Infancia y pantallas: la verdad oculta detrás de los móviles
Unicef ha publicado el informe más completo sobre el uso temprano de dispositivos y alerta a las familias a tomar medidas
Jazmín Romero
Bilbao
Martes, 18 de noviembre 2025
No es un secreto para nadie que el uso de los móviles en la infancia genera preocupación en las familias sobre cómo gestionarlo. Principalmente en una sociedad tan digitalizada, donde el riesgo a la exclusión y la 'moda' de la conectividad 'obligan' a facilitar esta tecnología a los menores cada vez más pronto. Sin embargo, hasta el momento no se tenía una radiografía real y profunda sobre cuánto impactan las pantallas en los niños. UNICEF ha sacado un informe sobre infancia y adolescencia sin precedentes, con 100.000 participantes desde 5º de Primaria hasta FP. La conclusión es clara: no basta con poner límites.
El estudio, realizado con niños de entre 10 años y jóvenes de 20, señala que la vida digital es parte esencial de la vida real de esta población. Por ello, no pretende caer en el alarmismo, sino inducir al acompañamiento, a la comprensión y a la actuación ante una adolescencia muy conectada, pero también muy vulnerable en salud mental. La satisfacción vital del alumnado ha sido uno de los puntos de referencia, situándose en un 7,86 en una escala de 10. Sin embargo, cae en picado cuando llegan a la ESO.
Las chicas mostraron una tendencia muy baja en el bienestar físico y psicológico. El dato más duro sobre salud mental es que el 7,4 % del alumnado muestra tendencia suicida, siendo el doble entre las estudiantes. No es que el móvil esté directamente relacionado, pero sí es un escenario donde las presiones por la apariencia física y los comentarios negativos hacia la imagen se intensifican.
Además, 1 de cada 3 adolescentes con pareja señala sufrir control digital: desde revisar el móvil, exigir ubicaciones, controlar amistades hasta supervisar redes… Un padecimiento que viven en silencio por «ser parte de la relación», sin saber identificar estas actitudes como dinámicas de violencia.
Quienes y cómo lo usan
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Tienen móvil 1 de cada 2 menores de 10 años
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Uso de redes sociales El 92,5%
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Control digital de parejas 1 de cada 3 jóvenes
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Riesgo suicida 7,4% de los encuestados
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Contacto con el porno Edad media: 11 años
El amigo inseparable
La edad para tener el primer móvil ha bajado a los 10 años. El 82,4 % del alumnado tiene móvil propio; en ESO, casi el 93 %. El estudio señala que el 40 % de los encuestados duerme con el móvil cerca y casi la mitad de ellos lo utiliza de madrugada, lo que tiene efectos directos sobre el descanso, la atención en clase, el estado de ánimo y la dependencia del dispositivo.
Más del 90 % de los encuestados tiene al menos una red social y 1 de cada 5 dedica más de cinco horas al día a estar conectado. Las chicas publican más contenidos que los hombres, razón por la cual están más expuestas y reciben más presiones. Lo más llamativo aquí es la figura del influencer: más del 21 % quiere dedicarse a convertirse en uno y, de hecho, el 7,8 % asegura estar trabajando para conseguirlo.
Sexualidad y adicciones
Según la encuesta, hablar de sexualidad en casa todavía sigue siendo un tabú para muchas familias. Reflejo de ello son los números: casi el 60 % de los adolescentes dice no hablar de sexo con sus padres, pero la mayoría tiene claros los conceptos debido al contenido en internet.
El estudio señala que el 14 % de los estudiantes recibe contenido sexual en redes (sexting pasivo) y el 6,4 % lo ha enviado. El 9 % del total ha recibido presiones para enviar imágenes eróticas, y más del 7 % ha recibido propuestas sexuales de adultos.
La pornografía se ha convertido en la «primera escuela sexual» de la infancia. Casi el 30 % afirma haber accedido al porno a los 11 años, y un 7,9 % presenta un consumo problemático. Con respecto a la plataforma OnlyFans, al menos el 1,8 % de los menores de 16 años tiene cuenta y la mayoría la ve como una vía rápida para ganar dinero.
Los videojuegos y las apuestas también preocupan. Más del 50 % de los encuestados juega semanalmente, y en Primaria el 62 %. El 26 % de los menores de 18 años juega a videojuegos PEGI 18 (juegos exclusivos para mayores de edad por su contenido sexual o de violencia extrema). Las consecuencias por el uso de estas aplicaciones afectan al menos a un 2,3 %. Otro de los efectos negativos es el acceso fácil a las apuestas: el 11 % ha apostado alguna vez, pese a ser ilegal para menores.
¿Qué se puede hacer?
Partiendo de la premisa de que es prácticamente inevitable el acceso de los menores a estas tecnologías, la clave está en involucrarse al detalle en el uso correcto de las pantallas. En la guía de recomendaciones elaborada por UNICEF, instan a los padres a conversar con los hijos sobre los riesgos digitales, acompañar y no solo prohibir. Ser ejemplo: si los adultos cenan con el móvil, no pueden exigir lo contrario; además, establecer normas claras de higiene digital: horarios, espacios sin pantallas, uso nocturno…
También instan a las escuelas a estar preparadas ante el escenario de la vida digital real, a través de formaciones para los docentes orientadas al bienestar digital, protocolos de prevención del ciberacoso, más educación afectiva, sexual y emocional, así como integrar la alfabetización digital en el currículo.
En conclusión, el informe no pretende demonizar las pantallas ni culpar a las familias. Más bien, ofrece un espejo realista: estamos criando a la primera generación plenamente digital, con oportunidades inmensas y riesgos que aún no sabemos manejar del todo.
La buena noticia es que el acompañamiento funciona. Cuando familias, escuelas y administraciones trabajan juntas, el bienestar digital de los menores mejora. Y reconocer la complejidad del problema es siempre el primer paso para solucionarlo.
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