Cómo es el menú infantil de verano
Las pautas alimenticias de los más pequeños no deberían cambiar durante las vacaciones, ni hay que renunciar a las legumbres
SERGIO LLAMAS
Lunes, 29 de junio 2020, 21:23
Para los más pequeños el verano es tiempo de romper las rutinas, pero no necesariamente cuando se está a la mesa. Aunque hay que aprovechar los productos de temporada y tener en cuenta que habitualmente las horas de actividad se alargan en época estival, «las pautas de alimentación no deberían cambiar». Así lo advierte Tania Sánchez del Amo, dietista-nutricionista del proyecto Nutrizio Eskola que ayuda a los niños a adquirir hábitos de alimentación saludables, y del centro Elikasi Nutrición, que también ofrece coaching nutricional. «Los niños tienen que llevar una pauta equilibrada todo el año y en general tienen que seguir consumiendo igualmente verduras, legumbres, carnes, pescados y frutos secos», enumera.
La advertencia no es baladí. Las legumbres habitualmente son las primeras en desaparecer cuando los termómetros apuntan alto. «Las asociamos al invierno porque hace frío, pero tienen que estar dos o tres veces en el menú de la semana durante todo el año», advierte la experta, que propone variar las formas de presentación. «No tiene por qué ser en cocido. Pueden ser humus, hamburguesas de garbanzos, de guisantes o en la ensalada. Es la voluntad que tenga cada uno de meterse en la cocina», reivindica. Lo mismo debe ocurrir con las verduras, que también se prestan a variar su apariencia en verano, por ejemplo a través de las sopas frías como el gazpacho.
Algunas recetas pueden requerir poco de esfuerzo adicional, pero también gracias a ello pueden suponer una forma de pasar tiempo en familia en un momento en el que es más fácil disponer de él. «Es interesante fomentar que los niños participen en la compra de los alimentos y que se acostumbren a ver cómo es un brócoli antes de estar preparado. Por el mismo motivo también es bueno que tomen parte en la elaboración», señala la nutricionista. Si los más pequeños pueden tomar decisiones sobre la forma de elaborar cada alimento, es más fácil que se animen a probarlos y que se despierte en ellos el interés por la comida saludable. «Quizás no quieran una coliflor, pero les atraiga la idea de una pizza de coliflor. Si les dejamos elegir, como mínimo vamos a conseguir que lo prueben», señala.
Alimentos de temporada
En cuanto a las comidas que no pueden faltar en verano, hay que aprovechar que es época de nectarinas, melón, sandía e incluso cerezas. «Al ser productos de temporada van a tener más sabor y conservar mejor los nutrientes propios de la fruta», afirma Tania Sánchez del Amo.
En verano la hidratación es fundamental, y puede ser tentador recurrir a los zumos, pero ésta no debe convertirse en la única forma de tomar fruta. «El zumo natural es preferible al zumo envasado, y desde luego mucho mejor que tomar una bebida azucarada en una terraza, pero si se va a hacer como algo rutinario es mejor comer la fruta entera», alerta la experta en nutrición. El problema de tomar la fruta únicamente en zumo es que al licuarla hacemos que los azúcares pasen de intrínsecos a libres, aumentando su proporción y haciendo que se asimilen antes por el organismo. Además, se elimina contenido de fibra que ayuda a reducir la absorción de los azúcares.
El verano también es un momento para estar especialmente atentos a la alimentación de los menores que durante el curso hacen su principal comida en los comedores escolares. En ese sentido, hay que tener en cuenta que los horarios suelen verse alterados, lo que requiere un poco más de vigilancia. «Siempre les viene bien tener unos horarios regulares para todo, y en verano puede ocurrir que se levanten más tarde, o que cuando lo hagan no desayunen. Hay que procurar que en el momento en el que tengan hambre lo que tomen sea una opción de comida saludable, como una rebanada de pan con aguacate», ejemplifica la nutricionista.
No es lo único que cambia. En época estival parece haber más manga ancha con las comidas, y son habituales las ingestas entre horas de alimentos no saludables. Los helados son un reclamo frecuente, pero si surge la oportunidad de tomarlo en casa es fácil preparar una opción saludable con fruta troceada y congelada. «Siempre es bueno mezclarlo con plátano que le va a dar una mejor textura, o con yogur», aconseja Tania Sánchez del Amo. Fresas congeladas trituradas, o incluso un poco de chocolate con un porcentaje alto de cacao ayudarán a hacerlos más atractivos «y no llevan nada de tiempo», agrega.
Por otro lado, en verano también es frecuente comer fuera de casa, y las opciones que hay para niños están faltas de imaginación. «Muchas opciones de menú infantil son macarrones con chorizo y croquetas u otros fritos», lamenta la nutricionista. En esos casos es mejor pedir un medio menú, si existe la opción, o compartir raciones con ellos. Cuando hay excursiones, el bocadillo o las ensaladas de pasta no son una mala solución. «En ese caso, que sea con un pan de calidad, integral o con semillas», aconseja.