Pence rechaza invocar la vigesimoquinta enmienda para incapacitar a Trump
El vicepresidente alega que sentaría «un terrible precedente» y llama a los demócratas a no «inflamar las pasiones»
Caroline conejero
Miércoles, 13 de enero 2021, 01:22
En su primera aparición pública desde el asalto al Capitolio, Donald Trump despreció ayer en Texas la petición demócrata de invocar la vigesimoquinta enmienda de ... la Constitución para destituirle del cargo y aseguró que este recurso le supone un «riesgo cero». El presidente saliente hizo esta declaración mientras en Washington se desvanecían las posibilidades de aplicar esta enmienda. El vicepresidente Mike Pence, que ya se había mostrado contrario a la incapacitación del mandatario -al igual que un buen número de representantes republicanos-, envió al filo de las dos de la madrugada, hora española, una carta a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en la que rechaza invocar la vigesimoquinta enmienda.
Pence sostiene en su misiva que dicha iniciativa constituiría «un terrible precedente», y en un texto con alusiones bíblicas insta a Pelosi y a «cada miembro del Congreso a evitar acciones que podrían dividir e inflamar las pasiones» aún más, en un contexto marcado por la pandemia, dice, y por los «trágicos sucesos» de la pasada semana. El vicepdesidente urge por ello a mantener la unidad y asegura que «la energía de nuestra Administración está dirigida a asegurar una transición ordenada».
Trump había advertido horas antes de que el proceso de destitución era la «continuación de la mayor caza de brujas de la historia política», evidentemente desatada en su contra. Abocado tras la decisión de Pence al 'impeachment' -será el primer presidente estadounidense con dos juicios de destitución del Congreso-, el líder republicano advirtió que el proceso puede causar un enorme peligro al país y una gran ira, e insistió en no «buscar la violencia». En el asalto al Capitolio murió media docena de personas, entre ellas dos policías.
Trump viajó a Texas para defender su muro fronterizo con México. Se negó a asumir responsabilidad sobre su papel en los disturbios de Washington, alegando que sus palabras a los manifestantes antes del ataque fueron «totalmente apropiadas». Un punto de defensa legal ya adelantado por el que podría ser su abogado en el juicio de destitución, el polémico Alan Dershowitz -ejerció como parte de la defensa legal del traficante sexual Jeffrey Epstein-, quien señaló que las declaraciones del magnate recayeron bajo la «protección constitucional de la libertad de expresión».
La visita a Texas, diseñada para distanciar al presidente de las acusaciones de instigación a la violencia, es parte del intento de su equipo de resaltar su legado presidencial con una última visita oficial a nada menos que el Álamo, la antigua misión franciscana del siglo XVIII en San Antonio. Trump, cuya política de línea dura en inmigración ha marcado su Administración, hizo de la construcción del muro fronterizo con México el proyecto insignia de su campaña en 2016. En esta localidad situada al sur y uno de los puntos de mayor entrada de inmigrantes mexicanos, las fuerzas de seguridad esperaban anoche concentraciones de grupos de partidarios del líder republicano, cuyo jefe de Seguridad Nacional, Chad Wolf, ha dimitido.
La potencial violencia de los 'trumpistas' llevó a numerosos activistas pro-inmigrantes a cancelar las protestas que tenían previsto celebrar duranta la visita. Para muchos hispanos y mexicoamericanos, las imágenes de familias inmigrantes separadas, niños en jaulas y mujeres sometidas a esterilización sin su conocimiento han convertido la política de inmigración del mandatario estadounidense en sinónimo de «limpieza étnica».
El equipo presidencial señaló que la elección del Álamo, una localidad en el Valle del Río Grande cerca de la frontera, como centro de la visita no guardaba simbolismo alguno. La misión fue el escenario de la famosa batalla de 1836 cuando los texanos fueron derrotados por las fuerzas mexicanas. Un enfrentamiento cuyas diferentes versiones de la historia ha sido polémica de debate y que marcó el principio del fin del dominio de México sobre el territorio y su anexión a los Estados de la Unión. De hecho, la batalla, que dejó unos pocos supervivientes, sirvió para justificar la ocupación ilegal de Texas por un grupo de insurrectos, provocar la intervención de la Unión y declarar el gobierno independiente de Texas.
Problemas con los bancos
Trump habló sobre sus esfuerzos contra la inmigración en la frontera y marcó la finalización de más de 644 kilómetros del muro como una «promesa hecha, promesa cumplida».
Amargado y molesto a una semana de su entrega del poder al próximo presidente, Joe Biden, el magnate ha permanecido encerrado en la Casa Blanca con sus asesores más cercanos desde el miércoles. En ese tiempo se ha visto cada vez más aislado, cercado por las críticas y privado del uso de las redes sociales que le han bloqueado sus mensajes. En un nuevo revés, el Deutsche Bank ha suspendido también sus lazos con el mandatario tras dos décadas de apoyo a la Organización Trump. Ha anunciado que ya no hará más negocios con el presidente caído en desgracia.
El banco alemán se convierte así en otra institución financiera más que se desvincula del magnatee tras su aparente instigación a la violencia. Su entramado de empresas, encabezado por sus dos hijos mayores, debe al banco alrededor de 340 millones de dólares en préstamos. No está claro si la decisión se extiende a otros miembros de la familia. Ivanka Trump y Jared Kushner, hija y yerno del líder republicano, son también clientes del banco.
La decisión del Deutsche es la última de la avalancha de corporaciones que ha roto con Trump, una suspensión que incluye, entre otros, a Coca-Cola, la cadena de hoteles Marriott, AT&T, Twitter y Facebook. Otra institución financiera clave de prestamos a Trump, el Signature Bank, anunció el cierre de dos cuentas personales con un total de 5.3 millones de dólares en depósitos.
En su contexto
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664 kilómetros de muro fronterizo se han construido durante el mandato de Trump, que ayer viajó a Texas para poner en valor su política migratorio y el «cumplimiento» de sus promesas.
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Al unísono con Mike Pence Donald Trump y su vicepresidente, Mike Pence, se reunieron en la noche del lunes -la primera vez que se veían desde el asalto hace una semana al Capitolio- y ambos mostraron un aparente frente común al comprometerse «a continuar su trabajo por el país hasta el final de su mandato».
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340 millones de dolares le deben las empresas del magnate al Deutsche Bank, que ha rotó con él después de dos años de apoyo.
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