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Pello Otxandiano, exultante este domingo tras conocer los resultados del 21-A. Yvonne Iturgaiz

Bildu bate todas sus marcas

No consigue el 'sorpasso' al PNV, pero obtiene un empate histórico y supera de largo los 300.000 votos por primera vez

Domingo, 21 de abril 2024

Pello Otxandiano y Arnaldo Otegi aseguraron el viernes que este domingo EH Bildu iba a obtener los mejores resultados de su historia, que estarían más ... cerca de los 30 que de los 20 escaños y que superarían los 300.000 votos, una cifra récord. Las previsiones se cumplieron y la coalición ha roto todos sus techos. Pero, aun así, se ha quedado a un paso de la gloria. El esperado 'sorpasso' al PNV no se ha producido, pero por poco. El empate a 27 escaños supone un logro inédito para la alianza liderada por la izquierda abertzale, que ha sabido absorber prácticamente todo el voto que se movía en el entorno de Podemos y Sumar. Lo sucedido este 21-A representa un espaldarazo a la estrategia diseñada en los últimos años por sus dirigentes. Además, ha sido la fuerza más votada en Álava y Gipuzkoa, todo un triunfo simbólico.

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Los resultados de EH Bildu se mueven entre la comparación con lo sucedido en 2020, e incluso en convocatorias anteriores, y las expectativas creadas a lo largo de esta campaña, en la que no pocas encuestas auguraban que superaría al PNV en escaños e incluso votos. Un horizonte que al final no ha podido alcanzar.

Respecto a hace cuatro años, Otxandiano mejora en seis escaños los resultados de Maddalen Iriarte. Los 27 asientos en el Parlamento suponen la cifra más alta en toda su historia. Que EH Bildu estuviese peleando por los 30 escaños se hubiese considerado una quimera hace solo unos años. Lo mismo que rebasar los 300.000 votos. La noche podía haber sido incluso mejor para la coalición soberanista. Cuando el escrutinio superaba el 80%, llegaba a los 28 escaños, hasta que el PSE-EE le arrebató un acta por Gipuzkoa.

Su techo a la hora de sumar papeletas habían sido las 277.000 de 2012, poco después de su legalización y antes de que irrumpiese Podemos. Llegar a los 338.000 demuestra que EH Bildu ha sabido calar en sectores de la sociedad que hasta ahora le estaban vedados. Con un discurso centrado en cuestiones como la defensa de los servicios públicos y el desgaste de Osakidetza y aparcando otras más identitarias, EH Bildu ha ampliado su base social.

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Otro dato a tener en cuenta es la distancia de votos con el PNV. En las últimas convocatorias los jeltzales les sacaban una ventaja que casi siempre superaba los 100.000 votos. Y eso en el mejor de los casos. En esta ocasión se mueve alrededor de los 30.000.

Los resultados de EH Bildu se sustentan sobre todo en Gipuzkoa, un territorio en el que se ha convertido en hegemónica, como se demostró en las municipales y forales del año pasado. La campaña activada por el resto de partidos para tratar de desgastar a la coalición soberanista recordando lo ocurrido cuando estuvo al frente de las principales instituciones guipuzcoanas entre 2011 y 2015 no ha surtido efecto. La formación liderada por Arnaldo Otegi ha demostrado tener una enorme fortaleza y parece no tener techo en Gipuzkoa, donde ha sacado 11 de los 27 escaños. Ha ganado incluso en feudos socialistas como Eibar y Zumarraga.

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Las capitales

EH Bildu también ha conseguido otro objetivo. Y no menor. Ser la fuerza más votada en Álava. Si en 2016 sacó cinco escaños y en 2020 se fue a seis, ahora ha llegado a ocho y rozando el 30%, seis puntos más que hace cuatro años. El triunfo en este territorio tiene un importante valor simbólico porque era por donde se presentaba Otxandiano como cabeza de lista. Solo Bizkaia, donde el PNV sigue demostrando su enorme fortaleza, se le resiste. Sigue recortando terreno, pero continúa teniendo un agujero importante en Bilbao, donde el PNV le ha superado por casi 30.000 votos. Los jeltzales también les han doblegado en San Sebastián, pero en Vitoria ha sido por primera vez la primera fuerza.

El «salto cualitativo» dado este 21-A supone un aval a la estrategia diseñada por la dirección de EH Bildu durante los últimos años. La única incógnita es saber si la polémica suscitada en la última semana de campaña sobre lo que fue ETA le ha restado apoyos o no ha influido en los resultados finales. Otxandiano sale reforzado a pesar de no haber logrado el 'sorpasso'. EH Bildu asumía la apuesta de alto riesgo que había hecho al colocar de cabeza de cartel a uno de sus principales ideólogos. Un mal resultado hubiera abierto unas cuantas heridas. Sin alcanzar la gloria, Otxandiano ha estado cerca.

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