Lecciones forales de remo
Los cinco principales candidatos a diputado general ensayan en Ullíbarri-Gamboa las estrategias para guiar a Álava a buen puerto
En el arte de remar hay dos normas básicas: hacerlo todos a la vez para ganar velocidad y de forma equilibrada para evitar que la ... embarcación se escore. Buena cuenta de ello pueden dar los cinco principales cabezas de lista a las Juntas Generales de Álava, que acuden al embalse de Ullíbarri-Gamboa, invitados por EL CORREO, con la intención de sacarse una foto de fin de campaña y vuelven a casa tras una clase magistral a cargo del oriotarra Joselu Barrenetxea. Unas máximas que podrán extrapolar a la gestión foral en la próxima legislatura para garantizar que Álava avance veloz.
A bordo están Ramiro González (PNV), Iñaki Oyarzábal (PP), Kike Fernández de Pinedo (EH Bildu), Arantxa Abecia (Podemos) y Cristina González (PSE). «Metemos la pala, echamos el cuerpo hacia atrás y sacamos la pala. Metemos la pala, echamos el cuerpo hacia atrás y sacamos la pala», repite el patrón de corazón 'amarillo' ante el asombro de alguno de los convocados que se las prometía felices hasta que la embarcación paró el motor a medio camino entre el embarcadero y la isla de Zuhatza. Les toca sudar la gota gorda para evitar que, como ha sucedido en los últimos cuatro años, en el cuaderno de a bordo aparezcan episodios surrealistas dignos de la 'Odisea' con tintes de esperpento que han dejado boquiabiertos incluso a los más veteranos en la política de la provincia.
Ninguno se quiere mojar en cuáles serán las alianzas que dirigirán el rumbo de Álava a partir de la próxima semana. Aunque todos tienden su mano al contrincante, nadie quiere que se la agarren antes de que esta noche se conozcan los resultados para no acabar juntos en el agua. Porque nadie se fía de las encuestas ni de la mera lógica. Todos sueñan con acabar siendo los capitanes de la nave -intrépidos o no, eso queda por ver- y no unos meros grumetes a bordo.
Entre los retos pendientes queda achicar agua en los servicios sociales, agarrar con fuerza el timón de la industria alavesa para evitar acabar en aguas poco profundas y llegar a un acuerdo para no moverse en zigzag en materia fiscal.
A nadie le gusta la posición que de momento le toca en la embarcación. Que si muy a babor, que si demasiado a estribor. Ni siquiera Cristina González se siente a gusto en el centro. «¿En este barco cuál sería la izquierda?», bromea. Es el momento de marcar perfil político y, por eso, a veces se han utilizado palabras altisonantes en los debates que desaparecen cuando se apagan las cámaras. «Es lo habitual», reconoce Ramiro González. Pero en la práctica los numerosos acuerdos suscritos durante esta legislatura -se han aprobado tres de cuatro presupuestos con dos partidos distintos- han quedado eclipsados por la bronca final cuando aparecían las elecciones en el horizonte.
Salvavidas bien atado
Por si acaso, todos llevan el chaleco salvavidas bien atado y más de uno querrá conservarlo para lo que se le viene encima esta legislatura. «No sea que la nave zozobre o alguien nos tire al agua», apunta entre risas Fernández de Pinedo. «Creo que nadie quiere encontrar un titular en el periódico de que ha acabado ahogado en el fondo del pantano», bromea Oyarzábal que llega el último al encuentro
Arantxa Abecia reconoce que cualquier nueva experiencia será menos «mareante» que estos cuatro años en las instituciones, cuando ha visto cómo la mitad de los procuradores conseguidos ha acabado en el grupo mixto más populoso de la historia de las Juntas Generales.
La sesión fotográfica termina, pero Barrenetxea sigue corrigiendo a los improvisados remeros. «Vamos a ver. Que si no lo hacemos todos a la vez y con el mismo empeño, no vamos a llegar a ninguna parte», clama en lo que supone una involuntaria lección para la política.
El neopreno de Sémper y el miedo a irse a pique
En la orilla, además de cinco asesores (uno por candidato), espera un grupo de chavales que cantan y juegan mientras los políticos sudan la gota gorda en una tarde de cielos despejados. Los niños esperan a la barca motorizada para cruzar a la isla de Zuhatza, una auténtica joya para practicar deportes náuticos a apenas veinte minutos en coche del centro de Vitoria.
La cita llega horas después de que Borja Sémper, candidato del PP al Ayuntamiento de San Sebastián, luzca tipo en la playa de La Concha. «¿Por qué no seguimos su ejemplo y nos ponemos un neopreno?», propone Kike Fernández de Pinedo, seguro ante la cita porque no es la primera vez que coge un remo. «Lo que tengo claro que yo no voy a desarrollar la misma campaña que Semper», afirma Ramiro González por el lema 'No es política, es San Sebastián' y segundos antes de que aparezca Iñaki Oyarzábal en el embarcadero.
Las olas que generan el resto de embarcaciones provoca que la nave de los políticos oscile con un ritmo que preocupa a más de uno. «¿Estáis seguros de que esto no se va a ir a pique?», cuestiona -medio en broma, medio en serio- Arantxa Abecia. La socialista Cristina González no puede reprimir la risa.
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