Lo mejor y lo peor de un Bilbao BBK Live que ya es historia
Nuestros expertos seleccionan las actuaciones más memorables de esta edición del festival y alguna que otra decepción
Óscar Cubillo| Silvia Cantera | Carlos Benito | Miguel Aizpuru | Isabel Ibáñez
Domingo, 14 de julio 2024, 17:57
-
Óscar Cubillo
Grace Jones, dominando la escena
El mejor concierto del centenar de actos del BBK Live ha sido sin duda el de Grace Jones el viernes en el escenario principal: escoltada ... por una banda nutrida y engrasada (dos coristas, batería y percusión…), a sus 76 años trascendió de lo musical (funk, el góspel de 'Amazing Grace', baile orgánico…) y dio todo un espectáculo cantando bien (¡sin teleprompter!) y dominando la escena, desde que subió a la tarima como una bailarina de barra y hasta que bajó al foso a hombros de un segurata para estrechar las manos de los espectadores, pasando por el cuarto de hora final en que no dejó de mover un hula hoop. También entre lo mejor estaría el ambiente del escenario Firestone (el más pequeño, donde el sábado sorprendieron Chalk), la zona de prensa para trabajar (con agua y refrescos), el chaval que dijo «yo no me drogo», la yerba verde el primer día... Como decepción únicamente las de Los Punsetes y Mujeres en el escenario Txiki, ambos perjudicados por el mal sonido. Y malo per se es el acceso en bus, la epidemia de tatuajes, la falta de iluminación nocturna…
Publicidad
Noticia relacionada
El Bilbao BBK Live congrega a 110.000 asistentes en sus tres jornadas
-
Silvia Cantera
Una carpa en la que siempre se crea la magia
Recordaremos esta edición por la entrega de Grace Jones, los coros del público a Arcade Fire, el sonido impecable de Jungle en el escenario Nagusia. Sin embargo, el Bilbao BBK Live tiene un cartel tan extenso que la magia surge en los lugares más insospechados. Bueno, o no tanto, porque la carpa de Beefeater lleva años reivindicándose como el sitio perfecto para fichar propuestas rompedoras. Poca gente acababa de entender qué hacía Albert Pla en el cartel del festival y acabó siendo apoteósico. Rumba, tecno, punk, flamenco... nadie entendía nada y al mismo tiempo, llegaba todo. Clase magistral sobre cómo conectar con el público y un grupo de músicos y bailarinas que engrandecieron el ritual. Otra de las grandes celebraciones es la mejora de la visibilidad de los dos principales escenarios, de los mayores aciertos de la última década. La peor nota se la lleva el barrizal causante de resbalones el viernes (faltó paja) y la actuación de Kiasmos, el último día y entre los cabezas de cartel, el cuerpo pedía algo más potente.
-
Miguel Aizpuru
El rock de guitarras sigue vivo
Estaba reñida la mejor actuación de esta edición del BBK, entre el repaso post punky de Alcalá Norte, la juerga flamenca de Albert Pla o las canciones sutiles de El Columpio Asesino.
Costó elegir entre los tres conconciertazos mencionados, pero lo de El Columpio Asesino fue una barbaridad de sonido, de 'savoir faire', y de canciones de rock de guitarras que van a perdurar pese a que la banda anuncie un parón definitivo a partir del próximo otoño.
Publicidad
Así como Alcalá Norte optaron por una gamberrada de concierto y Albert Pla innovó para acometer un festival con su rumba inclasificable, El Columpio Asesino fueron serios y se limitaron a dar lo mejor de sí mismos con una colección de canciones que van a perdurar pase lo que pase. Los navarros lo dejaron claro, son la banda indie por excelencia y de ese trono se bajan porque quieren.
La decepción de esta edición se la llevó Standstill, o más bien, el sonido del escenario de la carpa, que hizo imposible que los de Enric Montefusco brillaran como deben. Bastante hicieron para salvar la papeleta los barceloneses peleando contra los graves que venían del escenario Basoa e intentando que su genial propuesta destacara.
Publicidad
-
Carlos Benito
Un paréntesis de hermosa melancolía
Al final, lo que hace que un concierto pase de bueno a memorable es muchas veces una simple cuestión de afinidad, y Slowdive brindaron la dosis que muchos echábamos de menos de penumbras del alma y guitarras distorsionadas, como un hermoso paréntesis de melancolía en mitad del fiestón del sábado. Fue un concierto envolvente, que fluyó sin fisuras y sonó de maravilla. Por lo demás, quiero reivindicar lo pequeño, ese festival de las tardes al que aún no le ajusta bien el prefijo 'macro', con artistas tan brillantes como la sarda Daniela Pes y joyas de nuestra escena como EZEZEZ oMelenas. Y con estos no hay que esperar a la próxima gira mundial: los tenemos en las salas.Y sí, puede parecer chocante etiquetar como decepción un concierto sobresaliente en lo musical, pero así lo sentí. Entiendo el valiente compromiso de Massive Attack, pero, para mí, la abrumadora carga conceptual y activista de su concierto, con continuos mensajes y datos en la pantalla, menguó mucho el impacto emocional y la capacidad evocadora de sus canciones.
-
Isabel Ibañez
El decorado con cielo y monte de Los Punsetes
El recinto del BBK Live abría el jueves bonito de verdad, con la hierba alta y acogedora. Y lo pareció aún más al llegar al escenario Txiki y ver a Los Punsetes tocando ante un decorado de cielos nubosos y montes, con un tinglado montado sin fondo. Sensación poética que duró hasta que visité unos baños cerrados y sucios por falta de agua. Terrible realidad, como la que se disponía a mostrarme Massive Attack. Y me dio pena que, siendo el grupo por el que compré mi entrada y pese a comulgar con su alegato antibelicista y a la belleza de la propuesta, acabara por agobiarme el excesivo monográfico. Con el ánimo bajo, agradecí el 'Super 8' de Los Planetas en su simplicidad bien entendida, celebré que añadieran 'Un buen día' y me pareció fatal que Jota cambiara a Eric por Florent en la letra. Tanto que le meteré como decepción solo por eso. ¿No bastaba con sustituirle a las baquetas? El viernes hubiéramos necesitado más paja para el barro y me gustaron Melenas. Y me quedo con Arcade Fire por la entrega y el entusiasmo de todos sus músicos.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión