Euskadi se resiste a Vox

Pese a que los de Santiago Abascal parecen haber llegado a su techo en Euskadi, se sitúan como sexta fuerza en la comunidad (por detrás de PNV, PSE, EH Bildu, Podemos y PP) al pasar por encima de Ciudadanos. Esto ocurre, claro, por deméritos de los naranjas, cuyo desplome les deja con menos de la mitad de apoyos que tiene Vox.

En realidad esto es algo que se veía venir porque, ya se había comprobado en citas electorales anteriores, el mensaje nacionalista español de la formación ultra no cala en los territorios con una fuerte identidad propia. Vamos, con su propio nacionalismo. Ocurre aquí, pero también en Galicia, Navarra y Cataluña, donde su peso es proporcionalmente muy inferior al que tienen en el resto del país. Algo que viene a engordar un poco más la brecha entre dos españas que cada vez parecen ser más diferentes.

Uno de los aspectos más curiosos es que Abascal sigue sin ser profeta en su tierra. En la localidad alavesa de Amurrio, su pueblo, únicamente ha rascado 153 papeletas (de casi seis mil). Eso sí, se trata de fieles a las siglas porque casi calcan la cifra de hace seis meses, cuando sumaron uno menos, 152.

En cualquier caso, la líder de la formación en Euskadi, Nerea Alzola, no ha logrado subirse a la ola de Abascal. Y eso que Euskadi siempre tiene un papel relevante en las campañas de Vox, con la ayuda de los radicales de la izquierda abertzale. El pasado miércoles hubo tres detenidos en Bilbao por intentar sabotear un acto electoral del partido ultra, y un día después la propia Alzola sufrió una agresión en Sestao.

Pero no ha logrado colocar en Euskadi un mensaje que pone en cuestión las coberturas sociales en el País Vasco en la medida que son utilizadas por inmigrantes, o que prometía la ilegalización de EH Bildu. Eso sí, la evolución no ha sido similar en los tres territorios: mientras que en Bizkaia han mermado sus apoyos (de 15.839 a 15.038 votos), han crecido en Álava (de 5.608 a 6.423) y en Gipuzkoa (de 6.783 a 7.006). En todo caso, poco.

El descalabro de Ciudadanos en Euskadi únicamente es comparable al descalabro de Ciudadanos en el resto de España. Los naranjas se han quedado con 13.058 votos en el País Vasco, un tremendo batacazo al perder más de las dos terceras partes de los apoyos que tuvieron en abril, cuando sumaron 40.366 sufragios. Aquel no había sido ya un buen resultado porque no lograba rentabilizar el tirón que entonces tuvo Rivera. Sin embargo, ayer sí le pesó el desgaste del partido a nivel nacional y los de Luis Gordillo sufrieron un tremendo revés.

Hay que tener en cuenta que al pinchazo en el ámbito estatal, y a las evidentes dificultades para vender en Euskadi su discurso territorial -especialmente en relación con el Concierto económico-, hay que sumar las convulsiones que ha sufrido el partido durante los últimos meses en la comunidad autónoma. Concretamente, en Álava, donde la formación llegó a disolverse en septiembre después de que Albert Rivera aplicase un severo correctivo a Javier Gómez por explorar una coalición con el PP en este territorio. Al final Gómez se fue del partido, le siguieron un buen grupo de fieles, y Ciudadanos terminó disolviéndose en la provincia. Como para hacer bueno aquello de que a perro flaco todo son pulgas.

Con todo, el declive de Ciudadanos en Euskadi no es nada nuevo. Ya en los anteriores comicios, los de abril, sus resultados se contrajeron al perder casi 400 votos con respecto a la cita de 2016. Y eso ocurrió en un momento en el que la formación naranja despuntaba en el ámbito nacional: hay que recordar que hace siete meses sumó un millón de sufragios sobre sus anteriores resultados en el conjunto de España. Así que ahora, con la figura de Rivera a la baja, y los líos internos en Euskadi, a nadie le puede extrañar que haya sufrido semejante batacazo.

Más País cumplió los pronósticos: minar el caladero de Podemos para nada. La formación liderada en Euskadi por Txema Urkijo cosechó en la comunidad un resultado pírrico, con menos de 8.500 votos (el 0,72% de los emitidos, aunque hay que tener en cuenta que sólo se presentaba en Bizkaia). Y eso que los de Iñigo Errejón contaban aquí con uno de los carteles quizás con más proyección -aunque lejos de la que tienen en Madrid y Valencia, claro-, al estar liderada la formación por Urkijo, miembro de Gesto por la Paz y exasesor de la Oficina vasca de Víctimas.

Pese a todo, el líder vasco de la escisión de Podemos evitó este domingo la autocrítica y dirigió sus dardos contra el PSOE y la formación morada, ya que los datos que ofrecen los escrutinios «demuestran el fracaso de la convocatoria electoral y la responsabilidad de quienes nos condujeron a esta situación».