El PNV cede poder municipal en Euskadi en beneficio de EH Bildu

La gran mayoría de los consistorios llegaban a sus respectivos plenos con las cartas sobre la mesa. Allí donde sumaban, PNV y PSE-EE han hecho valer por tercera legislatura consecutiva el acuerdo global que esta vez rubricaron apenas cinco días después del 28-M. De esta forma, seguirán gobernando en coalición las tres capitales vascas: los jeltzales Juan Mari Aburto y Eneko Goia repiten en Bilbao y San Sebastián con leves cambios en la estructura de la Corporación, mientras que la socialista Maider Etxebarria se ha convertido en la primera alcaldesa de la historia de Vitoria gracias al apoyo complementario del PP.

Los populares han ejercido un papel clave para apuntalar el poder de jeltzales y socialistas allí donde sus votos sirvieran para cortar el paso a EH Bildu. Ha sido el caso de Vitoria, pero también de Durango, donde el PNV recupera la makila cuatro años después, así como de Zigoitia y Kuartango. Estaba previsto que lo hiciera igualmente en Oion, pero el aspirante nacionalista no ha presentado finalmente su candidatura y ha allanado el terreno a la izquierda abertzale. La formación conservadora, por su parte, se ha alzado con la Alcaldía de Labastida tras semanas de idas y venidas, y la de Baños de Ebro, pero no así con la de Laguardia, donde el PNV ha obtenido el apoyo de EH Bildu.

La coalición soberanista es sin duda la gran triunfadora de la jornada después de firmar un importante incremento de apoyos en las elecciones de hace tres semanas. Será la formación que más alcaldías ostentará durante los próximos cuatro años en Euskadi, con especial incidencia en pueblos pequeños. La localidad más grande en sus manos será Rentería, de 39.000 habitantes, donde ha extendido su alianza con Elkarrekin Podemos. Los morados también le han brindado la makila en municipios como Pasaia, Sopela y Urduliz, que cambian de manos después de tener alcaldes socialistas y jeltzales, respectivamente.

La formación de Arnaldo Otegi ha hecho valer su victoria en las urnas en localidades como Galdakao, Tolosa, Salvatierra y Lekeitio, mientras que se ha apoyado en agrupaciones independientes para hacerse con el poder en Llodio y Bermeo, en ambos casos para sustituir a los jeltzales. El caso más insólito se ha dado en Ayala, donde la formación Aiara Batuz, segunda fuerza en las urnas tras el PNV, ha brindado en el último momento sus votos a EH Bildu, que había sido la tercera fuerza en las elecciones del 28-M. El poder de la izquierda abertzale se concentra sobre todo en Gipuzkoa, su gran feudo histórico.

El PSE-EE, por su parte, celebra exultante la designación de Etxebarria como alcaldesa de Vitoria y retiene fortines como Irún, Portugalete, Eibar, Ermua, Zumarraga e Iruña de Oca. También se ha hecho con la makila en Muskiz y Trapagaran, hasta ahora en manos del PNV, así como en Zambrana, donde dan el relevo a los independientes. Suma 12 alcaldías. Las agrupaciones al margen de las siglas tradicionales, por último, han ejercido de llave en municipios como Bermeo y Deba, se quedan con Etxebarri y Gernika, mientras arrebatan alcaldías que ejercían los nacionalistas como Hondarribia, Zalla y Gatika. En total, obtienen el poder en 40 pueblos vascos.