La batalla que todos ganaron en Bilibio
La famosa contienda en los riscos atrajo, como siempre, a visitantes y vecinos que derramaron miles de litros de vino
María Caro
Jueves, 29 de junio 2023, 20:11
Las fiestas de San Juan, San Felices y San Pedro de Haro terminaron por todo lo alto, con la gran Batalla del Vino en los Riscos de Bilibio.
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Miles de personas se encaminaron hacia la contienda cuando aún los rayos del sol no habían despertado, culminando los seis kilómetros que separan Haro de la ermita de San Felices en un duro paseo de algo más de una hora entre frondosos viñedos.
Para garantizar la buena marcha de la organización de los aparcamientos hubo un gran despliegue de los agentes de la Policía Local y especialmente de la Guardia Civil, con 26 efectivos repartidos por todos los accesos e incluso los caminos aledaños, ofreciendo las indicaciones necesarias para que cada uno de los más de 60 vehículos acreditados pudiera llegar con normalidad a su zona asignada, y, después, regresar a Haro esquivando la marcha de los romeros.
Fue una noche muy larga para muchos de ellos, en la que se sucedieron los conciertos en los dos escenarios de la plaza de la Paz. Primero fue la disco móvil Krossko con su versión infantil y las coreografías de Iratxe y, a partir de medianoche, con la de mayores. Entre ellos actuó 'Manel Fuentes and The Spring's Team', con sus famosas versiones de Bruce Springsteen que llenaron la plaza jarrera. En torno a las dos de la madrugada comenzó a sonar la música electrónica del incombustible Carlos Jean, y ya a las 4.00 le tomó el relevo de nuevo Krossko.
La noche contó, incluso, con un campeonato de 'voley' en la plaza San Martín organizado por la Peña Cachondeo.Animados por el ambiente nocturno se lanzaron al gentío varios balones gigantes que volaron de una esquina a otra.
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Desde las siete de la mañana
A partir de las 7.00 horas de la mañana los autobuses estacionados frente al camping comenzaron a subir a los romeros –en su mayor parte muy jóvenes– hasta el entorno de los merenderos. Con esta premura en el acceso, a las 8.00 de la mañana las sulfatadoras comenzaron a escupir vino a mansalva, y los ríos tintos ya perfilaban el camino del ascenso.
No se esperó, por tanto y un año más, a la finalización de la misa ofrecida en honor al patrón de la ciudad, que terminó pasadas las 9.15, cuando el cargamento de vino ya había comenzado a mermar.
Posteriormente llegaron los almuerzos que, en contra de los pronósticos, empezaron muy soleados y, tras ellos y alguna leve cabezada, los romeros regresaron a la plaza de la Paz.
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Allí se dieron las tradicionales vueltas al son de la música de las charangas de las peñas, marchando posteriormente en pasacalles hasta la plaza de toros, donde cientos de asistentes, gran parte aún con las marcas de la batalla en sus anteriormente blancos atuendos festivos, disfrutaron del espectáculo que ofrecieron varias reses bravas.
Pero no terminó ahí la fiesta, ya que en la Herradura se vivió un animado vermú como despedida de las largas jornadas en sus calles durante los últimos días.
Tras una merecida siesta, los jarreros despidieron sus fiestas patronales hasta el próximo año, de nuevo, en la plaza de la Paz. Al son que marcaba la disco móvil Krossko.
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Culminan así unas fiestas cuya programación heredó el nuevo Gobierno municipal salido de las urnas de mayo, que asumió sus cargos tan solo unos días antes, pero cuyos miembros han participado de la mayoría de los actos organizados.
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