Alessandro Lequio no quiere conocer a su nieta, Ana Sandra

La relación entre Alessandro Lequio y Ana Obregón atraviesa uno de sus momentos más tensos, especialmente desde que su hijo Aless conociese, allá por 2018, que padecía cáncer. El interés por el joven les unió durante los años que duró la enfermedad y, posteriormente, tras su fallecimiento hace ahora tres años. Pero la noticia del nacimiento de la hija de Aless, concebida con su semen a través de la gestación subrogada, no ha gustado nada al conde. Según desvela la revista 'Lecturas', Alessandro no quiere conocer a su nieta, Ana Sandra. Y la decisión es firme.

El propio Lequio ya lo dejó caer la semana pasada en 'El programa de AR' donde colabora: «Yo tengo mi familia. Quiero a mis hijos, los míos», afirmaba cuando le preguntaban si tenía ganas de conocer a la recién nacida. Fue la respuesta más contundente de Alessandro desde que se conociese la noticia del nacimiento de su nieta, porque hasta ese día él optaba por el silencio. Aunque fuera de cámaras, los compañeros de Lequio sabían que su relación con Obregón era tensa.

De ahí que los paparazzis que hacen guardia en Miami preguntasen a la actriz constantemente por el asunto. «¿Qué tal con Alessandro?»; «¿Habéis hablado sobre vuestra nieta?», eran algunas de las cuestiones más formuladas. Y la reacción de Ana fue siempre la misma: «Con Lequio muy bien. Hablamos todos los días». Pero tras las palabras del conde en Telecinco y la noticia de hoy en 'Lecturas', esa versión queda en entredicho.

Ana Obregón y Alessandro Lequio siempre han mantenido una relación de tira y afloja. Su noviazgo apenas duró tres años a comienzos de los 90. Fruto de su amor nació Aless. Y durante décadas, la actriz mantuvo varios rifirrafes con otra exmujer del conde, Antonia Dell'Atte. Ana Obregón también mostró su malestar públicamente cuando se enteró por la prensa de que Lequio iba a ser padre de nuevo en 2016, fruto de su relación con María Palacios. A partir de ahí, su hijo Aless ocupó la mente de ambos pero tras su desaparición y con una nieta en común, las tensiones internas amenazan con reaparecer de nuevo.

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