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Judías verdes, para el sistema inmune

Podrían considerarse incluso un superalimento, que todo lo mucho que le aportan al cuerpo es bueno, sano, nutritivo y muy positivo

Jesús Lens

Viernes, 20 de octubre 2023, 17:35

Judías verdes, habichuelas, fréjoles, habas y hasta 'habicholillas'. Y no entremos ya en el mundo de las alubias y las fabes. Por rico y variado que sea el idioma español, a la hora de referirnos a ellas existe todo un gazpacho en el que cuesta distinguir a qué tipo de judía nos referimos exactamente. Hoy hablamos de la Phaseolus vulgaris, la que es tirando a plana, tiene la piel tan fina como alguna gente en las redes sociales y se come verde y entera.

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De origen americano, las judías verdes no llegaron a España hasta el siglo XVI. Se calcula que su cultivo más lejano data de hace unos 5.000 años y nuestro país se ha convertido en el primer exportador a Europa de un producto repleto de propiedades. En los invernaderos se da durante buena parte de año. En EE UU, son uno de los símbolos de Acción de Gracias, recordando cómo los nativos enseñaron a cultivarlas a los peregrinos, lo que les permitió sobrevivir a lo más crudo del crudo invierno.

'Ganarse las habichuelas' es uno de los dichos habituales en el habla popular, sinónimo de trabajar y llevar dinero a casa, buena muestra de la importancia que les concedía a las judías en la dieta diaria por lo mucho que aportan a la salud.

Ahora están de temporada y las judías verdes durarán hasta que las primeras heladas, de llegar, terminen con la cosecha. Y tienen muchas y excelentes propiedades. Tantas que podríamos considerarlas todo un superalimento.

Algunas de sus virtudes

Para no ser excesivamente prolijos, que si damos todos los detalles esto parecerá el prospecto de una medicina, diremos que en las judías verdes hay mucha agua, por lo que son buenas para regímenes de adelgazamiento, que tienen escaso valor calórico y nada de grasa. Además, ayudan a eliminar toxinas del cuerpo y regulan el tránsito intestinal, refuerzan las arterias y mitigan la hipertensión.

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Aportan mucha vitamina C, por lo que son aliadas del antienvejecimiento gracias a esos antioxidantes que combaten los radicales libres. Y por la misma razón, dado que también son ricas en vitamina A, contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico y a prevenir algunas enfermedades.

La clorofila que le imprime su distintivo color verde a la judías son buenos para la vista y la piel. Su concentración de potasio y magnesio, en fin, contribuye a fortalecer dientes y huesos.

Versatilidad en cocina

A priori, las judías verdes pueden parecer sosas y aburridas, pero nada más lejos de la realidad. Además de comerlas cocidas, tratando de que queden al dente, es muy habitual saltearlas con ajos y que sirvan de guarnición o combinarlas con gambas, jibia y otros pescados, acompañadas (o no) de un huevo escalfado. En ensaladas, teniendo en cuenta que cada año se disfrutan durante más tiempo, por el calor, también están muy buenas y aportan sabor, textura y color. En lasañas, gratinadas o revueltas con jamón tienen un sabor exquisito y a la parrilla salen sabrosas.

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