«Hasta el día siguiente no vimos la desolación. Se me ponen los pelos de punta al recordar las inundaciones»
29.08.83 ·
José Ramón SáezLunes, 27 de octubre 2025
José Ramón Sáez es el antiguo propietario del Rio-Oja, emblema hostelero del Casco Viejo. Aquella Aste Nagusia de 1983 la recuerda como un «llover y llover». Y el viernes 26 amaneció «especialmente sombrío». Lograron dar el servicio de comidas, pero «a las cinco y cuarto de la tarde, cuando estaba comiendo yo, se nos fue la luz». La tormenta era imponente. «A eso de las siete y cuarto empezó a entrar agua en el establecimiento por la calle del Perro, algo que nunca antes había pasado». Todo fue a peor y su familia, con una niña recién nacida, tuvo que irse a casa de sus suegros, en Zabalbide. «No se podía entrar en el Casco Viejo y al día siguiente vimos la desolación. En Rio-Oja el agua alcanzó una altura de 3,15 metros. Tardamos 47 días en reabrir, pero algunos no lo hicieron nunca». El periódico no pudo salir hasta el lunes 29.
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