Gambas, un festín de proteínas
Invitada por excelencia a las mesas navideñas, la gamba, sea roja o sea blanca, no puede faltar en nuestros menús más especiales
Jesús Lens
Jueves, 14 de diciembre 2023, 10:57
Me gusta fantasear con el primer homínido que, buceando, cogió una gamba y se arriesgó a hincarle el diente. ¿Estaría muy, pero que muy necesitado y hambriento o podríamos considerarle un todo 'foodie avant la lettre'? Sea como fuere, un monumento se merece aquel sujeto. Porque las gambas son una de esas exquisiteces que nos reconcilian con el placer, el goce y el disfrute en la mesa. ¡Puro hedonismo!
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Parafraseando al célebre aforismo 'Blanco o negro, lo importante es que el gato cace ratones'; blanca o roja, lo importante es que la gamba no falte en la mesa navideña. La blanca, propia tanto del Atlántico como del Mediterráneo, es de mayor tamaño que su hermana colorada. La de Huelva y alrededores es un manjar. La gamba roja, que se da en el Mediterráneo, tiene más potencia de sabor y se ha convertido en una de las joyas de la gastronomía ribereña del Mare Nostrum. No es casual que Javier Mariscal le dedicara una gran escultura en Barcelona.
Como hemos dicho otras veces, no será precisamente por sus propiedades nutricionales que elijamos comer gambas en Navidad. Y aún así, tienen su parte buena: la Fundación Española de Nutrición señala que tienen un alto valor nutritivo y bajo contenido en grasa. O sea que un atracón de gambas nos deja el cuerpo bien templado para, unas horas después, pegarnos un tute de deporte y tratar de mitigar los excesos propios de las fechas.
¿Y las cabezas?
Además, como el 80% es agua, tampoco suponen una gran amenaza para la línea. En comparación con mantecados y turrones, son un chollo. Aportan yodo y sodio. Eso sí, no esperen de ellas vitamina alguna. Y ojo con el colesterol y con el ácido úrico. Aunque ya sabemos que un día es un día…
Una última cuestión: ¿es usted de chupar las cabezas de las gambas? Elegante, lo que se dice fino y elegante, no es. ¡Pero cómo están! Dependerá del nivel de confianza que haya en la mesa para que uno se anime a rechupetear o no. ¿Y el riesgo de ingerir demasiado cadmio, como se previene por ahí? Muchas cabezas tendría usted que dejar limpias como para que el cadmio amenazara con convertirse en kriptonita maléfica dentro de su cuerpo.
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Si será buena que los aficionados a la interpretación de los sueños consideran que una aventura onírica con ella es un buen augurio. Simboliza la necesidad de adaptarse a las circunstancias. De ahí lo de 'camarón que se duerme, se lo lleva la corriente'.
Cóctel viejuno
¿Se sigue preparando el cóctel de gambas? Este plato es, posiblemente, el mejor vestigio de una gastronomía sofisticada que no tardó en quedar desfasada. Hubo un tiempo en que cualquier celebración que se preciase incluía como entrante una copa de boca ancha con su lechuga, su manzana, sus gambitas peladas y una salsa rosa que, a nada que te despistases, terminaba con la corbata en la tintorería. ¡Ay, la corbata, también tan viejuna! Cocidas, en cazuela de barro con ajos y guindillas... Mil y una formas de tomarlas.
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