«No tengo vértigo a endeudarnos para que la Administración tire del sector privado»

Sobre la deuda gira también la cuestión de la quita de 83.000 millones que Moncloa ha ofrecido al conjunto de autonomías tras su pacto con Esquerra Republicana para tapar, en parte, el socavón catalán. D'Anjou asegura, tras el anuncio de la ministra de Hacienda, que el Cupo no se verá afectado por esa medida, aunque advierte de que «vigilaremos la letra pequeña» y considera que el movimiento implica un «riesgo moral que no es de recibo» porque «no es razonable que con esa medida se perjudique a los que más rigor han tenido».

- La ministra de Hacienda anunció esta semana que la quita de deuda a las comunidades autónomas no afectará al Cupo vasco, ¿tienen ya un acuerdo?

- Hay conversaciones y todavía no hay nada escrito. Es un principio de acuerdo. El caso es que con la condonación de los 83.000 millones o sin ella, el Cupo será el mismo. Es decir, neutralizaremos ese impacto. Cuando esté cerrado el acuerdo lo llevaremos a la Comisión Mixta de Concierto, en principio, en abril.

- Se evita un perjuicio, ¿pero no queda fuera el País Vasco en esa ayuda a las autonomías?

- Tenemos que ver la letra pequeña de la medida que todavía no está escrita ni aprobada en el Congreso. Como ha dicho el lehendakari, la vigilaremos.

- Y desde una perspectiva política, ¿no le parece que una condonación puede ser un castigo a quienes sí han sido rigurosos?

- Nosotros, en virtud del Concierto, tenemos una relación bilateral con el Estado y estamos fuera de todo esto. Pero, efectivamente, puede existir un riesgo moral que no es de recibo. Quiero decir, que no parece razonable que los que más rigor hemos tenido salgamos perjudicados. Así que lo que vamos a hacer es tratar de aumentar la capacidad de endeudamiento que pactamos hace tres meses para Euskadi.

- Con los mil millones para inversiones industriales de este año el Gobierno vasco se endeudará en 2.285 millones. Es la cifra más alta en una década, ¿no le da vértigo?

- Para nada, ningún vértigo. Y espero que en el Parlamento todos estemos a la altura de apoyar esos mil millones. Partimos de niveles muy bajos de deuda y creo que la administración tiene que jugar un papel anticíclico y hacer de tractor para el capital privado.

- La recientemente creada Alianza Financiera Vasca pretende coordinar al Gobierno con agentes privados para movilizar inversiones por 4.000 millones. ¿Llegamos a tiempo?

- Lo que es imprescindible es alinear las capacidades públicas y privadas ante este contexto geopolítico y comercial que requiere asentar las bases del futuro de nuestra industria.

- Hasta ahora parecía que había cierta lentitud en el uso de los fondos de Finkatuz. Tenían 200 millones disponibles desde hace mucho tiempo.

- Hemos cerrado la inversión en Arania y hemos firmado el principio de acuerdo de Talgo. Hay que tener en cuenta también que esas operaciones son complejas. Y además de esa herramienta para el arraigo, el Instituto Vasco de Finanzas tiene concedidos 180 millones en préstamos, avales y apoyo a empresas. Con la Alianza Financiera Vasca tenemos que ser capaces de movilizar más capital privado.

- El lehendakari señaló el objetivo de movilizar 3.000 millones de las entidades privadas. ¿A qué se comprometieron ellas en el acuerdo?

- Bueno, muchas veces el primer paso es el más complicado. Y desde julio nos pusimos a trabajar en esto. Si lo que pregunta es si hay cifras recogidas en el acuerdo, de momento, no hay números. Lo que nos ha unido es la capacidad financiera, ahí estamos todos los que tenemos capacidad de inversión en Euskadi.

- ¿Cree que las fundaciones de Kutxabank pueden hacer más de lo que han hecho hasta ahora?

- Las fundaciones están muy comprometidas con esto. En el caso de Talgo (BBK y Vital suscribieron el acuerdo con 45 y 20 millones respectivamente) han demostrado que en momentos clave, cuando sean necesarias, van a estar.

