Australia expulsa al embajador de Irán tras una ola de atentados antisemitas
Acusa al régimen de Teherán de orquestar los ataques con bombas incendiarias a una sinagoga en Melbourne y un restaurante en Sídney
Australia ha expulsado al embajador de Irán y evacuará urgentemente a sus propios diplomáticos de Teherán después de obtener pruebas de que el régimen islamista ... está detrás de los atentados con bombas incendiarias en una sinagoga de Melbourne y en un restaurante judío de Sídney en 2024. Es la primera vez que un embajador es expulsado de este país desde el final de la II Guerra Mundial. El Gobierno laborista anunció, además, que va a incluir a la Guardia Revolucionaria Islámica en la lista de organizaciones terroristas. Y recomendó a sus ciudadanos que abandonen Irán por temor a ser detenidos en represalia por esta medida.
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Irán rechazó «por completo» esta acusación y anunció una «respuesta recíproca». «El concepto de antisemitismo no tiene cabida en nuestra religión», señaló el portavoz del Ministerios de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaie. «Esta claro –agregó– que esta decisión está influenciada por acontecimientos internos en Australia, como las protestas contra el genocidio de Gaza».
Entre los dos países se ha levantado un muro. El jefe de la agencia de espionaje australiana (ASIO), Mike Burgess, aseguró que funcionarios del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria recurrieron a agentes extranjeros en la sombra para actuar como mediadores y pagar a los terroristas que prendieron fuego a la sinagoga Adass, en Melbourne, y al local de comidas 'Lewis' Continental Kitchen', en Sídney. No hubo heridos. La Inteligencia australiana cree probable que la misma mano esté detrás de otra decena de ataques antisemitas, incluido el atentado contra una sinagoga de Melbourne en julio de este año.
Los diplomáticos australianos dejan Teherán
Anthony Albanese, primer ministro de Australia, cargó contra el régimen de Teherán, involucrado, a su juicio, en «actos de agresión extraordinarios y peligrosos orquestados por una nación extranjera en suelo australiano». «Fueron –añadió– intentos de socavar la cohesión social y sembrar la discordia en nuestra comunidad. Es inaceptable y estamos tomando medidas enérgicas de respuesta». El embajador de Irán, Ahmad Sadeghi, y otros tres diplomáticos tienen siete días para abandonar Camberra tras ser expulsados. Por su parte, Australia ha suspendido la actividad de su embajada en Teherán. Por su seguridad, los diplomáticos serán trasladados a un tercer país.
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Este pico de tensión llega tras el cruce de insultos entre el Gobierno australiano y el primer ministro de Israel. Benjamín Netanyahu tachó a Albanese de ser «un político débil que ha traicionado a Israel» por su intención de reconocer el Estado palestino. Le respondió el ministro de Interior, Tony Burke: «La fuerza no se mide por el número de personas que puede matar ni por los niños a los que obliga a pasar hambre».
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