La carrera más abierta hacia la Alcaldía de Vitoria, con 72.000 indecisos
El triunfo en las elecciones municipales puede estar en un puñado de votos. Hasta cuatro partidos, lo nunca visto, tienen opciones de liderar la ciudad en un cuatrienio clave para su futuro
Objetivo, sumar un voto más que el adversario. La carrera electoral que anoche quedó lanzada con el tradicional arranque de campaña se presenta en Vitoria ... más apretada que nunca. Hasta cuatro partidos, los que representan a conservadores, socialistas, nacionalistas moderados y soberanistas, tienen opciones reales de ostentar la Alcaldía los próximos cuatro años. Un cuatrienio que será determinante para el futuro de una ciudad que se asoma al balcón de la llegada soterrada de la alta velocidad, que asiste preocupada a la incertidumbre que rodea al sector de la automoción -del que dependen miles de empleos- y que necesita revolucionar su comercio, potenciar su oferta educativa y ganar atractivo a todos los niveles para dar oportunidades a los jóvenes, retener su talento y traer de vuelta a aquellos que tuvieron que irse, por citar algunos retos.
No es una exageración señalar que el resultado puede depender de un puñado de votos. En dos ocasiones anteriores, en 2003 y 2007, la Alcaldía ya se resolvió por un margen muy estrecho, inferior a 2.000 sufragios. Pero ahora se agrega la particularidad de que no serán solo dos -tres, a lo sumo- los partidos con opciones, sino cuatro, aunque los próximos días de campaña permitirán intuir si alguno de ellos pierde posiciones y queda descabalgado. De momento, según el CIS y su encuesta de intención de voto publicada ayer mismo -en el caso de Vitoria sin atribución de escaños-, quien sale en la 'pole' es el PSE, con un 9,5% de apoyos directos. El PNV obtuvo un 8,4; EH Bildu un 7,1 y el PP, un 5,7. Pero el dato más revelador del sondeo es el de los indecisos. Entre un 36 y un 38% de los consultados no tiene decidido aún a quién otorgará la papeleta. Eso son 72.000 electores por convencer. A ellos principalmente dirigirán desde hoy sus mensajes de captación de voto las formaciones en liza.
El objetivo es sumar un voto más que los demás, porque la característica de la ley electoral municipal hace que sea más fácil gobernar en minoría -se puede lograr con los mismos escaños que el segundo- que descabalgar a quien ha ganado, para lo que se necesita urdir una mayoría absoluta, 14 escaños en Vitoria, en torno a un candidato alternativo. Esto último fue lo que ocurrió hace cuatro años, cuando Javier Maroto venció con holgura, pero la oposición se alió para evitar su reelección y, de las estrategias partidistas, salió beneficiado el PNV. Hoy las tornas han cambiado. Quienes se hallan en la cresta de la ola son los socialistas, que ganaron y frisaron los 32.000 votos en las elecciones al Congreso de hace apenas dos semanas; y los nacionalistas, que también concitaron en torno a su aspirante a diputado Mikel Legarda varios miles de votos más -entre tres mil y seis mil- de los obtenidos por sus candidatos locales en los tres últimos procesos. En ambos casos está por ver si el cambio de urnas, de un lado, y la probable reducción en la participación, de otro, hacen mella, y en qué cuantía, en sus apoyos.
Bajón anímico
EH Bildu, segunda fuerza hace cuatro años -pese a lo que cedieron la Alcaldía a los peneuvistas-, centrará su mensaje de campaña en que están ya «preparados» para gobernar, lo que elimina la posibilidad de repetir la entente pasada en torno a Urtaran. Y el PP, que daba por completada su travesía del desierto en la oposición, se ve ahora en la necesidad de superar el bajón anímico que ha infligido la dura derrota de Pablo Casado en la pelea por La Moncloa. En 20 años no había bajado de los 32.000 apoyos, pero el 28-A se quedó en 20.000 en Vitoria, aunque mantuvo el liderazgo en sus feudos tradicionales -el sur y el Ensanche-. El comportamiento de Podemos es una incógnita, admiten los analistas políticos locales consultados. Alterna buenos resultados en las generales con discretos en las municipales, aunque en esta ocasión su proyección aumenta al ir en coalición con los ecologistas de Equo e integrar al que ha sido concejal de Irabazi.
En datos
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27 concejales forman la Corporación local en Vitoria. Desde 1995, quien gana lo hace con 9 escaños. Cinco formaciones tienen la seguridad de entrar en el pleno. En 1995 y 2015 llegó a haber seis, el máximo. El mejor resultado lo firmó Cuerda en 1983: un 35% de los votos y 11 ediles.
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Campaña PSE y PNV salen en la 'pole', pero está por ver cómo les afecta el cambio de urnas respecto al 28-A
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