El presidente serbio, Slobodan Milosevic, el bosnio Alija Izetbegovic, el croata Franjo Tudjman, y el secretario de Estado de EE UU, Warren Christopher, en la firma de los acuerdos de Dayton. AFP

Bosnia conmemora el 30 aniversario de los acuerdos de Dayton que pusieron fin a la guerra

El pacto sellado por los presidentes de Bosnia, Croacia y Yugoslavia serbios y croatas a instancias de EE UU detuvo el conflicto pero las heridas siguen abiertas en un país fracturado y con tensiones reavivadas

I. Ugalde

Viernes, 21 de noviembre 2025, 13:03

Hace exactamente tres décadas, el 21 de noviembre de 1995, la base militar de la ciudad estadounidense de Dayton (Ohio) escribió una de las páginas ... más memorables de la historia reciente. La que trazó el camino para acallar las armas en los Balcanes, tras tres años y medio de una sangrienta guerra que desangró Bosnia y se cobró la vida de más de 100.000 personas. El lugar, lo suficientemente alejado del ruido mediático y del escenario del conflicto, sentó, a instancias del Gobierno de Bill Clinton, en torno a una misma mesa a los presidentes de Bosnia y Herzegovina, Alija Izetbegovic; de Croacia, Franjo Tudjman; y de Yugoslavia, Slobodan Milosevic. El fruto de aquel encuentro es lo que hoy se conoce como el acuerdo de Dayton, que detuvo el conflicto, sí. Pero fue una paz imperfecta que no supo cerrar las fracturas de un país arrasado, donde actualmente resurgen nuevas tensiones.

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El denominado Acuerdo Marco General de Paz en Bosnia y Herzegovina consensuado en Dayton y sus once anexos recibieron la firma oficial el 14 de diciembre de 1995, en una ceremonia celebrada en el Palacio del Elíseo, en París. Testigos de aquel entendimiento que quedó inmortalizado por medios de todo el mundo fueron el presidente estadounidense, Bill Clinton, el francés, Jacques Chirac; el primer ministro británico, John Mayor; el canciller alemán, Helmut Kohl; y el jefe del Gobierno ruso, Viktor Chernomirdin. Ese mismo día entró en vigor y marcó el comienzo de la etapa posbélica en el país balcánico.

En líneas generales, las partes implicadas en el conflicto fijaron mecanismos para poner fin a las hostilidades, respetar la soberanía de cada uno de los territorios y se comprometieron a «arreglar las controversias por medios pacíficos», absteniéndose «de todo acto, mediante amenaza o uso de la fuerza, contra la integridad territorial o la independencia política de Bosnia y Herzegovina o de cualquier otro Estado». De igual modo, el pacto incluía la desmilitarización, la reconstrucción, la celebración de elecciones libres, la creación de una nueva Constitución y el retorno de los refugiados.

El acuerdo de Dayton -que impulsó además un tribunal de Derechos Humanos, el despliegue de 'cascos azules' y la figura del Alto Representante- dividió el territorio en dos entes administrativos semiautónomos: la Federación de Bosnia y Herzegovina (de mayoría bosnio-croata) y la República Srpska (serbobosnia), con Sarajevo como capital del país y de la Federación. Además, el distrito de Brcko pasó a ser un condominio de las dos entidades.

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Aunque lo acordado en la base militar estadounidense hace 30 años detuvo la guerra, consolidó las divisiones étnicas tanto a nivel territorial como político. La razón es el complejo sistema (con tres presidentes) y un modelo económico caracterizado por un sector público sobredimensionado y redes clientelares. A ello se añade que miles de personas siguen desaparecidas desde el conflicto y solo rindieron cuentas algunos de los responsables de los crímenes, por lo que la falta de reparación a las víctimas mantiene las heridas abiertas.

El origen de todo aquel sangriento conflicto que convulsionó al mundo tuvo su punto de partida en la desintegración de Yugoslavia, acelerada con la muerte de Josip Broz, conocido como 'Tito', que la había liderado desde la Segunda Guerra Mundial, y con el auge de las tensiones nacionalistas y religiosas dentro de este territorio, que fueron el caldo de cultivo para las guerras yugoslavas. En este contexto, Bosnia -que declaró su independencia en 1992 y era la más heterogénea- protagonizó el conflicto más encarnizado, que culminó con el genocidio de Srebrenica, donde las fuerzas serbias mataron a más de 8.000 personas.

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Fomento del separatismo

En los últimos meses, las tensiones se han disparado en Bosnia y Herzegovina a causa de las medidas tomadas por Milorad Dodik durante su mandato como presidente de la República de Srpska de 2022 a junio de este año, cuando fue destituido por el Tribunal Supremo. La causa fue su condena a un año de prisión, conmutada por una multa y seis meses de inhabilitación, por desobedecer varias sentencias, alimentar el separatismo serbio y reabrir viejos conflictos en los Balcanes.

La crisis desatada en Bosnia, que pone en entredicho los acuerdos de Dayton y amenaza el orden constitucional, ha estancado la adhesión del país balcánico a la Unión Europea, donde la división y la discriminación siguen latentes entre las distintas comunidades que integran el territorio.

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El 30 aniversario de los acuerdos de Dayton se celebra asimismo bajo un manto de reavivado dolor tras adquirir relevancia mediática en las últimas semanas el escándalo de las 'cacerías humanas' en Sarajevo a la luz de nuevas investigaciones. Todas ellas apuntan a que millonarios sin escrúpulos, de origen europeo o estadounidense, se apostaban en las colinas de la capital para disparar con total impunidad a la población civil durante la guerra a cambio de pagar grandes sumas a los militares serbios que cercaron la ciudad. La última pesquisa incluso señala la participación del actual presidente serbio, Aleksander Vucic, en aquellos macabros safaris.

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