Maria Arnal regala un show preciosista y experimental

Ya ha advertido al inicio del concierto de que nadie iba a conocer el repertorio ya que es de las primeras veces que lo presenta en directo, a falta de la próxima publicación del álbum en el que está trabajando en solitario. La propuesta escénica ha sido minimalista a la par que bonita, con Arnal acompañada de un único instrumentista a las bases y ordenadores, y de cuatro bailarinas.

Musicalmente, las canciones se basan en la acumulación de capas de voz y sonidos sobre los que se van construyendo los temas, todos ellos sustentados por una gran voz y jugando con melodías que parten de la tradición pero se desenvuelven en un contexto sonoro que bebe de la electrónica.

Una propuesta rompedora, insólita y extraña para un festival pero que ha funcionado a la perfección en el escenario de la entrada, jugando a su favor la hora de la puesta de sol. Arnal ha recitado en japonés, ha mezclado los ritmos tribales con el aroma mediterráneo y ha deleitado con una suerte de nuevas cantatas tradicionales.

Mezclando catalán y castellano, y con bellos interludios de danza y música instrumental, se ha ganado al público llevando a su terreno 'Xiqueta meua', una tradicional canción fallera que ha sido coreada con sorpresa por el público valenciano presente y que ha sido el culmen de la actuación junto a 'Por tus venas', en la que la artista se ha emocionado hasta entrecortársele la voz. 'Mazón, dimisión', ha exclamado una parte del público. «Y que no tarde en irse», ha respaldado Arnal.

En la recta final del concierto, ha ido encadenando estos nuevos temas –de títulos como 'Ventanita al cielo', 'Lunar' y 'Suspiros'–, y se ha despedido prometiendo que la próxima vez acudirá con el disco nuevo bajo el brazo para que la gente pueda aprenderse esta nueva propuesta que apunta a ser revolucionaria en el ámbito independiente en los próximos meses.