La inseguridad se consolida como el gran problema para los bilbaínos

Hay que ver primero de dónde venimos. La inquietud vecinal por la inseguridad no es nada desconocido en Bilbao. Ya en 2019, en una encuesta similar, se situaba como la principal preocupación del 40% de la ciudadanía. Entonces se venía de una temporada convulsa que había terminado con la firma del Pacto por la Seguridad (de 2018), rubricado por todos los partidos de la ciudad. Era como la herramienta para combatir la delincuencia y favorecer un entorno propicio para que la sensación subjetiva de seguridad mejorase. Los dirigentes municipales siempre hacen esta matización: una cosa es la incidencia real de la delincuencia y otra distinta la percepción de la ciudadanía sobre ella. Como que hay cierta distorsión.

Con la llegada de la pandemia todo cambió y durante el azote del covid las inquietudes vecinales viraron hacia el lado de la salud. La inseguridad dejó de ser la gran preocupación, según los estudios municipales. Pero ahora ha regresado con fuerza. Ya se veía en otros informes, y ahora la confirma la encuesta de Ikerfel, que nos sitúa no ya a niveles de 2019, sino incluso peor, con ese mencionado 42%.

Todo esto es aún más llamativo cuando se hace la comparación con las otras dos capitales vascas. ¿Qué es lo que más inquieta a los vitorianos? Lo primero, la actividad económica y el empleo; le sigue la sanidad, los aparcamientos y el tráfico, la limpieza de las calles y la recogida de basura... Y a continuación, en la quinta posición, la inseguridad, que menciona el 19% de la ciudadanía.

¿Y en San Sebastián? Es otro mundo. La gran preocupación de los donostiarras es la vivienda, a la que se refiere en primera posición nada menos que el 48% de los encuestados. Luego están los aparcamientos y el tráfico, y la actividad económica y el empleo. Es a continuación, en la cuarta posición, cuando el 18% de la gente se acuerda de la seguridad ciudadana.

Volvamos a Bilbao, porque hay más motivos de desvelo. Lejos, a distancia de la seguridad ciudadana, un 23% de los encuestados se refiere a la actividad económica y el trabajo. Es cierto que el momento es dulce, con bajísimos niveles de paro y lejos del apocalipsis que se anunciaba hace meses, pero la incertidumbre es alta y la calidad del empleo no es la mejor. En tercera posición, y esto es una novedad, el 18% de los encuestados menciona como problema el aparcamiento y el tráfico, que hace cuatro años aparecía en el séptimo lugar. Hay que tener en cuenta que en este tiempo se han intensificado las actuaciones para ganar espacio para el peatón: ensanchado aceras, cortado calles al tráfico... Y, además, se ha implantado el límite de 30 kilómetros por hora en toda la ciudad. Eso ha generado ciertas tensiones que ahora se notan en esta encuesta.

Por último, la vivienda es mencionada por el 13% de las personas que han participado en el sondeo, y le siguen como preocupaciones las infraestructuras, el transporte y, a continuación, la sanidad, a la que se refiere el 9% de la gente.

Una cosa es que la gente tenga sus preocupaciones, y otra distinta que no viva bien en Bilbao. El 80% de la ciudadanía considera que aquí la calidad de vida es «muy o bastante buena». El porcentaje es algo menor del de hace cuatro años, cuando subía al 85%. También está por debajo del nivel de contento que tienen los vitorianos, que llegan al 86%, y los donostiarras, con el 84%. En el conjunto de Bizkaia la población también está satisfecha con el sitio donde va pasando la vida: el 86% está bien o bastante bien.