Así pidieron el voto los candidatos forales

Hace cuatro años, Ramiro González abordó el reto «magnífico, muy ilusionante, apasionante» de ser investido diputado general en una Álava que «necesitaba un impulso» que «ha tenido. Ha mejorado de forma clara durante estos cuatro años, es palpable, evidente». Y destacó como dato más significativo, «del que más orgulloso estoy», los 13.500 parados que han encontrado empleo. «Pero Álava debe seguir mejorando», admitió. «Tiene que aspirar a ser un territorio de vanguardia en la Europa del futuro». Para ello queda «mucho por hacer» y ese trabajo «tienen que realizarlo los equipos más preparados», quienes sean «dignos de más confianza», como el PNV porque «tenemos las mejores personas. Somos quienes mejor conocemos el futuro. Tenemos el proyecto claro para Álava».

Iñaki Oyarzábal presentó al PP como el partido del «cambio» para Álava que, tras cuatro años gobernada por PNV y PSE, «no ha impulsado ningún proyecto de desarrollo importante y, además, ha desatendido los servicios sociales». «Es el momento de recuperar la ilusión», defendió el candidato popular con propuestas en su programa como la creación de 200 plazas en residencias para mayores, el incremento de las ayudas para la contratación de personas cuidadoras, la apuesta por la industria 4.0 o el impulso de una fiscalidad favorable a empresas y emprendedores.

El PP, dijo, representa un proyecto «alavesista, optimista, centrado, que cuenta con todos». «Álava no es nacionalista, no tenemos que resignarnos a que nuestro futuro lo decidan PNV y EH Bildu», concluyó Oyarzábal.

Con el respaldo de haber obtenido un diputado al Congreso por el territorio, Kike Fernández de Pinedo afirmó que el 26-M «podemos conseguir también el cambio de ciclo en Álava». Por ello, pidió la confianza de los alaveses para «avanzar en un territorio más social, más solidario», que tenga «una gobernanza participativa, abierta» para llegar a ser «pionero en los servicios sociales de calidad, en creación de empleos dignos, en solidaridad, en derecho». Y también «en la lucha contra el cambio climático, en una estrategia agroalimentaria sostenible, que ayude al primer sector». Sin olvidar la apuesta por «la innovación, la formación, la cultura, el apoyo al euskera y la conservación del patrimonio», repasó el candidato de EH Bildu antes de pedir el voto para propiciar el cambio de ciclo.

Frente a la Álava que camina «a dos velocidades, con unos que viven bien y otros que se van quedando atrás», Arantxa Abecia persigue «una sociedad donde todas las personas tengan las mismas oportunidades». Ése es el objetivo, afirmó, que se plantea con retos por el camino como el apoyo a los jóvenes, el empleo, la zona rural, la igualdad real o el «horizonte verde». «Votar a Elkarrekin Podemos es votar 600 medidas participadas por la sociedad civil de todos los ámbitos», lanzó.

Abecia abogó por «adecuar los recursos» forales al fenómeno migratorio, potenciar unos servicios sociales «con menos burocracia» o crear un impuesto medioambiental para las grandes superficies. «Mi compromiso es construir una Araba donde todos puedan desarrollar un proyecto de vida digno», aseguró.

Cristina González aspira, «en este tiempo de mujeres», a convertirse en la primera mujer al frente a la Diputación. «Después de 40 años, ya es hora de una diputada general», dijo tras repasar los resultados del trabajo de los socialistas en el gobierno de coalición con el PNV. En ese tiempo, expuso, «los resultados son contrastables. Hay 13.500 personas más trabajando, ha aumentado la estancia media de los turistas, han aumentado los usuarios del transporte público, se han mejorado las carreteras y hay un clima laborar cordial en la Diputación», repasó. Así, el objetivo en la próxima legislatura es «seguir con mi trabajo para que Álava siga progresando». La líder socialista expresó su deseo de «seguir aportando y ofreciendo oportunidades para prosperar, para repartir lo que es de todos».