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Maite Lorenzo recitando, en un evento celebrado en Ermua. A.L.
Maite Lorenzo | Dinamizadora del taller de poesía de la biblioteca de Ermua

«La poesía es una locura bendita. Es muy positiva»

La actriz eibarresa ofrece un curso para el recitado y conocimiento de poetas y poetisas varios sábados en la biblioteca

Sábado, 6 de septiembre 2025, 00:01

Un nuevo curso de poesía abrirá sus puertas en la biblioteca de Ermua en octubre. La responsable de estas clases será la actriz eibarresa Maite Lorenzo, una experta guía que acompañará a los asistentes a lo largo de un viaje literario. Cada curso, Lorenzo conducirá a una docena de personas por los caminos de autores destacados y actuales, mientras les proporcionará las herramientas esenciales para abordar los fundamentos del recitado poético. El taller se impartirá durante varios sábados de 11.00 a 12.30 horas. El plazo de inscripción para las personas interesadas ya se encuentra abierto en la biblioteca de Ermua.

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-¿Qué hacen durante el curso?

-Son solamente 10 clases en todo el año. Buscamos autores interesantes, que nos aporten mucho. Este año vamos a trabajar a Federico García Lorca, Miguel Hernández y como poetisa contemporánea, actual y maravillosa, a Blanca Sarasua. Creo que mi trabajo tiene algún sentido cuando intento hacer de canal con estos escritores y escritoras. Blanca tiene una calidad literaria impresionante y tiene como singularidad que no gana un duro con su poesía. Todo lo que recauda lo destina desde 1984, que comenzó a escribir muy mayorcita, a la lucha contra la enfermedad de la ELA. Es importante meterte en la obra y el momento de la vida de cada autor, porque no es lo mismo recitar desde el enfado o desde la nostalgia. Cada persona le aporta su matiz personal a la hora de recitar, pero conviene seguir unas mínimas pautas.

-¿Aprenden a recitar poesía?

-Eso enseño. Poner el poema en pie y que el público se meta dentro de la historia. Ese es el trabajo del rapsoda. Vivir esa poesía, pero sin engolamiento, que es algo de lo que huyo. También sirve para personas que tienen cierta timidez para hablar en público, coger autoestima, sin egos.

-Además de ese aspecto ¿qué otros beneficios aporta el taller?

-La gente que no escribe y no puede presentar su poemario, por ejemplo, se apunta a un recital de poemas con micrófono libre, y recita, porque tiene herramientas para hacerlo. Es parecido a aprender a andar en bicicleta, sabes cómo tienes que respirar, cómo te tienes que sentar, que te salgan raíces para conectar con el universo. Es un poco magia. Es como hacer una obra de teatro muy pequeñita, de minuto y medio, pero darle valor a todo lo que estás diciendo. Hay palabras que se visualizan. Te olvidas del mundo. A mí el dar clases me ha ayudado un montón, me siento feliz y me olvido del mundo e intento que pase lo mismo con quién viene al taller. Que carguen pilas. Centras la cabeza en algo creativo, -arte, cocina, costura, lo que sea-, te evades y al mismo tiempo te centras y te quitas la mochila social. Tengo gente con dilexia y con tartamudez o mucha timidez y no tienen ningún problema para recitar. Damos herramientas para ser un canal y todos podemos ser canal.

-No son malos tiempos para la lírica. Usted trabaja mucho.

-Y más que me gustaría. En la biblioteca de Ermua son 10 clases cada curso y en Tabakalera (San Sebastián) imparto dos clases al mes. En el caso del teatro, el día 18 nos vamos con el grupo Red Teatro, con 'Los olivos pálidos', al puente de Portugalete. Cuando hay una ilusión no hace falta nada más. Son malos tiempos para la vida. Buscar algo que nos mantenga sanos mentalmente ayuda. La poesía enloquece, pero es una locura bendita. Es muy positiva. La poesía es una herramienta que no ofende. Le puedes lanzar un poema a la peor persona del mundo y no le llega a la mente, le llega al corazón. Miguel Hernández era especialista en eso.

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Tanto jóvenes como mayores

-Con el auge de géneros urbanos como el rap y el spoken word, ¿ha notado un aumento en el interés de los jóvenes por participar en el taller de poesía?

-El curso, pese a que llevo 7 u 8 años con él, es relativamente desconocido. En Ermua tengo gente joven y madurita. Los jóvenes aportan frescura y los mayores sabiduría y experiencia. Es muy enriquecedor. No es un taller que quite mucho tiempo. Al final de curso hacemos un recital en la plaza 8 de Marzo y siempre hay micrófono abierto, porque es importante fomentar la pasión por la buena poesía, investigar y recitar. Leer poesía en casa con la boca cerrada es muy creativo y maravilloso, pero ponerla de pie es darle color y vida. Eso es la rapsodia. Hay que tratar de atrapar a las personas para que te escuchen.

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