Álava repite: el PNV gana y el PP queda fuera
Los populares logran sumar un millar de votos más con Mari Mar Blanco, pero no consiguen el cuarto escaño alavés, que se lo lleva EH Bildu al subir dos puntos
Como si no hubiera pasado el tiempo, como si los últimos seis meses hubieran sido prácticamente en balde, el elector alavés dijo este domingo lo ... mismo que el pasado 28 de abril, fiesta de guardar. Repartió su pequeña bolsa de cuatro escaños de la misma forma. Uno para el PNV, otro para el PSE, otro para Unidas Podemos y el cuarto de nuevo para EH Bildu. Y en el mismo orden. La noche electoral dejó por tanto idénticas señales de alegría en la sede jeltzale -que consolida su liderazgo en Álava con, además, su segundo mejor registro histórico- y de decepción en la sede popular, el único partido que siguió el escrutinio desde Vitoria. Mari Mar Blanco no logró sumarse a la remontada de Pablo Casado -su valedor, en contra de un sector del PP vasco- y no consiguió revertir el 'efecto Maroto' quizá lastrada por el acercamiento de los populares a la extrema derecha, que en Álava sigue en cifras más que discretas, menos del 4% de apoyos. Los conservadores repitieron como quinta fuerza y su escaño lo volvió a atesorar una izquierda abertzale al alza.
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La noche volvió a ser plácida para los peneuvistas, que al control total que ejercen en las principales instituciones del territorio -solo se les resiste la patronal de los empresarios y la Cámara de Comercio- se suma ahora el liderazgo también en las elecciones generales, que se le había resistido precisamente hasta hace seis meses. No solo consolidaron su victoria -inédita el pasado San Prudencio-, sino que la aumentaron. Crecieron hasta su segunda mejor marca histórica -40.127 votos y un 23,59%, por encima de lo obtenido en 2004 en la resaca de los atentados de Madrid- y obtuvieron de forma mayoritaria el apoyo del siempre cauto votante alavés. Los nacionalistas, junto a los populares, se repartieron aparentemente las ruinas de Ciudadanos -que perdió dos tercios de sus apoyos, de 7.000 a 2.500 votos- junto a los populares, pero para estos no fue suficiente.
El PP había puesto sus esperanzas en estas elecciones para, arrastrados por la remontada de Casado, recuperar autoestima y el escaño que había perdido Javier Maroto tras la tensionada campaña de abril. Lo consideraban una «anomalía», dado que siempre, desde 1982, el PP o sus siglas pretéritas habían tenido representación por Álava.
Podemos y PSE
Pero no. Está por analizar cuál puede haber sido el efecto del acercamiento entre populares y la extrema derecha en asuntos delicados como la ilegalización de los partidos independentistas, una bomba que explosionó en plena campaña y que puede haber hecho daño al PP vasco.
Mari Mar Blanco, por su parte, sumó votos y porcentaje de apoyos, pero no los suficientes para superar a EH Bildu. La izquierda abertzale creció dos puntos -del 13,95 al 16%- muy probablemente a costa de Podemos, que los perdió casi en la misma proporción. Juan López de Uralde, que apostó por el partido de Iglesias cuando hubo de elegir entre éste y Equo, los ecologistas coaligados con Errejón -que no se presentaban en Álava-, salvó los muebles y mantuvo su escaño pese al retroceso general de la formación morada. El PSE, por su parte, quedó como estaba, en sintonía con lo ocurrido en el conjunto de España. Ganó en Vitoria y apenas se dejó cuatro décimas en porcentaje de apoyos. Vox arrastró a 6.423 votantes, apenas 800 más que hace seis meses.
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