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«¡Hey, txapeldun! Sales en el periódico». Félix, cliente habitual del bar Txintxirri, situado en la calle Juan de Ajuriaguerra de Bilbao, entró ayer por ... la mañana al local con total confianza y fue directamente hasta la cocina para dar la enhorabuena al dueño, Andoni Ibarguren. El emprendedor se encontraba entre fogones removiendo las patatas con garbo sin quitarles ojo mientras agradecía las palabras del vecino y le chocaba la mano.
El establecimiento se proclamó el sábado campeón de Euskadi de tortillas de Patata tradicionales, y lo cierto es que tras conocerse la noticia, los clientes más fieles -y muchos otros nuevos- empezaron a desfilar por el mostrador para deleitar sus paladares con el pintxo rey. Ha triunfado desde sus inicios, pero con premio se sirve -y sabe- mucho mejor. «Cuando abrimos siempre hay gente esperando, y ayer con más motivo», celebró el dueño.
«Desde que empezamos en 2019 hemos hecho tortillas, pero ahora hemos llevado la dedicación a otro nivel. Son nuestra seña de identidad y las mimamos todavía un poco más que antes. La gente nos conoce sobre todo por eso», aseguró Ibarguren, que todavía mantenía la resaca emocional del día anterior.
Cuando alguien se alza con un premio en un concurso gastronómico suele ser habitual preguntarse cuál es el secreto de su creación. Pero a veces no hay que darle tantas vueltas y simplemente consiste en tener buena mano y mimar el producto de principio a fin sin grandes pretensiones. Esa es su filosofía, la que también anuncian en su perfil de Instagram, en el que se definen como un «bar pequeño, incómodo y sentimental. Es decir, un bar humano».
«No hay secreto como tal. La patata que utilizamos es intermedia, no es muy dura pero tampoco muy blanda. Después, usamos unos diez huevos enteros y tres yemas. Y con cebolla siempre. Tenemos claro que vamos a mantener nuestras dos modalidades: la de alegría riojana, que es un poco picante, y la tradicional», contó.
Despachan unas 40 al día y ambas tienen éxito. Desde que este domingo levantaran la persiana a las 11.30 horas, la barra se llenó de clientes que les felicitaron con un pintxo entre manos. «Vengo mucho a este bar y soy amigo. No tengo ni idea de cómo hacen la tortilla, pero tiene un aspecto buenísimo y está muy rica. Es muy jugosa», cuenta Félix. «Está melosa y sin cuajar. Es una tortilla suelta y muy ligera», comentaban otros clientes que frecuentan el bar. Después de la victoria en Euskadi, Txintxirri se prepara para competir con su propuesta estrella a nivel nacional con muy buen sabor de boca. «Ahora vamos a jugar esa liga».
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