el momento. Y sobre todo, por el peligro de que los jóvenes terminen mirando como referente a ese 'espejo'. «La forma de actuar viene por los mensajes y ejemplos que ven en su entorno. La violencia no es innata, se aprende».

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Es por ello que pidió controlar el papel de los padres que en algunos casos incluso llegan a asumir el rol de entrenador. «Los niños son tablas rasas que están aprendiendo a hacer deporte. Si los mensajes que reciben son contradictorios a los del entrenador eso les va a perturbar. Cada persona debe tener su sitio». E incluso pide ir un paso más allá. «Los familiares deben limitarse a acompañar a los niños a las instalaciones. Incluso no se les debe hacer la mochila, hay que construir su autonomía», animó.

Otro ejemplo de los diversos beneficios. «El deporte aporta valores, compañerismo, superación, capacidad de esfuerzo, responsabilidad, fortalecimiento de tu propio yo...». Un proceso de formación que debería tener un sello. «Debemos reflexionar sobre los valores que transmitimos: qué queremos hacer llegar y cómo queremos que lo vivan, entendiendo que se van a dar situaciones difíciles».

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  1. Haizea Castresana, Árbitra asistente en LigaF

    «El número de árbitras se ha multiplicado por cinco»

Haizea Castresana mostró su condena a la agresión que sufrió el pasado fin de semana un árbitro en un partido regional en Vitoria. La árbitra asistente de Liga F abogó por construir entre todos un entorno seguro y en el que impere el espíritu deportivo. «Es algo que necesitamos los árbitros para que podamos llevar acabo nuestro trabajo, que al fin y al cabo es nuestro hobby y siempre vamos a querer hacerlo lo mejor posible».

Para lograr ese clima óptimo, Castresana pide contar con la colaboración de los deportistas profesionales. «La televisión les otorga un 'altavoz'. Es importante que tengan un buen comportamiento por su propio beneficio, pero también por el de los jóvenes que les ven». Porque los 'ecos' de esos partidos se replican después en distintos terrenos de juego. «Los chavales cogen el ejemplo de sus referentes. Y si ven a los jugadores de Primera y Segunda protestando de manera exaltada a los colegiados, ellos va a terminar haciendo lo mismo».

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Durante su intervención, la colegiada puso en valor el crecimiento del arbitraje femenino. En la temporada 2017-18 la RFEF apostó por conformar una plantilla de mujeres para dirigir los partidos de Liga F. Se crearon referentes para otras mujeres. «En los últimos años se ha multiplicado por cinco el número de colegiadas». Pero su impacto llega también a la élite masculina. Guadalupe Porras se convirtió en 2019 en la primera asistente en Primera. Y en la temporada pasada, Huerta de Aza ascendió a Segunda División como árbitra principal. Hitos que rompen barreras.

Todo ello en una profesión, o más bien vocación, que en Álava desempeñan más de 150 colegiados, que transciende lo meramente deportivo. «El arbitraje te aporta valores, compromiso, compañerismo...», elogió.

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