Los vascos dudan si gastar o invertir los 7.205 millones de su ahorro extra por la pandemia
Los depósitos y saldos de cuentas en los bancos crecieron en el estado de alarma un excepcional 8,6%, que ahora todo el mundo quiere captar
La sociedad vasca es conocida por su cultura ahorradora, pero en la actualidad vivimos un fenómeno que va mucho más allá: los gastos no realizados ... por la imposibilidad misma de hacerlos como consecuencia de la pandemia han generado una excepcional 'bolsa de ahorro' adicional de 7.205 millones de euros. El Instituto Vasco de Estadística (Eustat) constató que en 2020 el gasto medio por hogar disminuyó un 8,5% y de forma paralela el Banco de España certifica que durante el estado de alarma el volumen de dinero acumulado en depósitos y saldos a la vista en las cuentas bancarias en Euskadi -pertenecientes a administraciones, empresas y particulares- creció otro 8,6%. Esto se traduce que entre el primer trimestre de 2020 y el equivalente de este año el dinero que hay en las oficinas bancarias vascas ha aumentado en esos 7.205 millones de euros, por lo que el saldo global ya totaliza 91.060 millones.
La bolsa de ahorro en cuentas está sin apenas rentabilidad por los bajos tipos e inflación
Tasas de crecimiento semejantes eran desconocidas hasta ahora y se extienden a gran parte de las comunidades autónomas. Euskadi está en la media de incremento medio nacional, mientras autonomías como Navarra se disparan al alza y llegan al 12,5%, al tiempo que en las más castigadas por la paralización turística como Baleares (+1,4%) y Canarias (+3,8%), lógicamente el ahorro se ha limitado mucho.
El reparto territorial de este dinero en los saldos bancarios vascos colocan 48.550 millones en Bizkaia (3.123 millones más que el primer trimestre de 2020), 29.860 millones en Gizpuzkoa (+2.915 millones) y 12.651 millones en Álava (+1.167 millones). La mayor parte del ahorro corresponde a empresas y particulares, ya que el saldo de las administraciones públicas supone sólo un 6,4% de los fondos totales.
Prueba de que estamos ante un ahorro involuntario, generado por la imposibilidad de gastar por las limitaciones del estado de alarma, se aprecia al constatar que los productos que registran el alza más intensa de dinero son las 'cuentas a la vista' -lo que casi equivale a dinero en metálico, por el uso que hacemos a diario de libretas, cajeros automáticos y tarjetas-, que ven elevarse su saldo un 11,54%; mientras que los 'depósitos a plazo', que implican una voluntad de ahorro más directa, descienden un 19,6% debido a la escasa rentabilidad que dan las cuentas como consecuencia de los tipos de interés negativos.
Esta suculenta bolsa de gasto no realizado y ahorro no voluntario atrae los ojos de todo el mundo. Los hay quienes buscan que se reincorpore al canal del consumo como vía para apuntalar la reactivación económica y quienes quieren seducir a sus propietarios para que opten por el llamado 'ahorro meditado', a través de fondos de inversión, planes de pensiones, seguros, bolsa, etc.
El índice de expectativas de realizacion de grandes compras recupera 10 puntos y se sitúa en el +1
Arranque de la demanda
En sus estimaciones, el Gobierno vasco calcula que parte de este ahorro volverá a entrar en la corriente sanguínea de la economía real, a través de la demanda interna y el consumo. Así, en el informe 'Coyuntura en un Clic', en el que el Departamento de Economía y Hacienda del Ejcutivo explica sus previsiones, apunta que la demanda interna «seguirá siendo el motor tractor del crecimiento de la economía vasca»: tendrá un papel relevante el consumo privado, que «crecerá por el efecto absorción de la demanda embalsada». De cara a 2022 se espera que el sector servicios sea el que más aporte al crecimiento económico.
Por su parte, la doctora en Administración de Empresas y Marketing y profesora de la UPV/EHU, Pilar Zorrilla, constata que «ciertamente con la pandemia se paralizó el consumo y el ahorro se ha disparado sin que además las personas puedan obtener rentabilidad; en muchos casos ese dinero está en los bancos a tipos de interés prácticamente cero o incluso a interés negativo...». A esto hay que sumarle un contexto de inflación al alza. Considera que aún es pronto para saber «cuál será el destino de todo ese nuevo ahorro, es una incógnita», aunque se decanta por una mezcla triple: consumo, ahorro e inversión.
Para que crezca el consumo es fundamental que mejore la confianza y eso se ha producido ya, como certifica el 'Índice de Confianza de los Hogares vascos', de Laboral Kutxa. Constata que se «ha dado un vuelco espectacular y una clara remontada» basada en la percepción del crecimiento económico y de mejora del empleo. Apoyándose en ello, «mejora la valoración del momento de compra» con el primer resultado positivo desde 2014 y el primero no negativo desde 2017.
En esta línea, las expectativas de realización de grandes compras suben 10 puntos y se sitúan en el +1, impulsadas por la probabilidad de adquirir vivienda en el próximo año. No sucede lo mismo con los coches, que siguen a la baja. La automoción tiene su propia encrucijada, al margen del ciclo económico, por las incertidumbres que hay sobre las tecnologías que van a imponerse y la penalización de las emisiones de C02. Además de empezar a notarse algo un aumento de compras en el comercio y del gasto en restauración, hostelería y turismo, Pilar Zorrilla apunta al incremento del gasto en lo que se llama 'bienestar personal' en forma de «operaciones de estética, ortodoncias, etc.».
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Pero una parte del ahorro involuntario terminará en ahorro planificado. Zorrilla afirma que «se ve un mayor interés por saber dónde invertir: en qué valores, en qué compañías merece la pena o en qué fondos de inversión hacerlo»; y ve un mayor interés ciudadano en «pedir asesoramiento buscando como obtener más rentabilidad de sus ahorros».
Lo que avanza Zorrilla, pero especialmente destaca Joseba Madariaga, director del Departamento de Estudios de Laboral Kutxa, es el despegue de una mezcla de consumo e inversión, como es la compra de una vivienda. Se ha reactivado el mercado inmobiliario, en el que tras la pandemia y el confinamiento los ciudadanos demandan inmuebles más amplios, con cabida para el teletrabajo y especialmente se buscan con terraza. Prueba de este dinamismo, indica Madariaga, es el «comportamiento espectacular del crédito hipotecario», que en el primer semestre ha crecido un 60% más que el mismo periodo del año pasado y que está muy por encima del tiempo prepandemia, con un 35,5% más. El crédito al consumo también mejora, pero en porcentajes más tímidos.
En su contexto
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91.060 millones es el saldo que Euskadi tiene en depósitos y cuentas bancarias, un 8,5% más que en el primer trimestre de 2020, donde se incluyen los 7.205 millones de ahorro extraordinario.
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Rentabilidad Se constata un mayor interés por saber dónde invertir, en qué valores o compañías merece la pena o en qué fondos de inversión hacerlo. Se piden asesoramiento buscando como obtener más rentabilidad para los ahorros en tiempos de inflación.
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+11,5% es el incremento del saldo de las cuentas a la vista de los vascos, mientras que los depósitos a plazo mantienen su tendencia a la baja de los últimos años por los bajos tipos de interés.
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+957 millones sumó el ahorro 'planificado' vasco a través de Fondos de Inversión en 2020, hasta totalizar 30.493 millones, lo que supone un 3,2%, frente a la congelación española.
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+522 millones adicionales acumularon en 2020 las EPSV vascas, lo que supone un alza de un 2% el año de la crisis, hasta sumar un patrimonio total conjunto del 26.461 millones.
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