Azkena Rock Festival 2023
Chuck Prophet templando la atmósferaEn la parrilla de la Virgen Blanca, antes de que llegue la tormenta, el ex Green On Red pastoreó al respetable con rock americano sin acelerar y le hizo participar con coros de estadio
Los músicos suelen darlo todo en los conciertos de la Virgen Blanca, que se celebran con acceso libre y casi ilimitado. Quizá surjan dudas los ... días de calor cuando la explanada, una parrilla a esas horas del mediodía, se ve despejada de gente, aunque los paisanos alternen en los atestados bares circundantes sin que nadie salga de la sombra protectora, muy escueta a esa hora. Sin embargo, es salir los músicos al escenario y llenarse el espacio hacía un minuto repudiado. Y ante tanta gente, tan feliz, participativa y a menudo conocedora del asunto, los actuantes se sienten inspirados, se creen especiales y dan todo lo que tienen. «Ayer dijo Chrissie Hynde (la jefa de los Pretenders) que aquí está el mejor público del mundo entero. Sabe de lo que habla. Y además tenéis buen gusto», dijo al empezar el bis el bueno de Chuck Prophet, cantautor rock americano aterrizado en Vitoria tras una gira británica.
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En efecto, se sintió seguro e inspirado Chuck Prophet, quien con su banda, The Mission Express, salió a escena justo a la hora, las 13.30, y empezó a tocar un 'Bangkok' de Alex Chilton que fue lo menos destacado de su repertorio de 13 títulos en 67 minutos. Ya desde la primera percibió que tenía al respetable de su parte, en el bolsillo. Y Prophet no había elegido un repertorio fácil, festivo, como el descacharrante de Los Fuzillis la víspera en la misma plaza, sino otro ambiental, atmosférico, con medios tiempos y lentos, con mensajes reflexivos y necesidad de que prestara atención la masa, a la que convertiría en participativa mediante coros de estadio tipo ooooo y tal.
Por la mañana y bajo el solazo, el ex Green On Red, que cumplirá 60 años este mes, con la voz baja al menos en las primeras filas, evolucionó premeditadamente ondulante. En los rocks evidentes no caló tanto ('Run primo run', 'Coming out on code'), pero templó el soul con su guitarra Telecaster destartalada ('Wish me luck', deséame suerte), dictó lentos con la sapiencia mitómana de Elliott Murphy ('High as Johnny Thunders'), apostó por el optimismo estadounidense a lo Marah (el saltarín 'Best shirt on', o sea con la mejor camisa puesta, aunque él salió con una ajada camiseta de rayas horizontales, luego el medio tiempo 'The left hand and the right hand'), se endureció cual híbrido de Mink de Ville y los Pretenders ('Marathon') y dio un bis creciente en todo, pues empezó en solitario, siguió a dúo y acabó en quinteto, con coda guitarrera sudista a lo Lynyrd Skynyrd ('Summertime thing').
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