- La federación vasca de EPSV ha dicho que si no han invertido hasta ahora es porque no se les han presentado proyectos y piden más flexibilidad.

- En esta Alianza están todas las EPSV de la federación, en torno a 70 entidades. Representan una tercera parte del PIB de Euskadi y que estén es un paso fundamental. Estamos ya analizando las modificaciones que se pueden hacer en el decreto que regula las EPSV.

- La última modificación de ese decreto fue hace menos de un año y tardó casi dos en tramitarse.

- Estamos en ello, lo tenemos encima de la mesa. Se han detectado cosas a mejorar y es bueno que haya aportaciones en un diálogo que va a ir a más.

- En el Presupuesto se marcan cuatro inversiones en empresas para este año, ¿se ejecutarán?

- Estamos monitorizando constantemente diferentes alternativas. No me preocupa tanto que sean cuatro, seis o siete, sino que el modelo sea sobre sectores estratégicos con el liderazgo de un socio industrial y el acompañamiento de capital público y privado. Esos van a ser los requisitos para las siguientes operaciones. Como ha ocurrido en Talgo. Además, vamos a ir más allá del arraigo para reforzar recursos de empresas tractoras, crear nuevas compañías, 'startups'... También buscaremos dar una opción a muchas pymes familiares con problemas de relevo generacional.

- ¿En qué sectores se van a centrar esas inversiones?

- Vamos a licitar un servicio de consultoría y seguimiento para confeccionar un plan de inversiones. Ahí se marcarán los sectores y las áreas de actividad a las que destinar esos 1.000 millones.

- ¿Tienen que subcontratar ese trabajo para elaborar el diagnóstico?

- Una consultora nos puede ayudar a escuchar a los distintos agentes, ver los diferentes puntos de vista y alinear el plan financiero al plan industrial del Gobierno. Hay que prepararlo bien y que nos ayuden en esa tarea es bueno, aunque, por supuesto, tenemos unas ideas definidas, unas líneas que son las que se fijarán en el pliego de la contratación.

- ¿Cómo va el cierre del acuerdo de Talgo? Parece que la refinanciación de su deuda y la sanción de Renfe están dificultando las cosas.

- Estoy convencido de que se va a cerrar en las próximas semanas. Lo importante es hacerlo bien y saber en cuánto tiempo se va a pagar.

- ¿Les preocupa que el interés y el valor creciente de ITP Aero pueda precipitar una salida a Bolsa o la venta de la empresa?

- Tenemos contacto permanente con Bain Capital, el propietario de la empresa. Nos dice que estemos tranquilos, que ellos van a seguir los próximos años. No vemos en el corto plazo que se vaya a modificar su accionariado en el que participa el Gobierno vasco con un 6%.

- El año pasado se acordó una modificación del Concierto Económico con el traspaso del impuesto a la banca y más capacidad normativa para varios tributos. ¿Cuándo se aprobará?

- Nos consta que se está tramitando la aprobación en el Consejo de Ministros para enviarlo al Congreso y al Senado. Creo que para mayo tendremos el Concierto actualizado.

- ¿Dará tiempo a aplicar el impuesto a la banca en Euskadi este año?

- Una vez transferida la capacidad normativa, corresponde a las Juntas Generales su desarrollo. Con esa tarea pendiente y el verano de por medio no contemplamos una repercusión en la recaudación hasta 2026. Así que los bancos que tributan con normativa foral va a ser difícil que abonen ese impuesto este año. Pero respecto a las entidades que pagan según la normativa del Estado, por la parte del negocio que tienen en Euskadi, creo que sí generarán ingresos en 2025.

- Su departamento estaba trabajando con la banca para aumentar sus servicios en las zonas rurales, ¿cómo están esos convenios?

- En esta legislatura es una cuestión que está gestionando la consejera de Desarrollo Rural, Amaia Barredo. Sé que se está avanzando y que próximamente se llevará al Consejo de Gobierno.