«Villano Antillano me dijo que me ama»

Cuarenta mil melómanos encararon ayer la última subida a Kobetamendi del año. Varios centenares optaron por hacerla a pie, gracias a la iniciativa Kobetamendi irteera que ha puesto en marcha este año el festival. En dos días 957 personas ya habían optado por esta versión saludable y ecológica. «Nos ha parecido gracioso empezar así. Somos unos animados», comentaba Irene, que con actitud de pitonisa ya sabía que su momentazo de este BBK Live va a estar ligado con Arctic Monkeys. «Me van a gustar de principio a fin y he engañado a mis amigos para que me acompañen», explicaba señalando a Jacobo y a Rachel, que está de intercambio en Bilbao, pero es de Singapur.

Ellos debutaban este año, pero el BBK Live tiene festivaleros tan fieles que bien podrían ser parte de la propia organización. Gerardo demostró en la subida a Kobetamendi que es un líder nato. «Más que salir en el reportaje, se merece un suplemento completo», bromeaban los guías de la marcha. Ha subido las tres veces a pie porque es de los que abren y cierran la fiesta. Ya habrá tiempo de descansar. Colecciona, «como si fueran pokemon», las tres pulseras que han dado a los 'mendizales'. Ayer subía acompañado por Garazi, debutante en el festival, pero convencida de que iba con el mejor guía. «Villano Antillano me dijo que me ama», contaba orgulloso sin soltar su abanico rosa. «Entre canción y canción le dije 'te amo' y me dijo que ella también. A los demás les quiere, pero a mí me ama», contaba entre risas.

«Soy de Castellón hasta ahora siempre había ido al FIB, pero me apetecía cambiar. Me ha gustado tanto el festival que creo que voy a marchar de Bilbao como el abono del año que viene comprado», contaba Ester. Los directos de Florence + The Machine y Phoenix han sido clave en su experiencia. Ha venido sola al festival y asegura que no hace falta compañía para disfrutar de la música. «Aunque subidas como esta ayudan a conocer a gente», explicaba. A su lado, el irundarra Asier asentía. Ha pasado los tres días en el camping y se queda con el placer de haber visto a The Chemical Brothers y The Blaze. «Me gusta mucho la electrónica. El año pasado disfruté mucho con Moderat».

Si las marchas a pie a Kobetamendi son tan animadas son, en gran medida, por el buen hacer de las fanfarrias El Despiste de Sestao y Beti Jai. «La fiesta este año ha empezado abajo. Vamos todos es alegre biribilketa», sentenciaba Lorena Sanz de Icaza, trompetista de la primera charanga. «Nos lo hemos pasado pipa», certificaba su compañera Lorena Pardo Álvarez. Las bandas amenizan la primera parte de los 2,5 kilómetros de recorrido. Además de regalarse los oídos, los asistentes reciben de regalo el vaso del festival y un cordel para colgarlo. Tienen la oportunidad también de que les maquillen con pintura fluorescente y brillantes y de tirar de una ruleta que entre sus premios incluye un abono para el año que viene.

«Han participado personas de todas las edades y es divertido ver cómo, según quién actúe, van cam biando los outfits», valoraba San de Icaza. Ayer las camisetas de Arctic Monkeys ganaban por goleada. En la marcha y, por supuesto, en el recinto. Un grupo de esos que pasarán al cariñoso recuerdo de todos los que podríamos forrarnos el brazo con las pulsera de tela de los distintos años. El nombre de banda de Alex Turner ya forma parte de esa larga lista de emociones con la banda sonora de Green Day, Iron Maiden, The Pet Shop Boys, Police, Stromae, Coldplay o The Cure.