No quieren volver a verse por tercera vez
Seis meses después, los candidatos por Bizkaia han vuelto a reencontrarse. Pese a los rifirrafes, cordialidad por encima de todo
Como si el tiempo no hubiera corrido, los cinco candidatos han vuelto a verse las caras seis meses después en el debate de EL CORREO en un 'déjà vu' inesperado. La repetición electoral ha obligado a los aspirantes por Bizkaia de los cinco principales partidos vascos a meterse de nuevo en los rigores de una campaña. En los minutos previos a la cita han compartido distendidamente lamentos por verse envueltos otra vez en la vorágine de mítines y entrevistas. Reducir de dos a una semana la campaña les está obligando a hacer malabarismos con la agenda. Como a Aitor Esteban (PNV), que tiene que entrar en directo en TVE desde la sede de este periódico para valorar la cita de anoche de los líderes nacionales.
El debate de anoche ha sido el tema más comentado esta mañana fuera de cámaras. Sobre todo, el «inaceptable» horario, que obligado a los candidatos a presentarse en EL CORREO con muy pocas horas de sueño. Salvo Bea Fanjul, que ha reconocido que se fue a la cama pronto. La representante del PP ha sido la primera en llegar, puntual, al debate. Acompañada de dos asesores, hoy ha optado en vestir un traje de chaqueta, en contraste con los vaqueros y las botas de hace seis meses.
Patxi López (PSE) ha sido el segundo en llegar. Mismo 'uniforme' que en el anterior debate y otra vez con el pin del PSOE en la solapa de su chaqueta. Al exlehendakari se le nota que está cómodo en estas citas. Habla con unos, bromea con otros. Y durante el debate no le hace falta tomar notas. Con juguetear con el anillo de casado le basta.
Roberto Uriarte (Unidas Podemos) también ha llegado pronto y ha aprovechado para tomar un café con su asesor –en abril vino solo al debate de este periódico–. Sin chaqueta, tampoco ha recurrido a la 'muleta' de papel alguno y ha sido el único de los cinco que no ha tocado la botella de agua a su disposición.
El último en aparecer, casi con el tiempo justo, ha sido Oskar Matute (EH Bildu), procedente de una entrevista radiofónica previa. El más informal de los cinco, en lo que a vestimenta se refiere, nada más sentarse en su silla se ha remangado la camisa. En el estudio de televisión hacía buena temperatura, pero eso de llegar a la carrera –de taxi– al debate le había acalorado.
Como ya ocurriera hace seis meses, el debate ha sido de guante blanco. Moderado por las periodistas de EL CORREO Marta Madruga y Olatz Barriuso, no ha habido salidas de tono ni enfrentamientos personales. Sólo los rifirrafes dialécticos que se deben exigir a una cita de este tipo. El más destacado ha llegado casi al final de la cita, cuando Patxi López ha sacado a relucir el entendimiento que el PP y Vox mantienen en Andalucía. La candidata popular ha cometido el error, tal vez llevada por la inexperiencia, de reconocer que «no sabe» cómo está influyendo la extrema derecha en las políticas de la Junta. «No lo conozco», ha afirmado Fanjul. «Buff, hasta aquí hemos llegado», ha resuelto el socialista.
La formación de Santiago Abascal ha estado presente en varios momentos. Sobre todo en las intervenciones de Oskar Matute, que hasta en cuatro ocasiones ha interpelado a Fanjul por sus «coleguillas» de Vox. Ambos también han chocado por el tema de la corrupción, que ha hecho 'saltar' a la representante del PP. «A mí no me hables de corrupción. Tengo 28 años y he dejado dos trabajos por estar en política», le ha advertido.
En el transcurso del debate han quedado patentes las prioridades de cada candidato. O más bien, contra qué partido iban a dirigir sus críticas. Matute contra el PP; Fanjul contra el PNV; Esteban contra el PSE; y Patxi López y Roberto Uriarte, entre ellos. Estrategias de campaña para tratar de movilizar cada uno a su electorado o pescar indecisos.
Bolígrafo de Olga Viza
«¡Cómo me buscas, venga dime!», le ha interpelado entre risas Aitor Esteban a Fanjul, que una y otra vez se ha dirigido al jeltzale para recriminarle sus alianzas con Sánchez. Tantas han sido las menciones, que el candidato del PNV ha optado por sacar su moleskine de Euskadi Turismo y un llamativo bolígrafo para tomar notas. «Me lo dio el otro día Olga Viza. Es de la Fundación Crecer Jugando, que envía juguetes a niños de todo el mundo».
Por cierto, en la hora justa que ha durado el debate –las moderados han agradecido a los candidatos su contención y respeto a los tiempos– no se ha citado a ETA en ningún momento.
Con la misma cordialidad con la que ha arrancado, el debate ha concluido. «Esperemos volver a verles...», se ha despedido Olatz Barriuso, dirigiéndose a los espectadores, aunque un escalofrío ha recorrido entre los presentes ante la posibilidad de que dentro de seis meses puedan volver a verse las caras por tercera vez. «Esperemos que no», ha sido la reflexión compartida.