Trump paraliza la concesión de visados a extranjeros que quieren estudiar en EE UU
El Departamento de Estado ordena a sus embajadas que dejen de aceptar entrevistas y revisen las redes sociales de los solicitantes
El asalto a Harvard es solo la punta del iceberg. El Gobierno de Donald Trump ha dado órdenes a todas sus embajadas y consulados de ... suspender indefinidamente todas las entrevistas para la concesión de visados estudiantiles mientras revisa el proceso, según un cable diplomático firmado este martes por el propio secretario de Estado, Marco Rubio, al que ha tenido acceso 'Politico'.
Eso afecta no ya a Harvard, sino a todas las universidades y centros educativos de EE UU, en plena temporada de matriculación para el siguiente curso escolar, y provoca una fuga de talentos hacia otras universidades prestigiosas del mundo. En las nuevas directivas se hacen realidad los temores que circulaban ya en el país de Donald Trump, propios de un Estado totalitario. A la hora de conceder los visados, el Departamento de Estado instruye a sus empleados a revisar las publicaciones de los solicitantes en las redes sociales, lo que eleva el clima de censura y represión a nivel global.
Previamente se habían aplicado indicaciones semejantes para revisar las redes sociales de la renovación de visados de estudiantes que hubieran participado en las protestas ocurridas en los campus por la guerra de Gaza, con el argumento de filtrar a «terroristas» o «antisemitas». La nueva orden supone una escalada de esa censura, ya que someterá a un escrutinio adicional a todos los nuevos solicitantes, quienes ciertamente no pueden haber participado en esas protestas porque nunca antes han estudiado en una universidad estadounidense. Tampoco se sabe cuáles son las publicaciones que podrían ponerle en la lista negra. ¿Bastará con una bandera palestina?
La cifra
1.022.000 extranjeros
están matriculados este curso en universidades de Estados Unidos. Un año antes se alcanzó la cifra récord de 1,126 millones, lo que supone un 11% más.
Paralelamente, el Gobierno ha redoblado su asalto a Harvard con una carta que llegó este martes a todos los departamentos administrativos instruyéndoles a cancelar los contratos que tengan con la prestigiosa universidad. Se trata de investigaciones científicas, estudios, entrenamientos de personal, etc. por un valor estimado de cien millones de dólares, lo último que ha encontrado el Ejecutivo para asfixiar a la Universidad, que se resiste a ceder su independencia.
«¿Por qué cortar los fondos para la investigación?», se preguntaba el presidente de Harvard, Alan Garber. «Los fondos se otorgan a universidades y otras instituciones para que realicen trabajos de investigación que el Gobierno federal considera prioritarios», aclaró durante la entrevista concedida a National Public Radio (NPR), otra víctima de los ataques de Trump a la libertad de expresión. La emisora presentó este martes una demanda contra la Casa Blanca por retener los fondos que el Congreso le ha otorgado.
Demanda
«No siempre es evidente cuándo un Gobierno actúa con propósito de represalia en violación de la Primera Enmienda (sobre la libertad de expresión), pero este lobo viene con piel de lobo», afirma la demanda. «La orden del Gobierno tiene como objetivo a NPR y PBS expresamente porque, según el presidente, sus noticias y demás contenidos no son 'justos, precisos, ni imparciales'». La frase del «lobo» está tomada de una opinión disidente del difunto juez conservador del Tribunal Supremo de EE UU Antonin Scalia en 1988 para Morrison contra Olson, un caso sobre la creación de fiscales independientes para investigar a altos miembros del Ejecutivo, en el que al alto tribunal le tocaba preservar el equilibro constitucional para evitar «la concentración gradual de los distintos poderes en un mismo departamento de gobierno», dijo entonces Scalia.
En su contexto
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Hegemonía asiática. China e India copan la mitad de las plazas. Los dos gigantes asiáticos aportan más de medio millón de estudiantes a Estados Unidos. Lidera China con 263.000. El tercero del ránking es Corea del Sur con 48.000.
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Descenso de matriculaciones. -27% es la caída en el número de alumnos indios en el curso 2024/25, que vive el retroceso más importante, seguido de Nigeria (-16%) y de Brasil (-13,9%).
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Impacto económico. La llegada de Trump a la Casa Blanca y su cruzada contra las universidades ha provocado la segunda mayor caída en el número de matriculados extranjeros. Solo la pandemia tuvo un impacto mayor. El Instituto de Educación Internacional calcula que supone una pérdida de 4.000 millones de dólares (3.512 millones de euros).
El de Trump busca debilitar a todas las instancias de poder en la sociedad para acaparar el control de las mismas. Doblegar a Harvard sería efectivo para doblegar a todas las instituciones académicas del país, que no podrían aspirar a tener los medios de la prestigiosa universidad basada en Cambridge, que forma a los mejores abogados del mundo. Es, también, la más rica del país, con una dotación de más de 50.000 millones de dólares que le permite sobrevivir sin los 3.200 millones de dólares de los que le ha privado el Gobierno federal en los últimos dos meses, entre subvenciones congeladas y contratos cancelados.
La revocación del permiso para matricular a estudiantes extranjeros, que Harvard ha logrado paralizar mediante una medida cautelar de la jueza ante la que interpuso una demanda el viernes, le priva también del 27% de los estudiantes matriculados que más pagan, ya que los locales tienen descuento. Y, aunque la justicia le diera la razón, el daño está hecho, porque muchos estudiantes potenciales alrededor del mundo no querrán arriesgarse a no recibir un visado y ver truncado el curso escolar, sin tiempo ya para solicitar otra universidad de prestigio en cualquier parte del mundo.
El objetivo de la batalla sin cuartel que libra el Gobierno de Trump ni siquiera acaba en las universidades, sino en la libertad de expresión, porque, «en ellas se habla de lo que ocurre en Gaza, del cambio climático, las desigualdades sociales, la diversidad racial, la identidad de género, la vacunación, etc», explicaba Alison Frank Johnson, miembro del sindicato de profesores de Harvard, en el programa Democracy Now. Si la cultura anti-woke se quejaba de falta de libertad de expresión por sentirse forzada a ser políticamente correcta en sus normas sociales, la revancha de Trump es volcar todo el poder del Estado para reprimir sus conversaciones y eliminar a quienes las alimenten.
«Esperamos que Harvard siga defendiendo a sus estudiantes internacionales en los tribunales, pero esperamos que lo haga también porque en parte le conviene», advirtió.
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