Sánchez descarta por primera vez a Ciudadanos para un pacto de Gobierno
david guadilla
Miércoles, 24 de abril 2019, 01:10
Fue un partido de vuelta que sirvió para resolver una de las principales incógnitas que quedaban pendientes a cinco días de las elecciones: la política ... de alianzas tras el 28-A. Pedro Sánchez aseguró por primera vez que «no está en sus planes pactar con un partido que ha puesto un cordón sanitario al PSOE». Con esta frase lanzada al principio de su intervención cerraba, al menos en teoría, la puerta a un acuerdo con Ciudadanos. A su lado, Pablo Iglesias se dejaba querer y apuntaba a un consenso entre los socialistas y Podemos: «Se han acabado los gobiernos de partido único. El próximo será de coalición». A su lado, Pablo Casado y Albert Rivera confirmaban su intención de unirse para echar «a los que quieren romper España».
Fue un debate de mayor voltaje que el vivido el lunes. Los reproches, los ataques dialécticos y los intentos de desbaratar las estrategias ajenas se impusieron sobre las propuestas en positivo. Una vez más Cataluña se convirtió en la rueda sobre la que giró gran parte de una cita inédita. Nunca en la historia de España se habían dado dos debates de este tipo en un plazo de 24 horas. Los mismos protagonistas, un formato similar, pero más ágil que el que se vivió la noche del lunes en Televisión Española. A eso ayudó que los encargados de moderar la cita tenían la oportunidad de lanzar preguntas a los aspirantes. Y esto les obligó, por momentos, a salir de su zona de confort.
Los cuatro candidatos llegaron con la lección aprendida, sabedores de las conclusiones que se habían extraído de su primer enfrentamiento. En líneas generales, Sánchez había conseguido salvar los muebles al no cometer ningún fallo garrafal. Casado se había dejado comer terreno por parte de Rivera; mientras que el líder de Ciudadanos había logrado aparecer como el virtual ganador. Iglesias, por su parte, fue elogiado por su papel de candidato moderado que adoptó en TVE.
Veinticuatro horas después, el guión se movió por carriles con matices diferentes. Todo vivido con mayor intensidad. Sobre todo en el caso de Rivera. El presidente de Cs volvió a salir enchufado. Insistió en que Sánchez quiere pactar con los que quieren «romper España». Interrumpió varias veces al aspirante del PSOE y ambos se enzarzaron en distintos rifirrafes. Rivera le entregó un ejemplar de su tesis doctoral. Sánchez otro de 'España vertebrada de Sánchez Dragó y Santiago Abascal.
Cataluña se convirtió en arma arrojadiza una vez más. Sánchez pasó más al ataque que el lunes. Atacó las «mentiras» de la derecha y subrayó que «nunca ha pactado con los nacionalistas». «No es no y nunca es nunca», enfatizó. «Eso es una tomadura de pelo», respondió Rivera.
«Experto en secuestros»
El problema con el que se encontró el presidente de Cs fue que Casado quizás fue el que mejor entendió lo que había sucedido el lunes. Si en Televisión Española hubo momentos en los que cedió el protagonismo en el lado de la derecha a Rivera, ayer salió más activo. Atacó de forma directa al líder naranja y fue a degüello a por Sánchez. Se presentó como la única «alternativa» fiable al PSOE y llevó al extremo los apoyos nacionalistas a Sánchez al asegurar que Otegi, «experto en secuestros», acabará por pedir «un rescate».
Iglesias siguió a lo suyo. Mantuvo el mismo perfil que el lunes. Tono moderado e incluso crítico con las formas empleadas por sus adversarios. «España no se lo merece», llegó a decir mientras Rivera le reprochaba su condescendencia.
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