Jesús Etcheverry, un referente de la magia mundial

«Varita rota, una tristeza, la magia que infundió en su vida ha llegado a su fin», señalaba a este periódico al otro lado de la línea telefónica el mago granadino Miguel Puga (MagoMigue) para referirse a la pérdida del bilbaíno residente en Getxo Jesús Etcheverry, ingeniero jubilado, mago en sus ratos libres desde que era un niño, y autor de varios libros sobre magia de referencia mundial. A Etcheverry (Bilbao, 1943 - Getxo, 2022) se lo ha llevado un cáncer, enfermedad con la que libró una dura batalla en el último año y sus colegas, magos de medio mundo, lloran su ausencia. «Todos los magos que hoy en día triunfan no existiríamos sin la influencia de personas como Jesús Etcheverry. Él se preocupaba por los jóvenes magos, compartía el conocimiento y lo transmitía, este es un mundo muy cerrado y no suele ser habitual», reconoce MagoMigue.

Hombre de gran personalidad, humanidad y disponibilidad a ayudar siempre «sin esperar nada a cambio, la gratitud era más que suficiente», de Etcheverry quedan su saber sobre los juegos de cartas o cartomagia, su especialidad, y un legado de conferencias, libros y traducciones de obras sobre la magia que han ayudado a sus colegas de habla hispana a desarrollarse. Etcheverry era «un estudioso» de la magia y tuvo la destreza de recoger en una trilogía todo el pensamiento y el bagaje mágico de Arturo de Ascanio (1929-1997), abogado que revolucionó la concepción psicológica de la magia y que creó un vocabulario y un concepto que contribuyeron a que las llamadas magia de cerca y magia con cartas españolas hayan sido consideradas en todo el mundo como pioneras.

Para ello, Jesús Etcheverry recopiló las notas personales que Ascanio, su mentor, escribía para sus charlas, sus vídeos, sus artículos de revistas, sus conferencias y sus conversaciones con otros magos en tres volúmenes gruesos. «Es uno de los trabajos teóricos que más influencia tienen en la magia mundial», puntualiza MagoMigue. «Ha sido traducido al inglés, al alemán y al japonés», añade. «Yo prologué uno de los libros, a él le debemos haber transmitido las enseñanzas del maestro», indica el mago Camilo Vázquez. «Seguro que Arturo de Ascanio lo guiará en su último camino», advierte Alfredo Blasco, del Círculo de Ilusionistas de Valencia, Alicante y Castellón.

«Guili, guili, guili», eran las palabras mágicas que Jesús Etcheverry utilizaba en sus trucos y que ya no volverán a oírse sobre un escenario ni en las reuniones privadas en las que aún actuaba. Etcheverry será recordado por ellas y por la «limpieza en sus planteamientos», su «generosidad» y la pasión por esta afición que «contagió a todas las personas que estuvimos a su alrededor», señala su familia.

«La última vez que hablé con él, le pedí consejo para un número que preparo para el Campeonato de España de Magia. Él ha sido miembro del jurado muchos años», señalaba el Mago Oliver, presidente de la Asociación de Ilusionismo de Bizkaia. Oliver organiza cada mes una conferencia con un colega de profesión. «Al acabar nos hacemos foto con el conferenciante. Si estaba Jesús era el conferenciante el que quería hacerse una foto con él», evoca Oliver con una sonrisa.

«Siempre podía contar con su desinteresada colaboración en los libros. Esperaba con ganas un próximo reencuentro en Magialdia (Vitoria) donde siempre teníamos provechosas conversaciones», observa Gema Navarro, investigadora y profesora en la Gran Escuela de Magia Ana Tamariz de Madrid. Etcheverry era precisamente de la quinta de Juan Tamariz y solía asistir a las Jornadas de Cartomagia que cada año organiza en El Escorial. Con él, con Toni Cachadiña y con Camilo Vázquez, entre otros, iban de cena de tanto en cuanto para intercambiar impresiones. La última tuvo lugar en la biblioteca del hotel Santo Mauro de Madrid. «Nosotros habíamos tenido un arranque en este mundo similar, de presentarnos a concursos, de preocuparnos por estudiar...», apunta Camilo Vázquez.

Las condolencias por el fallecimiento de Etcheverry se sucedieron los días cercanos a su fallecimiento. «Todos y cada uno de los magos del mundo le debemos muchísimo a Jesús Etcheverry, sin él, sé a buen seguro que no sería el mago que soy hoy por hoy. Por suerte su obra perdurará en el tiempo y nos acompañará tanto a estas generaciones como a futuras», aseguraba otro colega, Juan Luis Rubiales, en el Facebook que hasta ahora ha gestionado la familia de Etcheverry en su nombre.

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