¿Luchar por Ucrania?
Los tambores de guerra llevan semanas sonando contra Ucrania. Pero si nos basamos exclusivamente en los actos de Putin durante los 22 años que lleva ... gobernando Rusia, podemos apostar a que no pretende conquistar Ucrania. En agosto de 2008, Putin atacó Georgia y le hubiera resultado fácil tragarse todo el país, sin que Occidente pudiera hacer nada, pero se conformó con humillarle y mutilarle territorialmente, igual que hizo con Ucrania seis años después.
El presidente ruso nunca ha buscado reconquistar los países exsoviéticos. Prefiere tenerlos como vasallos o satélites. De esta forma se evitan los engorros de administrar el país y lidiar con el descontento de la población. El problema de este esquema feudal es que resulta inoperante cuando las víctimas se resisten enérgicamente, y si Putin no ha logrado someter a Georgia tras la guerra de 2008, y si Armenia tampoco ha pasado por el aro tras su reciente guerra con Azerbaiyán, es difícil ver cómo va a salirle bien la jugada contra un país mucho más extenso, poblado e industrializado como Ucrania. Por eso Putin sube la apuesta, movilizando tropas suficientes como para hacer creíble la amenaza de invasión.
El presidente podría lanzar una ofensiva limitada para humillar a Ucrania, arrebatándole otra pizca de territorio. Las posibles sanciones occidentales no le asustan porque cuenta con China como alternativa, y con la esperanza de que los precios del petróleo suban pronto. Además, Putin desprecia a los líderes occidentales y no cree que adopten sanciones duras por miedo a dañarse a si mismos, sobre todo en el abastecimiento energético.
En la UE parecen haberse dado cuenta del problema y por eso el pasado jueves elevaron drásticamente el tono, amenazando a Rusia con la desconexión total. El problema es que Putin no se lo cree. Lo único que podría disuadirle es que las potencias occidentales enviasen tropas, aunque fueran muy pocas, a la frontera ruso-ucraniana. Que Biden haya descartado esa opción ha sido un muy grave error.
Rusia es débil, y gran parte de su poderío militar, tan temible sobre el papel, no es más que un espantapájaros colocado en actitud amenazadora. Aunque el desequilibrio numérico contra Ucrania parezca abrumador, la lucha sería mucho más igualada de lo que muchos piensan porque, en realidad, Rusia solo podría lanzar una pequeña fracción de sus fuerzas. Invadir un país de 41 millones de habitantes, tan extenso como España y Portugal juntas, no es cosa que se pueda hacer sin fuertes bajas.
En 2014, cuando los reclutas rusos que hacían la mili empezaron a morir en Ucrania, la versión oficial era siempre que habían muerto por accidentes. Puede que Putin quiera conquistar Ucrania, pero los rusos no están dispuestos a morir por ello.
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